Su sabor, su color, su textura… Son muchas las razones que hacen de las fresas y los fresones una de las frutas más apetecibles del momento. Desde hace semanas, estas ocupan buena parte de las estanterías de las fruterías del país. Pero lo cierto es que es habitual que haya bastante confusión sobre su procedencia, ya que es difícil averiguar a simple vista si son de origen español o de Marruecos. Sin embargo, hay un truco sencillo e infalible que permite descubrirlo con rapidez.
Hace unas semanas, saltaba una alerta por presencia de hepatitis A en unas fresas marroquís que tenían como destino el mercado español. El riesgo superaba el “nivel máximo permitido de ausencia de 25 g” de esta sustancia, tal y como informó el portal comunitario RASFF. Esto supone un peligro para la salud pública, por lo que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advirtió de la importancia de conocer qué se come y de dónde viene.
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Aunque es complicado identificar el origen de los alimentos frescos, como las frutas y verduras, esta es una cuestión de vital importancia a la que hay que prestar atención. A ello se une la necesidad de conservarlas de forma correcta para que duren el máximo tiempo posible y puedan consumirse antes de que se pongan malas. Por ello, lo ideal para conservarlas es colocarlas, sin amontonar, en un táper grande con papel absorbente en el fondo y guardarlas en la nevera.
El truco para descubrir cuál es el origen de las fresas
La normativa alimentaria establece la obligatoriedad de señalar el origen de alimentos frescos como frutas, hortalizas, huevos, pescados y carne, así como de productos no transformados, entre ellos el aceite de oliva, el agua y la miel. Sin embargo, no se requiere especificar el origen en todos los alimentos, según señala la OCU.
Las fresas, por ejemplo, sí tienen que incluir en la etiqueta el país de origen o procedencia. Si estos productos se comercializan a granel, “pueden estar en sus envases originales en los que se indica la procedencia, o dispuestos fuera de ellos. En ese caso, la información sobre el origen debe aparecer en carteles visibles al público en el lugar de venta”, de acuerdo con la OCU.
Esta normativa tiene como objetivo dar transparencia a los consumidores sobre el origen de los productos frescos y no transformados. Esta iniciativa busca atender su creciente preocupación sobre la calidad y procedencia de los alimentos que compran. Para la OCU, la clara identificación del lugar de origen ayuda a tomar decisiones informadas y a impulsar prácticas de consumo responsables.
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Descifrar el código de barras, clave para saber de dónde proceden los alimentos
Identificar el origen de los productos no siempre es fácil, especialmente si la etiqueta no lo especifica claramente. Sin embargo, el código de barras puede proporcionar información crucial para los consumidores.
El Código Numeración Europea de Artículos (EAN), formado por 13 dígitos (aunque a veces puede tener 8 o 12), depende del tipo de producto y de la región, e incluye los dos primeros dígitos que indican el país o región donde se emitió. Estos prefijos específicos ayudan a localizar la procedencia geográfica del producto, según la Lista de prefijos de GS1.
Así, el código asignado para alimentos de origen español es el 84. Por lo tanto, un código de barras que comience por este número indicará que el fabricante o proveedor es de España. En cambio, productos cuyo código de barras empiece por 611 se atribuyen a Marruecos.