El Ministerio de Salud dio los últimos datos sobre la incidencia del dengue en Argentina. “Se han notificado hasta ahora en la temporada, desde la semana 31de 2023 -fines de julio y comienzos de agosto- hasta la semana 16 de 2024 -mediados de abril- 396.484 casos de dengue (91% autóctonos, 7% en investigación y 2% importados), de los cuales 379.341 corresponden al año 2024″, informaron.
“La incidencia acumulada hasta el momento para la temporada es de 842 casos cada cien mil habitantes. En el mismo período 871 casos fueron clasificados como dengue grave (0,2%) y se registraron 280 casos fallecidos (letalidad hasta el momento 0,071%)”, precisaron en el último Boletín Epidemiológico sobre la enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Y profundizaron: “Con los datos disponibles hasta el momento se registra el pico de la curva epidémica para el nivel país en la semana 12 -mediados de marzo, con 55.476 casos y en las tres semanas posteriores se registran diferencias de 8%, 6% y 44% inferiores al número del pico. Se debe tomar con prudencia los casos de las últimas semanas porque pueden modificarse de acuerdo con la sucesiva integración de información por parte de los notificadores”.
La vigilancia del dengue se lleva a cabo de manera estacional, desde la semana epidemiológica 31 de un año hasta la semana 30 del siguiente, coincidiendo con el pico de actividad del virus, que generalmente ocurre durante los meses de verano. A pesar de que aún quedan varias semanas para completar la medición de este año, se ha superado ampliamente el umbral de casos récord registrado en la temporada anterior, que se situaba en poco más de 130 mil.
En esa línea, desde la cartera de salud realizaron una serie de paralelismos: “En comparación con otros años epidémicos, la actual temporada se caracteriza por mayor magnitud que temporadas epidémicas previas: los casos acumulados hasta la semana 16 representan 3,25 veces más que lo registrado en el mismo período de la temporada anterior -2022/2023- y 9,24 veces más que lo registrado en el mismo período de 2019/2020; circulación viral persistente durante todo el período en la región NEA y adelantamiento del aumento estacional respecto a años epidémicos previos; mayor número de casos por semana: con la información disponible hasta el momento, desde la semana 8 de 2024 -medados de febrero- se ha superado el número de casos respecto al pico previo registrado en la semana 13 de 2023 -fines de marzo de 2023- cuando se habían contabilizado 18.211 casos”.
Con respecto a la situación por regiones, profundizaron: “La región Centro concentra hasta el momento el 61.5% seguida por las regiones NOA y NEA, las que aportan el 20.9% y 15.4% de los casos respectivamente mientras que las regiones Cuyo y Sur aportan el 2.2%. En cuanto a la incidencia acumulada, los valores más altos hasta el momento son los de las regiones NEA y NOA (1.401 y 1396 casos cada 100.000 habitantes respectivamente) seguidas por la región Centro con 806, Cuyo con 222 y Sur con 40″.
En tanto, en el informe detallaron cuáles son los serotipos del virus del dengue que predominan en el país: “En la presente temporada se han identificado hasta el momento 3 serotipos circulando en el país, con predominio de DEN-2, seguido de DEN-1 (entre ambos concentran más del 99,9% de los casos) y algunos pocos casos de DEN-3″.
¿Con la llegada del frío van a bajar los casos de dengue?
En las últimas semanas, bajó la temperatura en algunas partes del país, algo que los expertos asocian -siempre que sea de manera sostenida- con un posible descenso de los casos de dengue. No obstante, hay especies de zancudos que están actualmente activas y es crucial evitar que el Aedes aegypti, que transmite el virus del dengue, se “instale” en nuestros hogares. A medida que se acerca el invierno, los especialistas llaman a mantener medidas preventivas para evitar la reproducción de estos vectores, como eliminar recipientes con agua estancada y proteger las viviendas con mosquiteros, entre otras.
En una nota reciente a Infobae, el doctor Hugo Pizzi, médico infectólogo, epidemiólogo y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, aportó: “Todos los brotes epidemiológicos tienen dinámica, es decir, comienzan, aumentan rápidamente los casos hasta alcanzar su punto máximo, luego se estabilizan y comienzan a disminuir. Eso es normalmente lo que ocurre en cualquier situación de un brote epidémico. Aquí, la situación es absolutamente transitoria. La actividad del mosquito disminuyó un poco cuando la temperatura estuvo fría o relativamente fría; templada. El mosquito no solo disminuye su actividad, sino que también abandona los alrededores de la casa y entra en el hogar”.
