A pocas horas de la final entre Colombia y Argentina crece la expectativa entre los hinchas, por la ilusión de que la Tricolor logre su segundo título en el torneo de selecciones más antiguo del mundo, recordando que la última victoria fue hace 23 años.
El buen momento del equipo nacional eleva las expectativas de los aficionados después de que la última victoria contra Uruguay (1-0), marcó un hito histórico para la selección de Colombia al llevarla por tercera vez a la final del certamen continental con una nueva marca.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Gracias a la victoria, los cafeteros ampliaron su racha de partidos invictos, superando el mayor récord de su historia de 27 encuentros sin perder que había alcanzado el combinado nacional entre 1992 y 1994 bajo la dirección de Francisco ‘Pacho’ Maturana. La mayoría de estos encuentros (25) han sido dirigidos por el actual entrenador, Néstor Lorenzo.
Entre las tradiciones que rodean tanto a hinchas como a jugadores en importantes partidos de fútbol se destaca una plegaria a San Luigi Scrosoppi, un sacerdote católico, fundador de las Hermanas de la Providencia de San Cayetano de Thiene, que fue canonizado en 2001 por el papa Juan Pablo II.
Hoy en día, San Luigi es reconocido como el patrono de los futbolistas, a quienes protege con su fe en cada encuentro. Es por eso que algunos hinchas colombianos recurren a su santo patrono para que la Selección gane la Copa América. En cada partido, realizan la oración de este beato con la esperanza de que el equipo de fútbol alcance la final y se consagre campeón.
Historia San Luigi Scrosoppi y por qué es el santo de los futbolistas
Nacido en Udine, en la región de Venecia, el 4 de agosto de 1804, Luigi Scrosoppi fue el más joven de los tres hijos del joyero Domenico Scrosoppi, y Antonia Lazzarini. Cuando tenía unos 12 años, la región en la que vivía fue azotada por la sequía, el hambre, el tifo y la viruela, lo cual impresionó al joven, que en su adolescencia sintió el llamado al sacerdocio. Ordenado el 31 de marzo de 1827 en la catedral en Udine se unió a dirigir un orfanato junto a su hermano.
En 1845 fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, para la educación cristiana de la juventud femenina. Murió el 3 de abril de 1884 en Udine y fue canonizado en 2001 por el papa Juan Pablo II, gracias a que la iglesia católica certificó la cura milagrosa del sida de un joven en Sudáfrica, quien aseguró que en octubre de 1996 vio al padre Luigi en sueños, comenzó a sentirse mejor y al amanecer estaba completamente curado.
Los católicos reconocen a San Sebastián como patrono de los atletas y a San Juan Pablo II, como el de los deportistas; sin embargo, no había un protector oficial de los futbolistas, y, sobre todo, nadie a quién pedirle su ayuda cuando dos equipos se enfrentan frente a frente.
Pensando en eso, el empresario austriaco Manfred Pesek decidió convocar a un grupo de profesores universitarios para que le ayudara a investigar la relación de miles santos con el balompié, aunque al final terminaron eligiendo a uno que nunca en su vida había pateado una pelota.
Pesek contó además con el respaldo de los obispos Alois Schwarz y Andrea Bruno Mazzocato, así como de la sección ‘Iglesia y Deporte’ del Consejo Pontificio para los Laicos que consideraron figuras de la iglesia que cumplieran criterios relacionados con el fútbol como un elemento orientado a la formación humana, como disciplina, trabajo en equipo, capacidad de sacrificio, preparación, estrategia, saber perdonar y la capacidad para encajar los goles y las derrotas con “espíritu deportivo” y que, además, estuviera especialmente vinculado con la juventud y la infancia.
Tras largos meses de trabajo se elaboró un listado de 10 candidatos que cumplían con todas las condiciones, entre los cuales se seleccionó finalmente a san Luigi Scrosoppi. El 22 de agosto de 2010 se reveló una nueva estatua de Scrosoppi sosteniendo un balón de fútbol, proporcionando así a los aficionados un santo a quien dirigir sus plegarias.
Oración a san Luigi Scrosoppi
Oh, Santo Luigi Scrosoppi, patrono de los futbolistas / tú que eres vivo ejemplo de la caridad, la paciencia y el infinito amor por el deporte / tú que te dedicaste de manera incansable a la juventud y al deporte como una opción para todos / concédenos hoy el triunfo de nuestro equipo / Que cada jugador se impregne con tu sabiduría / que sea la paciencia y la humildad quien reine en el terreno de juego / intercede por cada jugador, para que pueda encontrar las mejores jugadas, para que siempre recuerde los principios del fútbol y defienda sus valores / Permítenos conseguir la victoria hoy.