El ministro de Exteriores de Reino Unido, David Cameron, ha avisado de un escenario de violencia “atroz” en la capital histórica de la región sudanesa de Darfur, El Fasher, por los enfrentamientos entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), antes de acusar a ambos bandos de atacar a la población civil en una ciudad donde están ahora mismo atrapadas más de 800.000 personas.
“La violencia en El Fasher y sus alrededores es atroz”, ha avisado Cameron, que habla de “cientos de muertos y heridos”, hospitales destruidos y gente atrapada por todas partes.
Cameron ha hecho hincapié en la existencia de “informaciones muy creíbles” de que los paramilitares están desencadenando ataques contra etnias no árabes como los masalit, los fur y los zaghawa
“Este patrón de violencia podría constituir un crimen contra la Humanidad”, ha avisado el ministro, quien también ha condenado “bombardeos indiscriminaados” del Ejército sudanés sobre “zonas densamente pobladas” y que han causado un número “catastrófico” de muertos entre la población civil.
Cameron ha instado a ambos bandos a que detengan las hostilidades y a las RSF en particular que levanten el asedio que mantienen desde el pasado mes de noviembre sobre la ciudad y los campamentos de desplazados de alrededor, donde sobreviven aproximadamente otro medio millón de personas.
Un último balance publicado este viernes por el Ministerio de Salud de Darfur Norte y recogido por Radio Dabanga estima concretamente 63 muertos y 388 heridos en una semana en El Fasher, cifras que también concuerdan con las proporcionadas por Médicos sin Fronteras, si bien todas las partes anticipan que la verdadera cifra de fallecidos será, casi con toda seguridad, significativamente mayor ante la violencia reinante.
Naciones Unidas estima que al menos 16.000 personas han muerto y 33.000 han resultado heridas desde el estallido de la guerra en Sudán el 15 de abril de 2023 pero la institución internacional recuerda que estas cifras son enormemente conservadoras. Estados Unidos ha dado por aproximados algunos balances que hablan de al menos 150.000 muertos.