En medio de la crisis de racionamiento de agua que enfrenta Bogotá, la situación del abastecimiento se volvió crítica, con un alarmante 40% de agua perdida debido a fugas y conexiones ilegales. Esta cifra fue destacada en un reciente pronunciamiento de la Personería de Bogotá, que instó a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab) a implementar medidas efectivas para mitigar este problema.
El personero distrital, Andrés Castro Franco, destacó que las pérdidas no son solo resultado de fugas técnicas en las tuberías, sino que también incluyen una considerable cantidad de agua sustraída de manera ilegal. Según el funcionario, “hoy, por cada 100 metros cúbicos, se están perdiendo o robando cerca de 40 metros cúbicos, lo cual es preocupante”. Este alarmante porcentaje llevó a la Personería a solicitar una revisión exhaustiva de la infraestructura y la tecnología utilizada para la gestión del agua en la ciudad.
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A pesar de las inversiones que superan los 2,5 billones de pesos en las últimas dos décadas, las pérdidas continúan sin control. Castro agregó que “si se lograra reducir un 10% esta pérdida, la entidad recuperaría cerca de 300.000 millones, lo que equivale a 56 millones de metros cúbicos, es decir, la capacidad de un embalse por año”.
La Personería también enfatizó la necesidad de abordar las conexiones fraudulentas que contribuyen a estas pérdidas. Estas acciones no solo representan una violación a la ley, sino que agravan la crisis hídrica que afecta a miles de bogotanos. La solicitud a la Eaab incluye el seguimiento y la implementación de intervenciones que permitan recuperar el agua no contabilizada y reducir las pérdidas comerciales que enfrenta la empresa.
Desafíos en la Planta Wiesner
Otro de los aspectos críticos abordados por la Personería es el estado de las obras en la planta de tratamiento Wiesner, cuya ejecución ha sido problemática. Originalmente contratadas en 2017 por un valor de 93.000 millones de pesos con el consorcio Epec Ptfw, estas obras enfrentaron retrasos significativos. Tras recibir 53.000 millones de pesos, el avance se limitó a un 40% en casi cuatro años de trabajo, a pesar de que solicitaron dos prórrogas.
La situación llevó a la empresa de acueducto a suscribir un segundo contrato, que asciende a 141.000 millones de pesos, el cual también presentó dificultades, como una prórroga de seis meses y una adición de cerca de 3.000 millones. Estos retrasos impidieron que se lograra el objetivo de mejorar el monitoreo de la calidad del recurso hídrico y aumentar el caudal de agua potable para la capital.
La Personería pidió a la empresa de Alcantarillado que se asegure de que las obras sean entregadas según lo estipulado en el cronograma, que prevé la finalización para febrero de 2025. El cumplimiento de estos plazos es esencial no solo para mejorar el abastecimiento, sino también para restaurar la confianza de los ciudadanos en la gestión del agua en la ciudad.
En un contexto de racionamiento de agua en Bogotá, las autoridades identificaron y enfrentan un problema crítico: las fugas y conexiones ilegales que afectan la red hídrica de la capital. Esta situación no solo agrava la crisis de abastecimiento, sino que compromete la calidad del agua y pone en riesgo la salud pública.
Métodos para identificar fugas
Durante los últimos meses, la empresa de acueducto intensificó sus esfuerzos para detectar fugas en la infraestructura de distribución. Sin embargo, los informes recientes indican que, a pesar de estos esfuerzos, se estima que un porcentaje significativo del agua que ingresa al sistema se pierde debido a conexiones no autorizadas y fallas en las tuberías.
Identificar fugas de agua es crucial, especialmente en situaciones de racionamiento. A continuación, se presenta una lista de métodos que pueden ser utilizados para este propósito:
- Inspección visual: realizar revisiones periódicas en las instalaciones de distribución de agua, como tuberías, válvulas y conexiones. La presencia de manchas de humedad, encharcamientos o vegetación excesiva puede ser indicativa de fugas.
- Monitoreo de consumo: analizar los registros de consumo de agua de diferentes áreas. Incrementos inusuales en el uso del agua pueden sugerir fugas o conexiones ilegales.
- Pruebas de presión: realizar pruebas de presión en las tuberías. Una caída en la presión indica la presencia de una fuga, lo que puede requerir inspecciones más profundas en las áreas afectadas.
- Inspección de medidores: verificar que los medidores de agua estén funcionando correctamente y que no haya manipulaciones.
- Reportes de la comunidad: fomentar la participación ciudadana para que los residentes informen sobre cualquier anomalía, como escapes o flujos inusuales, en sus áreas.