Un imponente marco de público cerró la cuarta edición del Seminario de Innovación Educativa de Ticmas en la Feria del Libro, donde la última actividad fue una entrevista al Dr. Carlos Torrendell, actual Secretario de Educación del Ministerio de Capital Humano de la República Argentina.
En una charla relajada con Patricio Zunini, donde el foco estuvo puesto en la educación y no en la coyuntura, el doctor en Ciencias de la Educación expuso sus ideas y esperanzas para el desarrollo de su gestión ante un numeroso público presente. Transcribimos aquí el diálogo.
—Quiero comenzar con una afirmación de Valeria Abusamra, que dijo aquí mismo, en el seminario: “La lectoescritura permite una sociedad más justa y equitativa” ¿Cómo el Plan Nacional de Alfabetización piensa ir en camino a la justicia y equidad?
—Efectivamente, el año pasado y el anterior fue Argentinos por la Educación, desde la misma sociedad civil, que comenzó esta demanda fuerte y muy razonable. Cuando comenzó el gobierno, el presidente también había firmado por el compromiso, junto con no solo políticos nacionales sino también de las provincias.
—Lo habían firmado casi todos los candidatos, de hecho.
—Efectivamente. Lo que había que hacer era concentrarse, sin duda, en los aprendizajes fundamentales; en este caso de la alfabetización. Esto lo planteamos en el Consejo Federal de Educación, que reúne a todos los ministros de las provincias, en diciembre, antes de Navidad, al poco tiempo de asumir todos los nuevos Gobiernos, porque habíamos empezado el nacional y los provinciales. Estamos contentos porque, en un contexto económico y social muy complejo —y político muy complejo— se ha creado un clima de unanimidad en torno de una política educativa focalizada para que todos los chicos aprendan a leer y a escribir muy bien. Así que nos parece que es relevante y habla muy bien de todo el sistema educativo, en todos sus niveles, no importa los partidos ni las ideologías, ni las escuelas, ni los actores de la sociedad civil. Ha habido unanimidad enorme y nos da mucho ánimo.
Zunini, entonces, preguntó si la educación es un lugar donde es más fácil encontrar punto de acuerdo entre partidos políticos. “Yo no estaría tan de acuerdo”, dijo Torrendell entre risas y continuó: “El secreto consiste en más bien encontrar focos que nos unan y no que nos dividan. Tenemos que tratar de crear políticas educativas que se concentren en focos que sean demandas efectivas y necesidades reales de la sociedad como este tema (de la alfabetización) y que, al mismo tiempo, que de alguna manera, que nos unan desde distintas perspectivas plurales y su vez nos lleven a poder desplegar ese foco a través de diversas metodologías, o formas de realizarlo. Hay que aprender, en el siglo XXI, a desarrollar políticas educativas pluralistas y no hegemónicas u homogéneas”.
Además de la campaña en redes sociales #QueEntiendanLoQueLean que pone el foco en la crisis de la alfabetización argentina en la que uno de cada dos niños y niñas de tercer grado no comprenden los textos que leen; Zunini remarcó que las “fotos que encendieron las alarmas” en la sociedad son los resultados del ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo) en 2019, PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) en 2022; también las pruebas APRENDER (dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes de los estudiantes).
—¿En qué momento considera que desde que se implemente el Plan nacional de Alfabetización va a empezar a revertirse la tendencia de esta crisis?
—Una cosa positiva del desafío de la alfabetización es que uno puede lograr resultados en un mediano plazo; en general en educación se habla del largo plazo. En octubre de este año va haber una aplicación de la prueba APRENDER en tercer grado, en los últimos años se venía realizando en sexto grado. La idea es hacerlo en tercer grado para poder acercarnos más al núcleo de la alfabetización. Al concluir con el primer ciclo y poder tener un diagnóstico en ese sentido; y en dos años volver a aplicar la prueba APRENDER y ver si ya tenemos mejora. Obviamente la política educativa es nacional, pero a su vez es federal y por lo tanto vamos a apoyar a las provincias y fortalecerlas sobre la base de lo que ellas necesiten y en articulación con todo el Consejo Federal. Creemos que si hacemos las cosas bien es posible tener mejoras de acá al 2026. Es medio arriesgado tal vez que lo diga, pero prefiero arriesgarme, y en todo caso que nos evalúen y que la sociedad nos observe.
