El descubrimiento de un posible planeta orbitando a la estrella 40 Eridani A en 2018 causó revuelo entre los fans de Star Trek, ya que en ese universo ficticio, un mundo denominado “Vulcan” se encontraba en esas mismas coordenadas, a tan solo 16 años luz de la Tierra. Ese era el hogar del personaje Spock, perteneciente a la franquicia de ciencia ficción que comenzó en la década de 1960. Pero en la actualidad, gracias a una avanzada tecnología capaz de detectar fluctuaciones en la velocidad radial y el brillo de estrellas lejanas, los científicos determinaron que el planeta candidato HD 26965 b es en realidad una ilusión causada por variaciones en la actividad del astro.
Un equipo liderado por la astrónoma Abigail Burrows del Dartmouth College publicó un estudio en el que se detallan las mediciones y los métodos que se utilizaron para determinar que el planeta semejante a “Vulcan” no existe. Analizaron datos a través del espectrómetro NEID de la NASA, el cual posee una gran capacidad de medición de velocidad radial.
¿Por qué surgió la confusión?
Con el fin de descubrir nuevos exoplanetas, es decir, mundos que se encuentren por fuera del sistema solar, se observan distintos comportamientos de las estrellas a través del análisis de las variaciones en su brillo. Por un lado se puede emplear el método de tránsito, utilizado por el telescopio espacial TESS, mediante el cual se estudia la luz de un astro y se detectan patrones de reducción de intensidad de su resplandor, lo que sucede cuando un posible planeta se encuentra orbitando y pasa entre la estrella y el observador.
La otra alternativa es el método de velocidad radial, que consiste en examinar ciertos movimientos de la estrella causados por el efecto gravitacional que ejerce el planeta, o posible planeta, que la orbita. A raíz de este “bamboleo” el brillo de la estrella parece cambiar de color cuando se aleja del observador, tornándose más rojiza, y cuando se acerca, adoptando un tono azul. Esto sucede debido al cambio en la percepción de la longitud de ondas de la luz, denominado “efecto Doppler”. De esta manera también se pueden conocer el período orbital y la masa del planeta.
Este fue el método que un grupo de científicos utilizó en 2018 para proponer a HD 26965 b como candidato. Las características que le atribuyeron a este falso planeta fueron la de ser una “súper Tierra”, más grande que la Tierra y más pequeño que Neptuno, y de cumplir una órbita de 42 días alrededor de su estrella, según comentaron desde la NASA en un artículo.
Ya en 2018, los astrónomos que hallaron al candidato advirtieron que podía tratarse del resultado de una actividad “desordenada” de 40 Eridani A. Esta estrella se encuentra a aproximadamente 16 años luz de la Tierra y es el centro de un sistema estelar triple compuesto también por los astros 40 Eridani B y C.
En ese momento no existían instrumentos con la capacidad que tiene NEID, el cual comenzó a funcionar en el año 2022, para detectar la velocidad radial basada en el efecto Doppler. Este espectrógrafo puede analizar datos provenientes de las distintas capas exteriores de la estrella, y gracias a esto los expertos detectaron valores distintos entre la combinación de todas las señales y las mediciones de longitud de onda individuales, resultantes del movimiento del astro.
“Eso significa que, con toda probabilidad, la señal del planeta es en realidad el parpadeo de algo en la superficie de la estrella que coincide con una rotación de 42 días; tal vez la agitación de capas más calientes y más frías debajo de la superficie de la estrella, llamada convección, combinada con características de la superficie estelar. como manchas y “plagas”, que son regiones brillantes y activas”, explican desde la NASA.
Por ende, 40 Eridani A finalmente no posee ningún planeta en órbita, por lo menos hasta que se demuestre lo contrario. La investigación que devino en la clasificación de HD 26965 b como “planeta falso positivo” demuestra las grandes habilidades que posee la avanzada tecnología espacial para captar datos provenientes de las variaciones y movimientos estelares, lo que significa que los científicos están logrando determinar características de planetas, astros y sistemas enteros con más precisión que nunca.