El 9 y 10 de julio de 1882, en el contexto de la Guerra del Pacífico, se desarrolló el conocido combate de Concepción en la historiografía peruana o combate de La Concepción en la chilena.
Este enfrentamiento tuvo lugar en la localidad de Concepción, capital de la provincia homónima en Junín, a 22 km de Huancayo, en los Andes centrales del Perú.
Las fuerzas chilenas y peruanas, con apoyo de milicianos locales, se enfrentaron en una lucha encarnizada que dejó huella en la historia de ambos países.
¿Qué pasaba antes del enfrentamiento?
Durante la campaña de la Breña o de la Sierra, las fuerzas de ocupación chilenas, bajo el mando de Patricio Lynch, se encontraron con una resistencia organizada por el coronel peruano Andrés Avelino Cáceres.
El líder de los peruanos había implementado la estrategia de formar un ejército en la sierra peruana, mientras que los campesinos locales creaban guerrillas para hostigar al ejército chileno cuando se aproximaban a sus poblados.
En un intento por enfrentar tanto a las fuerzas de Cáceres como a las guerrillas, Lynch envió varias expediciones a los pueblos serranos. La primera, liderada por Ambrosio Letelier, cumplió su misión de mantener cierto control, pero cometió abusos contra la población civil y se apropió de grandes sumas de dinero, lo que resultó en su enjuiciamiento en Lima.
La segunda expedición, comandada por el coronel Estanislao del Canto Arteaga, tenía como objetivo destruir las fuerzas de Cáceres. Sin embargo, las enfermedades como el tifus, la falta de abastecimientos y el saqueo de alimentos y ganado contribuyeron a fortalecer la resistencia campesina.
Las Fuerzas Peruanas
Los Guerrilleros
El 8 de febrero, Ambrosio Salazar llegó a Comas (distrito de Concepción, Junín) para organizar una guerrilla por orden de Cáceres, pero fue inicialmente rechazado por los campesinos. Sin embargo, tras una amenaza de requisición de provisiones por parte de un piquete de caballería chilena, los pobladores aceptaron la ayuda de Salazar, quien organizó y armó a los habitantes.
son 30 rifles y 50 hombres armados con rejones y otras armas, lograron emboscar y vencer al teniente chileno Ildefonso Álamos en Sierralumi, recuperando el botín y algunas armas. A principios de marzo de 1882, la tensión en la sierra central aumentó considerablemente, lo que llevó a la formación de más guerrillas.
El 30 de marzo, Cáceres nombró a Salazar comandante militar de la plaza de Comas. Las guerrillas campesinas, activas hasta principios del siglo XX, se formaron para defender sus tierras y su libertad, enfrentando la escasez de armamento y la desconfianza de algunos sectores.
El Ejército del Centro
Para junio de 1882, los peruanos al mando de Cáceres habían establecido su base de operaciones en la zona Izcuchaca. Desde allí, planeó encajonar a las fuerzas chilenas en el valle del río Mantaro, cortando su retirada hacia Lima y confrontándolos en cada pueblo.
Dividió sus fuerzas en tres columnas: una bajo el mando del coronel Máximo Tafur, otra bajo el coronel Juan Gastó, y la tercera bajo su propio mando. Las columnas de Gastó y Cáceres debían atacar las posiciones enemigas el 9 de julio, mientras que Tafur debía hacerlo una semana antes.
Las Fuerzas Chilenas
Concepción era el extremo de la línea de avanzada del coronel Del Canto, con 99 soldados al mando del capitán Alberto Nebel Ovalle. La 4.ª Compañía del Batallón 6.º de Línea «Chacabuco», con 77 soldados liderados por el capitán Ignacio Carrera Pinto, fue enviada a relevar a Nebel, quien tenía varios soldados enfermos de tifus y viruela. La situación del 6.º de Línea «Chacabuco» en Concepción era precaria, con escasez de alimentos y medicamentos y un número significativo de enfermos.
Comenzó el combate
El 8 de julio, las fuerzas de Juan Gastó y Ambrosio Salazar partieron de Comas y llegaron a San Antonio de Ocopa, donde el arzobispo Manuel Teodoro del Valle les informó sobre los movimientos chilenos en Concepción.
Al día siguiente, el 9 de julio, las fuerzas peruanas se acercaron a Concepción. Los guerrilleros de Salazar y las tropas de Gastó asaltaron la plaza, atacando las posiciones chilenas. Las fuerzas chilenas se defendieron con bayonetas y fuego de fusiles, causando bajas en las guerrillas.
Las fuerzas peruanas, en su mayoría armadas con rejones, atacaron desde diversas direcciones. A pesar de los esfuerzos defensivos, los chilenos se replegaron al cuartel, que tapiaron con muebles para protegerse. Los guerrilleros ocuparon los techos y ventanas, atacando a los chilenos hasta que se quedaron sin municiones.
Final y victoria
En la noche del 9 de julio, las fuerzas chilenas intentaron escapar hacia Huancayo, pero no lo lograron y volvieron al cuartel. Las guerrillas de Mito y Orcotuna, lideradas por Aurelio Gutiérres y Teodosio López, se unieron al ataque. A pesar de los esfuerzos defensivos, las fuerzas chilenas fueron forzadas a replegarse al convento, que fue incendiado por las guerrillas.
El 10 de julio, llegaron más guerrillas peruanas, y las fuerzas chilenas, sin municiones y acosadas por el fuego y el humo, fueron obligadas a salir.
Según las fuentes chilenas, el subteniente Cruz Martínez y sus hombres, sin rendirse, cargaron a la bayoneta y fueron muertos por las fuerzas peruanas. Las fuentes peruanas, por otro lado, indican que los chilenos depusieron las armas, pero fueron ejecutados en represalia por los saqueos e incendios previos.
El combate de Concepción, con su brutalidad y valentía de ambos bandos, se convirtió en un símbolo de resistencia y sacrificio. Las fuerzas peruanas, lideradas por Cáceres y apoyadas por guerrillas campesinas, lograron enfrentar con éxito a las fuerzas de ocupación chilenas, dejando una huella imborrable en la memoria histórica de ambos países.
Este enfrentamiento es recordado no solo por su impacto en el curso de la Guerra del Pacífico, sino también por el valor y la determinación mostrados por los combatientes en uno de los episodios más intensos de este conflicto.