Además del foco puesto en esa alfabetización inicial, Zunini indagó sobre cómo se ocupará el Plan para los chicos en grados superiores y escuelas secundarias.
—La evaluación se aplica en tercer grado, pero es todo el primer ciclo que está en juego —dijo Torrendell—. Yo no soy un especialista en alfabetización, pero uno va aprendiendo al calor de ir diseñando estas políticas. Hay cinco momentos claves para la alfabetización que sería bueno que todos converjan, los distintos actores, sobre cómo actuar en los distintos momentos: la alfabetización familiar, la alfabetización temprana, la alfabetización inicial, que es a los 5, 6, 7, y es donde vamos a trabajar, luego la alfabetización avanzada y, finalmente, hacia el final del secundario, la alfabetización académica y la alfabetización del trabajo. Esos cinco momentos tienen que ser acompañados y articulados. En muchas escuelas secundarias,) los profesores de Lengua y Literatura, que están formados para el secundario pero no están preparados para enseñar alfabetizar tienen que aprender cómo alfabetizar. En esa línea es fundamental que el contenido transversal sea la alfabetización.
Por otro lado, Torrendell puso el acento en que “hay que generar metodologías en formación docente continua, para que todos los docentes y profesores observen los contenidos que tienen que enseñar y estén mirando los temas de lecto escritura y comprensión lectora”. Y agregó: “Esto no es alfabetización o mundo del trabajo, esto es al revés. Es una integración de todo. Vamos a lograr integrar la capacitación laboral siempre que lo hagamos simultáneamente con la alfabetización, sino también va a fallar o a formación profesional”.
Con respecto a la última reunión del Consejo Federal de Educación, donde no hubo acuerdo sobre cómo financiar el Plan Nacional de Alfabetización, Torrendell dijo que hay un cuarto intermedio hasta fines de mayo. “Faltaba especificar mejor la asignación de los recursos para cada tipo de eje”, dijo, y continuó: “Todo un desafío es la formación docente continua, otro desafío tiene que ver con el acompañamiento a las provincias, los recursos destinados a los libros que son centrales en una política de alfabetización, todo lo que tiene que ver con la evaluación”. Y agregó: “El Consejo Federal de Educación tiene que ser una comunidad de aprendizaje para las políticas educativas y también para la alfabetización. En un momento complejo, hay motivos para tener alegría y esperanza”.
—¿Cómo debe ser la formación docente?
—Yo suelo decir algo que tal vez alguno le disgusta porque está lejos del lugar común, pero es fruto de lecturas e investigaciones y miles de reuniones con docentes y directivos. Los docentes argentinos somos mejores que los resultados de aprendizaje que logramos. El problema del sistema educativo no son los docentes, los docentes son la solución. El problema del sistema educativo argentino tiene que ver con nuestras políticas y nuestra institucionalidad, por más que seas óptimo si estás en una empresa o en cualquier institución que no funciona bien o que no tiene una cultura potente. Si la cultura institucional no te cobija, por más óptimo que seas, no vas a lograr buenos resultados en tu trabajo. En la escuela pasa lo mismo, si no nosotros no generamos políticas educativas potentes y no acompañamos al docente, retroalimentándolos para la mejora en su trabajo profesional. Además en un contexto social muy complejo, donde entre el 60 y 70% de los chicos están en situación de pobreza y eso impacto fuertemente sobre la escuela; vos estás disminuyendo las capacidades que tienen los docentes para enseñar mejor.
—En un panel de este Seminario, Paola del Bosco destacó que la educación es un derecho y dijo “Tenemos que garantizar ese derecho evitando el abandono de los estudiantes”. Ese es un punto de dolor en el sistema educativo. ¿Cómo se lo va a trabajar?
