El Día de la Madre está bastante cerca y representa para muchos una de las fechas más especiales e importantes del calendario anual. Esto se debe a que la figura materna ha sido desde siempre un pilar para el crecimiento y desarrollo de los seres humanos, representando amor, confianza y protección, entre otros sentimientos que forjan una conexión única entre un hijo y su progenitora.
Esto no ha cambiado con el tiempo, sin embargo, las formas en que cada cultura y entorno social impactan en el rol de una madre y la crianza son variadas. En tal sentido, vale mencionar, por ejemplo, al caso de los incas y su forma de llevar la maternidad, que lejos de lo que cree, en realidad era un poco diferente a como conocemos hoy en día a las madres peruanas.
La maternidad en tiempos del Tahuantinsuyo
El canal de YouTube La biblioteca de Merlín ofrece una visión bastante detallada sobre la maternidad en la época del Tahuantinsuyo. En primer lugar, es importante mencionar que el embarazo, la primera etapa por la que pasa una madre, era un momento en que se mezclaban elementos rituales con elementos biológicos.
Muchas mujeres hacían ofrendas a la Pachamama o se encomendaban a las huacas para poder tener embarazos saludables. Algo parecido a lo que hoy en día todavía hacen muchas mujeres que profesan otros credos, y que revela en gran medida el amor que una madre siente por su bebé desde antes de su nacimiento.
Otro punto a destacar es que las mujeres embarazadas tenían un rol activo dentro del ayllu o el grupo familiar, sin embargo, se creía que podían ‘robarle fertilidad’ a las cosas.
El youtuber, Merlín, también cita a los cronistas Bernabé Cobo y Garcilaso de la Vega, quienes precisan que las mujeres podían dar a luz prácticamente solas. Es decir, si una madre se encontraba caminando, daba a luz al lado del camino y luego seguía su ruta con su recién nacido en una manta atada a la espalda.
La crónica de Garcilaso explica lo siguiente sobre el trato con el bebé:
“Cada mañana que le envolvían le habían de lavar con agua fría, y las veces puestas al sereno…decían que hacían esto más por acostumbrarlos al frío y al trabajo y también porque los miembros se fortaleciesen. No les soltaban los brazos de las envolturas porque decían que soltándoselos antes, los hacían flojos de brazos”.
Este extracto ofrece una visión de la crianza para una vida de trabajo y esfuerzo que tenían los incas desde muy pequeños.
Una crianza distinta
Para responder a esta pregunta, el canal en mención citó el artículo Ciclo vital, crianza y educación del niño en la época incaica de Alegría Majluf, donde se menciona que las madres evitaban a toda costa cargar a sus bebés. En tal sentido, una mujer del incanato amamantaba a su pequeño acercándose a él y únicamente tres veces al día sin importar cuánto llorara el pequeño.
Aunque esto se contrapone con los estilos de crianza actuales, donde los niños son alimentados a libre demanda y continuamente en brazos de sus madres, en realidad respondían a la visión que se tenía de la vida por aquellas épocas, ya que estas medidas buscaban que el niño no se convierta en ‘llorón’ y para que al crecer no fuese glotón.
Pese a esto, que puede ser considerado una barbaridad hoy en día, el artículo de Alegría Majluf explica que solo la madre podría criar al bebé sin importar su estrato. El único momento en que este podía ser dejado a cargo de otra persona era en caso de enfermedad.
Para el caso de los niños que estaban dando sus primeros pasos, las madres solían cavar un hoyo en el suelo donde el pequeño se entretenía con algunos juguetes y podía saltar y permanecer durante muchas horas, esto con el fin de evitar tenerlos en brazos.
Finalmente, un punto interesante está ligado a los nombres. El artículo de Majluf revela que los niños no tenían nombre hasta que dejaban el pecho de su madre, es decir, casi a la edad de uno o dos años.
Allí se celebraba la ceremonia conocida como Rutuchicoy. Sin embargo, no era sino hasta que el menor cumplía los 14 años y pasaba por el Waracikoy o rito de pubertad, que obtenía un nombre definitivo. Para las mujeres, en cambio, el ritual se hacía una vez llegada la primera menstruación y se llamaba Quicuchicoy.
Los niños tampoco se libran de ciertas responsabilidades de acorde a su edad y generalmente solían pasar mucho tiempo ocupados en las labores familiares, lo que dejaba poco tiempo para juegos convencionales.
Por supuesto, los tiempos han cambiado y la maternidad se vio influenciada por las corrientes extranjeras y las nuevas formas de relación entre una madre y su bebé, no obstante, esta fecha es el momento preciso para recordar la visión que tenían las antiguas madres del imperio incaico.