Cuando se habla del gazpacho, se habla de ese plato típico de la gastronomía de España, en concreto, de Andalucía, que, con frecuencia, se convierte en el gran protagonista del menú de un buen número de hogares. Y es que su sabor delicioso y su frescura hacen que sea una comida ideal para los meses de verano, en los que ayuda a combatir el calor. A ello se une que se trata de una receta de lo más fácil y rápida, elaborada con productos de la tierra. Pero lo cierto es que, al prepararlo, hay quienes cometen errores que, para los amantes de la cocina, son casi imperdonables si se quiere conseguir que sea de calidad.
El gazpacho es, sin duda, uno de los platos más emblemáticos de la cultura culinaria española. A pesar de que, con el paso del tiempo, ha ido variando la receta, con la incorporación de nuevos ingredientes, la tradicional incorpora productos naturales, tales como tomate, pepino, cebolla, pimiento rojo y/o verde, ajo, aceite de oliva virgen extra, vinagre y agua. No obstante, el tomate combina a la perfección con otros alimentos como las cerezas, fresas o sandía.
Pero, para que el gazpacho sea tan sabroso como refrescante, es fundamental tener en cuenta una serie de claves para que este tenga su máxima calidad. Aunque, como ocurre con el resto de platos, cada comensal puede elaborarlo de la forma que estime oportuna, añadiendo o eliminando ingredientes, en función de su gusto y paladar. Y es que admite infinidad de innovaciones, siempre y cuando se respete su esencia.
Lo que sí debe tener un buen gazpacho
El gazpacho destaca por su sabor intenso y refrescante. Aunque la receta varía según la región y el cocinero, el tomate es el ingrediente principal que debe primar en la mezcla. Por ello, el uso de uno adecuado es crucial. Los expertos recomiendan el tomate de pera, destacado por su dulzura y jugosidad. Pero siempre deben estar bien maduros para aportar el sabor deseado. Si al comprarlos están duros, se aconseja dejarlos a temperatura ambiente hasta que se ablanden y endulcen.
Una técnica práctica para potenciar los sabores del gazpacho consiste en preparar las verduras con antelación. Se recomienda picar todos los ingredientes, añadir aceite, vinagre y sal, y dejar reposar la mezcla tapada durante varias horas o hasta el día siguiente. Este método permite que los sabores se integren mejor, además de ser útil para quienes encuentran fuertes ciertos ingredientes crudos, como la cebolla, el ajo y el pimiento.
En cuanto al equilibrio de los componentes, se debe usar el aceite de oliva en cantidades generosas pero con un sabor suave. El vinagre también se ha de incorporar con moderación, ya que el tomate aporta su propia acidez. Entre los distintos tipos de vinagre, el de Jerez se considera el más adecuado, mientras que se desaconseja el uso de otros muy ácidos, como el de Módena.
A pesar de la preferencia por el gazpacho clásico de tomate, existe la posibilidad de innovar con ingredientes adicionales como frutas que añadan dulzura y nuevos matices, por ejemplo, fresas, melocotones o cerezas. Alternativamente, se pueden crear versiones sin tomate, como el gazpacho verde de menta y hierbabuena, aunque este tipo de preparaciones no cumplen estrictamente con la tradición andaluza.
No a añadirle ingredientes sin control o pan
En los últimos años, el gazpacho ha sufrido innovaciones que van desde variantes de ingredientes hasta adiciones insólitas, lo que ha creado un debate entre la innovación y la tradición. Así, a veces incluye otras verduras y pan, pero algunos críticos argumentan que el exceso de ingredientes puede desvirtuar la esencia del plato, como ocurre al añadirle mariscos, hierbas o incluso productos de otros países.
En ocasiones, los intentos de modificarlo se ven como excesos que llevan al plato lejos de sus raíces humildes. Estos enfoques consideran que sacrifican la frescura original del gazpacho. Por ejemplo, algunas versiones contemporáneas incluyen elementos como langostinos a la plancha, aguacate, crema agria, y otros ingredientes provenientes de diferentes culturas culinarias, lo que despierta controversias entre los puristas.
Un aspecto crucial es que, aunque cada persona puede hacer el gazpacho a su preferencia, se puede perder la autenticidad del plato. Las adiciones como el apio, calabacín y caldo de pollo se apartan de la norma básica del gazpacho, que es esencialmente un plato vegetariano.
El uso de espesantes alternativos también entra en debate. Tradicionalmente, se utiliza el pan, pero otras opciones como las almendras y piñones pueden ser viables, especialmente para las personas con intolerancia al gluten. La emulsión adecuada de los ingredientes también puede evitar la necesidad de espesantes adicionales, manteniendo así el carácter ligero y sano del gazpacho.