El resultado de la licitación de bonos del Tesoro fue un mensaje contundente para el Gobierno: los privados, particularmente los bancos, quieren tasas más altas para renovar los vencimientos y muestran poco interés en seguir prestándole al Estado, ya que tienen la demanda de crédito del sector privado que mejora la calidad de sus balances con menor riesgo. De hecho, los vencimientos que debe cubrir el Tesoro son de $7,1 billones. Una de las características de casi todas las licitaciones fue que la oferta excedía la demanda oficial. En esta oportunidad sucedió lo opuesto. El monto ofrecido fue de $5,76 billones y se captaron $4,78 billones, es decir, el 67% de lo que se necesitaba renovar.
El Gobierno, en un comunicado, recibió con optimismo la novedad; celebró el aumento del crédito al sector privado y señaló que hace tiempo preveían este escenario, por lo que fueron acumulando pesos en la cuenta del Banco Central. Con ese dinero, cubrirán los $2,32 billones faltantes, lo que implica una reducción de la deuda del Tesoro.
Según el analista financiero Salvador Vitelli, “no dudo que hubo una reaparición del crédito, principalmente un crédito barato, y por eso le exigen más tasa al Gobierno para renovar vencimientos, dado el diferencial de carry (colocaciones en pesos que apuestan a rendir más que la suba de los dólares financieros). Para empezar, un ‘crowding in’ genuino (efecto atracción) o demanda de pesos, debe ser consistente con los niveles de precios porque si expandís el crédito, expandís pesos que no son necesariamente consistentes con la baja de precios que deseas ver. A priori, el Tesoro no convalidó tasas más altas que estén en línea con las que espera el mercado y estableció un equilibrio con la inflación esperada”.
La LECAP más corta, que vence a fin de octubre, fue la que más éxito tuvo, ya que se captaron $1,5 billones a 3,75% efectivo mensual. La que vence a fin de enero atrajo $611.256 mil millones a una tasa de 3,94%. La tercera favorita fue la que vence el último día de septiembre próximo, que tomó $457.562 millones a 3,98%, la misma tasa de la licitación anterior.
Los dos Boncer recaudaron menos de $300 mil millones, lo que muestra el escaso interés que despiertan los bonos que ajustan por la inflación. Según el sales trader del Grupo IEB, Julián Hirsch, “por más que era una posibilidad que el equipo económico había explicado que podría ocurrir -y sería positivo en la coyuntura actual- quedará por verse cuál es la lectura que hace el mercado de esta licitación y si sigue la dinámica dolarizadora”.
El informe de la consultora F2 de Andrés Reschini opinó que “las tasas de corte no desentonaron con la curva de rendimientos del mercado secundario y lo manifestado por Finanzas luce razonable, más teniendo en cuenta que la tasa de captación bancaria ha estado incrementándose paulatinamente. La pregunta es qué destino tomarán los pesos que quedaron afuera de la licitación”.
En este marco, el dólar tuvo una leve suba por la aparición de exportadores liquidando el 20% de sus operaciones en el mercado de dólar contado con liquidación (CCL). El MEP aumentó $1,16 (+0,1%) a $1.210,95, mientras que el CCL bajó 90 centavos a $1.227,24. El dólar “blue” dejó $10 en el camino y cerró a $1.230 después de tocar un piso de $1.220. El dólar tuvo una fuerte baja en el mundo, mientras subió el real brasileño, lo que hace menos incómodo el precio de la divisa en la Argentina.
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En tanto, en el Mercado Libre de Cambios (MLC) se negociaron USD 115 millones menos que la rueda anterior. Las operaciones sumaron USD 225 millones y el Banco Central tuvo que vender 20 millones. Las reservas subieron USD 329 millones a 29.163 millones. Por otra parte, el martes ingresaron por el blanqueo $1.340 millones, lo que marca un récord.
