No para la polémica en Santa Marta luego de que el padre Hernando Fagid Álvarez Yacub, conocido como el padre Fajid, decidiera no acatar las decisiones de la Diócesis de la ciudad, que determinó que el presbítero debía abandonar la capilla del Cementerio San Miguel, donde ofrece misas desde hace 18 años.
De hecho, en las últimas horas la Diócesis de Santa Marta emitió un decreto de suspensión canónica contra el padre, debido a su desobediencia reiterada y prácticas inapropiadas tanto misionales como administrativas. Según informaron, desde el 25 de abril de 2024, Fajid ya no hacía tenía potestad para ejercer sus funciones eclesiásticas.
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Sin embargo, lo que más sorprendió a los feligreses fue la decisión del obispado de iniciar un proceso de amparo policivo contra el padre Fajid y la sociedad Parque Cementerio San Miguel S.A.S., con el fin de declarar que los denunciados están perturbando la tenencia legítima del cementerio por parte de la Fundación Juan Pablo Segundo.
En otras palabras, Fajid será desalojado por la Policía por posible invasión en propiedad privada, tras los repetidos intentos de conciliación que resultaron en la negativa del religioso, quien se niega a abandonar la capilla por la gran popularidad y aprecio que ha recibido de parte de los habitantes de Santa Marta.
La situación se originó cuando la diócesis decidió trasladar al padre Álvarez, nombrado como encargado de la capilla del Cementerio San Miguel en noviembre de 2005, para continuar su misión en otra parroquia. Pese a que se le concedió una prórroga en abril de 2023, el sacerdote se negó repetidamente a aceptar la decisión de traslado y a dejar sus labores en la capilla y el cementerio, constituyendo lo que la diócesis considera una “evidente desobediencia”.
En diciembre de 2023, fajid ignoró nuevamente la determinación de la diócesis y, en un intento por mantener el control del cementerio, creó un organismo civil para operar la gestión del lugar. Este acto fue visto como un desafío a la institucionalidad y la administración vigente, y resultó en más tensiones.
El 6 de enero de 2024, la diócesis notificó al padre Álvarez Yacub el nombre de su sucesor, padre Armando Echeona Melo, asignado como director provisional de la Fundación Juan Pablo Segundo, encargada de la gestión del Cementerio San Miguel. Sin embargo, al ser informado, el padre Álvarez se negó a realizar la transición y profirió amenazas contra el nombramiento del nuevo director.
De hecho, la desafiante actitud del párroco llevó al obispado a alertar a la comunidad sobre posibles actividades irregulares que podrían ser realizadas en nombre del padre Álvarez o el cementerio. “Se exhorta a la comunidad a abstenerse de adquirir servicios o hacer negociaciones con el sacerdote o cualquier otra persona que pretenda actuar en nombre del cementerio o de la Fundación Juan Pablo Segundo”, comunicó la diócesis.
En su pronunciamiento, la diócesis afirmó que las decisiones y acciones tomadas están orientadas por las necesidades pastorales y administrativas para proporcionar el cuidado pastoral necesario a los fieles de cada comunidad. Asimismo, el obispado asegura mantener una actitud de puertas abiertas y transparencia con quienes requieran más información sobre el caso.
Por su parte, Fajid ya había anunciado que no dejará de oficializar misas en la capilla y que ha sentido una persecución por parte de la diócesis que le confirió el poder para evangelizar en esa zona de la ciudad. “Me dijo que no tenía otro lugar para mí y que me dedicara a vivir de mi propio patrimonio. Yo le dejé claro que no estaba siendo justo y que no me iría del cementerio hasta que no se definiera un lugar donde reubicarme”, señaló Fajid a El Tiempo.
Asimismo, indicó que la decisión del obispo José Mario Bacci Trespalacios se basa en un capricho y no en razones de peso para apartarlo de su iglesia y su comunidad. “No tengo ninguna investigación canónica, ni moral, ni administrativa, ni disciplinaria. Tengo una hoja de vida intachable. El señor obispo no me suspende no por falta disciplinaria, sino por capricho”, concluyó.