Por lo tanto, según Pizzi, “hay que tener mucho cuidado en estas circunstancias, ya que el mosquito puede estar detrás de las cortinas o en diferentes lugares dentro de la casa. Entonces, esto no significa que el problema esté resuelto; al contrario, ha disminuido un poco la actividad pero ya estamos viendo que están volviendo a aumentar los casos con el regreso del calor”.
“Hay muchas hembras de mosquitos infectadas con el virus del dengue que ponen huevos -siguió el infectólogo-. Esos huevos ya están infectados con el virus. Es decir que dentro de cinco o seis meses, cuando haya golpes de calor, los nuevos mosquitos eclosionarán y las hembras infectadas saldrán con el virus. Esto seguirá acumulándose y aumentando los aspectos negativos de cualquier brote epidemiológico. Por lo tanto, el concepto es que ha habido una disminución de casos, y que es cierto que la actividad del mosquito ha bajado, pero con el retorno del calor, los casos están comenzando a aumentar nuevamente”.
Por su parte, Adrián Díaz, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT, CONICET-UNC), apuntó: “Tenemos tres especies abundantes en Argentina: Aedes albopictus, Aedes aegypti y Culex quinquefasciatus, en el sur. De esas tres especies, la primera que desaparece con el frío es Aedes aegypti porque es un mosquito tropical, aunque se ha adaptado a climas templados. Con temperaturas sostenidas por debajo de los 14 grados, ya van muriendo”
“La segunda especie que desaparece es Culex quinquefasciatus, que ya cuando estamos en más o menos los 10°C empieza a perder actividad. Aedes albopictus es el último en irse porque es un mosquito adaptado a climas templados. Obviamente, en el invierno en la Patagonia no hay ningún mosquito. Pero durante el verano y el otoño del sur de las latitudes sureñas subsiste perfectamente y todavía no podemos hablar de frío”, planteó Díaz.
Al tiempo que remarcó: “Si tenemos dos días de 13°C o 14°C y después ya viene una temperatura de 20°C o 22°C, empiezan a activarse nuevamente los otros mosquitos. Los Culex quinquefasciatus con el frío mueren tanto el adulto como las larvas y los huevos. En el caso de Aedes albopictus y Aedes aegypti son mosquitos de inundación y tienen huevos que resisten a la sequía y al frío. Entonces desaparecen las larvas y los adultos, pero los huevos quedan y resisten el invierno”.
“El Aedes aegypti se ha adaptado tanto a los criaderos que el humano le ha generado, como también a identificar los olores y de esa manera percibir que es una fuente de comida sanguínea beneficiosa para ellos. Para evitar que entren a las casas hay que eliminar criaderos internos. Si uno tiene floreros, pueden criar ahí y la mejor manera de evitar que ingresen es poniendo telas mosquiteras en las ventanas y en las aberturas. De esa manera evitamos que entren y también hay que evitar que críen dentro del domicilio”, sugirió el especialista del CONICET.
La prevención del dengue
En cuanto a las medidas a considerar, la eliminación de los criaderos de mosquitos se realiza en domicilios y en espacios comunes. Para ello es necesario tirar, dar vuelta o higienizar con frecuencia los recipientes que acumulan agua, aunque sean pequeños, tanto dentro como fuera de las viviendas.
También, tapar o cubrir con tela mosquitera los grandes contenedores como tambores o tanques elevados y limpiar canaletas. Es importante cepillar los bebederos y cambiar el agua diariamente. Las piletas de natación se deben mantener cloradas y cuando no se utilizan, cubiertas. La participación de toda comunidad y la constancia en estas tareas es fundamental. En las áreas donde hay transmisión activa del dengue se recomienda eliminar mosquitos adultos mediante insecticidas para detener y cortar la transmisión.
Esta acción requiere de personal entrenado para que las acciones sean eficaces y a la vez evitar el desarrollo de resistencia del mosquito al insecticida. Además, se aconseja el uso de repelentes según las indicaciones de los fabricantes, como medida de protección individual permanente mientras continúen los casos.