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¿Cuáles son los tipos de linfomas que existen y cómo se tratan?

Una paciente acude a una consulta médica (Europa Press)
Una paciente acude a una consulta médica (Europa Press)

Los linfomas son un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, una parte fundamental del sistema inmunológico encargado de combatir infecciones y enfermedades. Esta enfermedad se desarrolla cuando las células del sistema linfático, en particular los linfocitos (un tipo de glóbulo blanco), comienzan a crecer de manera anormal y descontrolada, formando tumores en los ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea y otros órganos del cuerpo.

La Clínica Mayo explica que existen muchos tipos de linfoma, pero todos ellos se agrupan en dos grandes categorías: el linfoma de Hodgkin (LH) y el linfoma no Hodgkin (LNH), que se diferencian en aspectos clave como la apariencia celular y el pronóstico.

Linfoma de Hodgkin (LH)

El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células grandes y anormales llamadas células de Reed-Sternberg, que son visibles bajo el microscopio y específicas de este tipo de cáncer. Este cáncer suele afectar a los ganglios linfáticos en una secuencia ordenada, propagándose de un ganglio a otro. Existen varios subtipos de linfoma de Hodgkin, siendo el más común el linfoma de Hodgkin clásico. Algunos de los subtipos del linfoma de Hodgkin son los siguientes:

  • Linfoma de Hodgkin clásico: representa aproximadamente el 95% de los casos de linfoma de Hodgkin y se caracteriza por la presencia de células de Reed-Sternberg. Dentro de este tipo, se recogen otros subtipos: con esclerosis nodular, con celularidad mixta, con agotamiento de linfocitos o rico en linfocitos.
  • Linfoma de Hodgkin nodular con predominio linfocítico: este subtipo es menos común y presenta un comportamiento clínico diferente. En lugar de células de Reed-Sternberg, se encuentran células denominadas “palomita de maíz” por su aspecto. Este subtipo tiene un pronóstico más favorable y suele ser menos agresivo que los subtipos clásicos.

El linfoma de Hodgkin es considerado uno de los tipos de cáncer más tratables, especialmente si se detecta en etapas tempranas. Las opciones de tratamiento incluyen quimioterapia, radioterapia o una combinación de ambas, y en algunos casos, se puede recurrir a la inmunoterapia o trasplantes de células madre. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que 1.673 personas serán diagnosticadas de linfoma de Hodgkin a lo largo de 2024.

Linfoma no Hodgkin (LNH)

El linfoma no Hodgkin (LNH) es un grupo mucho más amplio y diverso de cánceres que afectan a los linfocito y representa aproximadamente el 90% de los casos de linfoma. A diferencia del linfoma de Hodgkin, el LNH puede surgir en cualquier parte del sistema linfático y propagarse de manera más desordenada, lo que puede hacer que sea más difícil de diagnosticar en etapas tempranas. La SEOM estima que para 2024 10.706 personas recibirán un diagnóstico de linfoma no hodgkinianos.

El linfoma no Hodgkin se divide en muchos subtipos diferentes, según el tipo de linfocito afectado (células B o células T) y su tasa de crecimiento. La Clínica Mayo recoge los principales:

  • Linfomas de células B: los linfocitos B son responsables de producir anticuerpos para combatir infecciones. Es el tipo más común de linfoma no Hodgkin.
  • Linfomas de células T: los linfocitos T ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria y a destruir células infectadas o cancerosas. Los linfomas de células T son menos comunes que los de células B y suelen ser más agresivos.

Tratamiento de los linfomas

El tratamiento del linfoma varía según el tipo y estadio de la enfermedad. En el caso del linfoma de Hodgkin, el tratamiento suele incluir quimioterapia y radioterapia, mientras que los linfomas no Hodgkin pueden requerir una combinación de quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia o, en algunos casos, trasplante de médula ósea.

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