BrazilX (Formerly Twitter)Social MediaFreedom of Speech and ExpressionMusk, ElonMoraes, Alexandre de (1968- )Supreme Federal Court (Brazil)Computers and the Internet
La compañía de Elon Musk dejó de funcionar en Brasil el sábado, enviando a los comentaristas en línea a otras plazas digitales, como Bluesky, Instagram y Threads.
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]Cuando el reloj marcaba la medianoche en Brasil, se detuvieron las publicaciones.
La red social X, antes Twitter, empezó a dejar de funcionar el sábado en el país más grande de América Latina después de que un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenara su cierre horas antes. Fue la culminación de una batalla de meses entre el juez, Alexandre de Moraes, y el propietario de X, Elon Musk, sobre lo que se puede decir en línea en Brasil.
En las últimas semanas, Musk dijo que X dejaría de cumplir las órdenes judiciales del juez Moraes de suspender determinadas cuentas. Después de que Moraes amenazara con arrestar a los empleados de X, Musk retiró al equipo de X de Brasil. Moraes respondió bloqueando X el viernes.
Horas después, millones de brasileños se despertaron el sábado con una red social que no cargaba. Los usuarios de la aplicación seguían viendo un historial, pero las publicaciones estaban congeladas desde el viernes por la noche. Quienes intentaban abrir el sitio web se encontraban con una pantalla en blanco, como si el sitio no existiera.
Algunos clientes de los pocos proveedores de internet que aún no habían acatado la prohibición en la mañana del sábado publicaron con entusiasmo en X que todavía podían utilizar el servicio, y la frase “no se cayó” comenzó a ser tendencia en X. (Uno de esos proveedores era Starlink, el servicio de internet por satélite gestionado por SpaceX, la empresa espacial de Musk).
Pero en su mayor parte, el Twitter brasileño se había desconectado, y el resto del mundo se dio cuenta de repente de hasta qué punto el sitio había sido impulsado por el país extremadamente conectado de 200 millones de personas. (Con nueve horas y 32 minutos al día, los brasileños ocupan el segundo puesto mundial en uso promedia diario de internet, solo por detrás de los sudafricanos, según Proxyrack, un proveedor de infraestructuras de internet).
El viernes por la noche, empezaron a aparecer una serie de mensajes de despedida de cuentas X populares, incluidas muchas cuentas de admiradores de ciertas celebridades. “Como todos los administradores son brasileños, no nos será posible continuar con las actividades en este momento”, explicaba una publicación del usuario @21metgala, que publica actualizaciones sobre famosos a sus casi 176.000 seguidores. “Estaremos en Bluesky e Instagram🤍”.
En efecto, a medida que los brasileños perdían el acceso a sus antiguas cuentas en X y a sus seguidores, muchos decidieron llevar sus reflexiones a otras plazas digitales.
Bluesky, una red social parecida a X, registró un aumento récord de su uso tras el anuncio de la prohibición de X en Brasil. Cientos de miles de nuevos usuarios acudieron al servicio en cuestión de horas, según los datos publicados en la plataforma por sus empleados.
El jueves, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, compartió en X una lista de sus cuentas en otras plataformas. La lista empezaba con Bluesky.
Otras iban a Threads, el competidor de Meta en X. Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, creó Threads para tratar de sacar provecho de la reacción contra la compra de Twitter por Musk en 2022 y su transformación del servicio que rebautizó como X.
Tanto Bluesky como Threads aún no han superado a X, en parte porque mucha gente que había conseguido seguidores en Twitter se resistía a empezar de nuevo. Pero ahora las dos florecientes redes sociales podrían encontrar nueva vida en Brasil.
Brasil es el quinto mercado internacional de X, por detrás de Japón, India, Indonesia y el Reino Unido, según la empresa de datos Statista. Más de 20 millones de personas utilizan X para opinar sobre política, deportes y entretenimiento.
Hay una forma de evitar el bloqueo de X en Brasil. La gente puede utilizar redes privadas virtuales, o VPN, un software de privacidad común que hace que el tráfico de internet parezca provenir de otro país.
Pero en su orden del viernes, Moraes dijo que las personas que utilizan VPN para eludir el bloqueo podrían enfrentarse a una multa de 50.000 reales brasileños, o casi 9000 dólares, al día, que es más de lo que gana un brasileño promedio en un año.
“Estoy tuiteando esto con VPN”, escribió en X Marcel van Hattem, diputado brasileño de derecha, quien añadió: “seguiré tuiteando a pesar de la persecución o las amenazas del Estado porque creo en la libertad de expresión”.
Van Hattem pidió a los brasileños que se unieran a las marchas previstas para el 7 de septiembre, día de la Independencia de Brasil, para pedir la destitución de Moraes. Dio a entender que estaba dispuesto a pagar la multa diaria de 50.000 reales por utilizar una VPN.
En Threads, Chico Barney, una personalidad brasileña de internet, bromeó diciendo que la plataforma no era lo mismo que X.
“Esto está muy bien, chicos. Me encanta Threads”, publicó en portugués justo después de que entrara en vigor el bloqueo de X. “¿Alguien puede prestarme 50.000 reales?”.
Jack Nicas es el jefe de la corresponsalía en Brasil, con sede en Río de Janeiro, desde donde lidera la cobertura de gran parte de América del Sur. Más de Jack Nicas
Kate Conger es reportera de tecnología en San Francisco. Le puedes escribir a kate.conger@nytimes.com. Más de Kate Conger