Ver un documental sobre leones, una persecución policial o aquella inolvidable escena bajo la lluvia en Orgullo y Prejuicio provocan distintas reacciones en nuestro cuerpo. Por ello, nuestro género de cine favorito puede revelar algunas claves sobre cómo funciona nuestro cerebro. Esta es la conclusión a la que ha llegado un reciente estudio de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU) en Alemania y que ya ha sido publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience.
Los investigadores compararon los datos sobre las preferencias cinematográficas de 257 personas mediante múltiples grabaciones de la actividad cerebral. Así, descubrieron que quienes preferían las películas de acción y las comedias reaccionaban de forma muy intensa a los estímulos emocionales negativos, en comparación con quienes preferían las documentos o las cintas de suspense, cuyas reacciones fueron notablemente más débiles.
“Las películas son tan fascinantes porque no solo reflejan todas las emociones humanas, sino que también las evocan. Las emociones negativas, como la ira o el miedo, desempeñan un papel central en muchas películas”, expone la psicóloga Esther Zwiky, profesora en la MLU. Lo cierto es que hasta hace poco apenas se conocía sobre la conexión entre las preferencias cinematográficas y el procesamiento de las emociones negativas en el cerebro.
Sin embargo, el séptimo arte ha cautivado la atención de los psicólogos y cada vez son más los estudios que se realizan en torno a él. En este caso, los científicos analizaron la actividad cerebral de los participantes mediante imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) mientras que ellos observaban rostros de miedo o enfado y diversas formas geométricas. Según Zwiky, con esta prueba son capaces de “medir cómo procesa el cerebro los estímulos emocionales”.
Una vez que obtuvieron las imágenes del cerebro, se centraron en dos áreas concretas: la amígdala, encargada de procesar las emociones vitales y que “puede desencadenar una reacción de lucha o huida ante amenazas”, y el núcleo accumbens, conocido como el centro de recompensa del cerebro. Los resultados fueron sorprendentes: “Descubrimos que los fanáticos de las películas de acción mostraron las reacciones más fuertes en ambas áreas. No esperábamos esto, ya que las películas de acción suelen proporcionar muchos estímulos. Por lo tanto, habría tenido más sentido que estas personas hubieran sido menos fáciles de estimular”.
Una respuesta similar a las películas de acción y las comedias
Los resultados del estudio también apuntaban que quienes preferían las películas de acción eran especialmente susceptibles a los estímulos emocionales, además de encontrar dicha estimulación muy atractiva. Aquellas personas que optaban por las comedias mostraron una actividad cerebral muy similar.
En el caso de los aficionados a las películas policiales, de suspense y documentales, la situación era distinta, pues ambas áreas del cerebro reaccionaron considerablemente menos a los estímulos emocionales que los otros grupos de participantes.
Estas conclusiones han empujado al equipo de psicólogos de la MLU a pensar que “la gente elige los géneros cinematográficos que estimulan mejor su cerebro”. Sin embargo, todavía son necesarias más investigaciones al respecto que esclarezcan esa relación entre el cine y los estímulos que buscamos.