Cari Lapique está viviendo los momentos más complicados de su vida. El pasado 7 de agosto fallecía su marido Carlos Goyanes en su residencia de Marbella a causa de un infarto fulminante mientras dormía y, sin tiempo apenas para digerir la muerte del amor de su vida, 19 días después perdía a su hija Caritina Goyanes a los 46 años de manera repentina, en el mismo lugar y por el mismo motivo que al hombre con el que llevaba casada 49 años.
Un durísimo golpe que la socialité intenta superar con el apoyo de su familia y sus amigas más íntimas -como Isabel Preysler o Nuria González- y completamente volcada en sus nietos Pedro (13) y Mini Cari (10), de los que apenas se separa desde el fallecimiento de su madre hace justo un mes.
Este lunes Cari reaparecía abatida en el multitudinario funeral en memoria de su marido y de su hija en la iglesia de San Agustín de Madrid, y apenas tres días después hemos vuelto a verla en otra misa, en este caso por Ramón Hermosilla -que falleció el pasado 31 de julio a los 90 años- en la parroquia de San Francisco de Borja.
A pesar del doloroso trance que está viviendo, la viuda de Carlos Goyanes no ha querido dejar de arropar a la familia del abogado, y lo ha hecho acompañada por la que está siendo su gran apoyo en los últimos tiempos, su hermana Myriam Lapique, que al igual que hizo Cari cuando ella perdió a su marido Alfonso Cortina en plena pandemia del Covid en 2020, apenas se separa de ella. Un funeral en el que por cierto coincidió con su yerno Antonio Matos, al que está muy unido tras la pérdida de Caritina.
Incapaz de ocultar su tristeza, la madre de Carla Goyanes evitó revelar cómo se encuentra, aunque sí quiso agradecer el apoyo y el cariño de la prensa tras el fallecimiento de su marido y de su hija: “Muchísimas gracias” respondía emocionada cuando las cámaras de Europa Press le preguntaron cómo estaba sobrellevando estos momentos.