Para el jefe de mesa de ConoSur, Juan Martín Yanzón, “el mercado estuvo bastante calmo ante el levantamiento de la restricción para comprar dólar CCL por más de $200 millones. En las mesas nos preguntábamos hace unos días qué iba a pasar cuando se caiga la restricción. Lo cierto es que estuvo tranquilo, aunque hubo momentos de volatilidad y algunos empezaron a pagar y movieron el precio. La demanda de bonos soberanos siguió firme, pero, a diferencia de otros días, apareció oferta y se pudieron comprar títulos que eran difíciles de conseguir como Neuquén 30, Chubut 30 hasta el imposible Ciudad Autónoma de Buenos Aires 27.
Con el estiramiento del blanqueo, creo que el flujo va a seguir siendo tomador. Lo más interesante que vimos por la mañana fue Ecuador, que tuvo un recorrido parecido al de la Argentina, lo que nos da la pauta de que no somos solo el efecto del blanqueo, sino que estamos en el proceso global de asumir riesgos que cuesta percibir porque vivimos en nuestra burbuja. Pero el mundo está pagando deuda de afuera y empieza a derramar dólares para estos lares. De hecho, se ven brokers del exterior que comienzan a ser tomadores. Cada vez hay más jugadores que apuestan al riesgo”.
El otro dato que impactó fuerte en las Bolsas del mundo fue el derrumbe de los precios del petróleo por debajo de los USD 70. Según el trader Matías Togni, “a pesar de los esfuerzos de los Bancos Centrales por estimular el nivel de actividad económica, ante señales prematuras de enfriamiento, los commodities relacionados con la energía no logran repuntar y claramente evidencian una contracción ya no solo en el hemisferio occidental. China anunció un paquete de liquidez para apuntalar el sector de la construcción y mercado de capitales; el mercado tuvo una primera lectura positiva, pero después de digerir la noticia se está interpretando que Beijing entró en pánico y tal vez las cosas sean peores de lo que dejan trascender. El petróleo retrocedió 3% ante menores previsiones de crecimiento en China (el principal importador) y rumores alertando que Arabia Saudita finalmente tiró la toalla y está dispuesto a volcar más barriles al mercado a partir de diciembre, cuando se empieza a vislumbrar una sobreoferta. El pesimismo en el sector oil & gas se volcó finalmente a las acciones locales, cortando una racha de subas semanales”.
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La Bolsa local padeció esta situación y el Merval de las acciones líderes cayó 1,63%, con Transportadora Gas del Sur (-5,27%) en el podio. Los ADR -certificados de tenencia de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York- padecieron esta tendencia y cerraron en rojo, motorizadas por bancos y empresas de energía. Solo Corporación América (+3,7%) se salvó de la debacle. Transportadora Gas del Sur perdió 5,6% de su valor.
El otro dato que esperaba el mercado era la tasa de pobreza, que se ubicó en el 53%. El economista Fernando Marull publicó en “X” (ex Twitter) un gráfico de la tasa de pobreza histórica desde la hiperinflación de 1989. El ministro de Economía, Luis Caputo, hizo un post sobre el gráfico, señalando que “muestra de manera elocuente la diferencia cuando el ajuste lo hace el mercado versus un programa económico serio. Desde una situación mucho menos crítica, post crisis 2001, la tasa de pobreza casi se duplicó para llegar al 58%. Prueba contundente de que no es una exageración cuando el presidente Milei dice que si no hubiéramos evitado la catástrofe que muchos predecían, la pobreza podría haber llegado a niveles del 80 o 90%”.
Entre las respuestas al post, le recordaron que el 58% fue sin planes sociales, por lo que “éste 52% es una calamidad del kirchnerismo”.
Hoy, el mercado con sus compras y ventas dará su opinión sobre la licitación del Tesoro, que no fue la esperada, pero resultó beneficiosa para muchos por la reducción de la deuda sin emisión. Una parte de la suerte del mercado depende de lo que harán los inversores con $1 billón que quedaron afuera de la licitación.