—Hay dos respuestas para tu pregunta. Una primera, que solemos invisibilizar, es que el abandono es un efecto de los malos aprendizajes previos que no se consolidaron. Vas a decir que estoy obsesionado, pero de nuevo: la alfabetización. Si yo paso de año pero los aprendizajes fundamentales no se consolidan, lo que hago es construir un edificio sobre arena. No cae inmediatamente, cae después. El abandono, aún el abandono en el nivel secundario, es el efecto de acumulación de malos aprendizajes que termina implosionando más tarde. Entonces, primera respuesta: vamos a lo fundamental, la lectocomprensión. Y después hay un desafío grande —y no tengo una respuesta taxativa ahora—, que es pensar con las provincias todo el nivel secundario. La nueva política educativa tiene que emerger desde las experiencias de las provincias y las escuelas; y eso poder escalarlo. Y es algo complejo, pero es la única salida para enfrentar el abandono y para ir por una escuela que signifique algo para nuestros alumnos. Porque, otra cosa, queremos que los chicos aprendan y no se aburran los chicos, pero para eso no se tienen que aburrir los profesores. Los chicos se aburren porque no encuentran sentido. Y los profesores a veces tampoco lo estamos encontrando en lo que hacemos.
—Un tema de interés es cómo piensa la articulación entre lo público y lo privado en educación.
—Ahí hay otro cambio ideológico radical para realizar. Es un tema que he estudiado bastante y me gusta mucho. Yo sostengo hace mucho tiempo que toda escuela es privada y pública al mismo tiempo. Toda escuela tiene que integrarte con la sociedad, te vincula con el bien común, te llama aprender lo que la sociedad necesita y lo que vos necesitás para desarrollarte en ella, por lo que toda escuela tiene una dimensión pública. Sino identificamos público con estatal…
—En la Argentina la educación es pública, sea de gestión estatal o privada.
—Pero a su vez una escuela estatal o privada siempre tiene su parte particular. No existe la identidad de la escuela pública como algo unívoco, hegemónico o idéntico. Toda escuela tiene una historia particular, no existe la escuela pública que represente genéricamente a la Argentina. No existe verdaderamente la división entre escuelas públicas y privadas, de hecho hay muchas escuelas estatales que tienen más en común de identidad con escuelas privadas que con otras escuelas estatales, y viceversa. Sí es cierto que hay gestiones distintas. La división público-privado es una división muy negativa que lo único que ha hecho es tabicar nuestro sistema educativo. Es una división que, paradójicamente, fue un invento liberal del siglo XIX, y no un invento marxista. Hay una idea sobre el sistema educativo, que debe ser protegido de la oscuridad del mercado y del mundo del trabajo, y a su vez el sector privado tiene que estar medio alejado: todo eso hay que romperlo.
El Secretario de Educación, entonces, aseguró que trabajan en un modelo participativo: “No puedo seguir gobernando el sistema educativo como si el estado tuviera la única capacidad de ejercer poder sobre las escuelas, tenemos que integrar una sociedad en red, una sociedad del conocimiento y reducir la escolarización a intereses de uno y otro, pero sí potenciarla a partir de una integración con la sociedad; eso es un desafío clave”.
—Cuando llegue al final de su gestión en 2028, ¿cómo espera ser recordado? En todo caso, cómo espera ser evaluado por la ciudadanía.
—Tenemos que lograr mejoras en la alfabetización. El Presidente dijo en su discurso en su inicio de sesiones en el Congreso que “El analfabetismo es a la educación, lo que es la inflación a la economía”. En un sentido antropológico eso es cierto. Si no tenés moneda, no tenés confianza y no podés intercambiar. Cuando no estás alfabetizado, no tenés códigos para integrarte a la sociedad, generar confianza y vivir comunicado con el resto. La formación integral sólo es posible si les brindamos a los chicos la lectoescritura, la comprensión lectora. Eso va a cambiar su vida entera. Creo que tenemos que ser evaluados por eso.