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Las autoridades de Taipei han exigido a Pekín que libere el barco y a sus cinco tripulantes, quienes permanecen detenidos.
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]La Guardia Costera china ha confiscado un pesquero taiwanés y a sus cinco tripulantes y los ha obligado a dirigirse a un puerto de la costa de China continental, una medida que podría agravar las tensiones entre Pekín y el presidente de Taiwán, Lai Ching-te.
El pesquero, el Ta Chin Man 88, se encontraba en aguas chinas a unos 43 kilómetros al noreste de Kinmen, una isla controlada por Taiwán próxima a la costa china, cuando dos barcos de la Guardia Costera china lo abordaron y tomaron el control el martes por la noche, según informó la Administración de la Guardia Costera de Taiwán. Los barcos guardacostas taiwaneses que se dirigieron a la zona para ayudar al pesquero fueron bloqueados por sus homólogos chinos, añadió la administración.
La situación en los mares que rodean Taiwán, isla autogobernada que China reclama como propia, es cada vez más tensa, y los enfrentamientos entre guardacostas de ambos bandos parecen ir en aumento. La preocupación de los funcionarios es que tales encuentros conllevan el riesgo de un enfrentamiento que podría agravar el antagonismo entre ambas partes o incluso desencadenar una crisis regional.
Los guardacostas taiwaneses emitieron pedidos a los guardacostas chinos para que liberaran el pesquero, pero los barcos chinos solo respondieron “exigiendo que no hubiera interferencias”, según el comunicado de Taiwán. En el pesquero había dos tripulantes taiwaneses y tres indonesios, según las autoridades. Muchos trabajadores de los pesqueros taiwaneses proceden de Indonesia u otros países del sudeste asiático.
Liu Dejun, portavoz de los guardacostas chinos, declaró que el barco incautado había infringido una moratoria de pesca en aguas chinas declarada por China en mayo y había estado utilizando una red ilegal de malla fina. Liu afirmó en un comunicado que, durante la incautación del barco, los guardacostas taiwaneses “trataron de entrometerse en la aplicación normal de la ley” y fueron expulsados.
Hsieh Ching-chin, portavoz de la Administración de Guardacostas de Taiwán, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que el Ta Chin Man 88 había entrado en aguas territoriales chinas. Hizo un llamamiento a China para que liberara el barco y la tripulación, afirmando que no debían convertirse en peones de las tensiones entre China y Taiwán. China ha incautado 17 barcos pesqueros taiwaneses desde 2003 y el último incidente de este tipo se produjo en 2007, según Hsieh. En los últimos meses, funcionarios y medios de comunicación chinos han advertido a los pesqueros que no violen la prohibición de pesca, que dura hasta mediados de agosto.
“Este año, China es diferente del pasado, con una aplicación más estricta de la ley durante la moratoria pesquera”, dijo Hsieh. “China no debería utilizar factores políticos para tratar este incidente”.
Aun así, la incautación podría convertirse en otro motivo de irritación entre Taiwán y Pekín, especialmente si los tripulantes del barco permanecen retenidos en China durante semanas o más. Al gobierno chino le desagrada vehementemente Lai, quien asumió el cargo en mayo y rechaza tajantemente las reivindicaciones de soberanía de Pekín. En los meses anteriores y posteriores a su toma de posesión, China intensificó sus esfuerzos para intimidarle a él y a su Partido Democrático Progresista.
“Quieren demostrar a Taiwán que no tiene control sobre el espacio aéreo y marítimo. Desde luego, parece que están aumentando la presión”, declaró Bonnie Glaser, directora del Programa para Asia del German Marshall Fund of the United States, refiriéndose a las recientes acciones de China. “Creo que quieren señalar a Lai que está muy cerca de sus líneas rojas y que es mejor que no las cruce”.
El gobierno chino publicó el mes pasado unas amplias directrices sobre las sanciones que podría imponer a quienes considera partidarios de la independencia taiwanesa, lo que desató la alarma en Taiwán, especialmente porque las normas plantean la posibilidad de condenas a muerte en casos extremos. En respuesta, Taiwán advirtió a su población que no viajara a China.
China también ha intensificado los vuelos militares en torno a Taiwán, con la intención, al menos en parte, de desgastar la fuerza aérea y otras defensas de la isla. Casi 300 aviones del Ejército Popular de Liberación volaron en el espacio aéreo de la isla en junio, el segundo mayor recuento mensual desde que el Ministerio de Defensa de Taiwán comenzó a publicar regularmente estos datos en 2020, según PLATracker, un sitio web que analiza los datos publicados por el ministerio.
Ese aumento de la actividad militar no significa que se avecine un ataque contra Taiwán, de acuerdo con expertos y diplomáticos. Por el contrario, estas operaciones forman parte de la creciente táctica de “zona gris” de Pekín para intimidar y desgastar a Taiwán, pero sin llegar a una confrontación mayor que podría atraer a Estados Unidos, el principal apoyo de seguridad de la isla. Los guardacostas chinos, grandes y bien armados, son uno de los pilares de esta campaña.
En febrero, una lancha rápida china volcó tras ser perseguida por la Guardia Costera de Taiwán, y dos de sus tripulantes murieron. Desde entonces, China ha enviado repetidamente sus barcos a aguas cerca de Kinmen que Taiwán califica de zona prohibida.
China sigue reteniendo a un soldado taiwanés que estaba destinado en Kinmen. Al parecer, él y un amigo habían salido de paseo en barco en marzo y se adentraron en aguas chinas cercanas, donde fueron detenidos por la Guardia Costera china. El amigo del soldado fue liberado más tarde.
En junio, los guardacostas chinos impusieron nuevas normas sobre su autoridad para abordar y retener embarcaciones en aguas reclamadas por Pekín, y para detener a los extranjeros que viajen en ellas.
China utiliza su guardia costera “para presionar a las islas periféricas de Taiwán y a la isla principal”, afirmó Ou Si-fu, investigador del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional de Taipei, un grupo de reflexión dependiente del Ministerio de Defensa de Taiwán. “Este acoso de la ‘zona gris’ crea una molestia para Taiwán, cansándola de tanto dar vueltas, porque hay muchos barcos especialmente cerca de las islas periféricas, y Taiwán no tiene forma de contrarrestarlos eficazmente”.
Chris Buckley, corresponsal jefe en China del Times, informa sobre China y Taiwán desde Taipéi, y se enfoca en política, cambio social y cuestiones militares y de seguridad. Más de Chris Buckley
Amy Chang Chien es reportera e investigadora del Times, cubre Taiwan y China. Más de Amy Chang Chien
La situación en los mares que rodean Taiwán, isla autogobernada que China reclama como propia, es cada vez más tensa, y los enfrentamientos entre guardacostas de ambas partes parecen ir en aumento.