El horror irrumpió en plena celebración. Eran poco más de las 8:30 de la noche del jueves 12 de septiembre cuando Jalin J. Foreman, un hombre de 27 años, llegó a la casa de su exnovia, Jalen Whitlock, de 25 años, para entregar un regalo de cumpleaños a su hija. La ocasión parecía festiva: la mujer estaba celebrando el sexto cumpleaños junto a su actual pareja y sus dos hijos, en lo que debía ser una noche de alegría en Locksley Road, Houston, Estados Unidos.
De acuerdo con la denuncia penal que anunció el domingo la policía de Houston, Foreman intentó entregar un regalo de cumpleaños para su hija, pero la mujer rechazó su visita. El hombre ignoró su pedido y fue a la fiesta, cuando llegó, el novio de su ex le abrió la puerta. Inmediatamente, comenzaron a discutir.
Foreman, molesto, lanzó amenazas y provocaciones, invitándolo a pelear. El conflicto aumentó cuando el hombre mencionó un incidente anterior, en el que él había disparado contra la casa. Ante la tensión creciente, el novio de la mujer fue a la cocina para buscar un arma para proteger a los niños y a sí mismo, mientras Foreman, cada vez más agresivo, volvió a su camioneta gritando.
Los niños estaban cerca de la puerta principal, ajenos al peligro que se cernía sobre ellos. Mientras el padre de la niña seguía gritando desde la camioneta, el ambiente se volvió insoportable. “Voy a terminar con esto”, dijo antes de abrir fuego. Jalen, que había corrido hacia sus hijos para protegerlos, fue alcanzada por uno de los disparos en la cara, y colapsó al instante. El novio narró que él respondió al fuego.
El caos estalló dentro de la casa. Entre el pánico, su pareja cerró la puerta principal, pero al girar, la vio tendida en el suelo, inmóvil. La policía dijo que Whitlock fue encontrada con múltiples heridas de bala en la puerta de la casa.
Los vecinos, testigos de la tragedia, describieron la furia que dominaba al hombre. Gritaba amenazas desde el exterior, y disparó al menos cinco veces contra la casa. Uno de ellos lo escuchó claramente: “No te tengo miedo”. Los ecos de sus palabras resonaron en el vecindario, mientras Foreman huía en su auto, Chevy Tahoe blanco.
El historial de violencia entre la pareja no era nuevo. La policía de Houston había intervenido varias veces en disputas por la custodia de su hijos. En junio de ese mismo año, Foreman ya había sido implicado en otro incidente violento.
Los gritos aún resonaban en la mente de los niños mientras subían las escaleras a toda prisa, como les había ordenado el novio de Jalen. Su madre yacía en el suelo, inmóvil, y el sonido de los disparos aún retumbaba en sus oídos. Los pequeños, de 6 y 4 años, lo habían visto todo: desde la discusión en la puerta hasta los disparos que acabaron con la vida de su madre.
Mientras las patrullas de la policía llegaban al lugar, un equipo de investigadores comenzaba a reconstruir los últimos momentos de la vida de la mujer. Las declaraciones de los testigos coincidían: el padre de la niña había llegado con intenciones violentas y, a pesar de que su exnovia le pidió que se mantuviera alejado, la furia se desató de forma brutal. En menos de una hora, lo que comenzó como una discusión se convirtió en una cacería humana.
“Estamos seguros de que encontraremos a este individuo”, declaró el teniente de policía R. Willkens. Pero lo cierto es que, hasta ese momento, Foreman seguía desaparecido. Las autoridades lo habían identificado como el principal sospechoso, pero aún no lograban capturarlo. Los vecinos, aterrorizados por el tiroteo, recordaban el pasado conflictivo de la pareja y cómo la situación había escalado a lo largo de los meses.
Felicia Adams, quien vivía justo al lado de la víctima, recordó haber escuchado los gritos antes de los disparos. “Se me cayó el alma a los pies”, dijo, visiblemente conmocionada. “Era muy fuerte y parecía que iba a entrar en mi casa”. Los disparos no solo sacudieron a la familia de Whitlock, sino a toda la comunidad. Las balas, además de atravesar las paredes de la casa, también perforaron el auto de la vecina.
Las cámaras de seguridad de los vecinos captaron los momentos posteriores al tiroteo, mostrando cómo Foreman escapaba en su vehículo. Todavía la policía lo busca. El teniente Wilkens comentó: “Si es inteligente, con suerte se entregará y vendrá a decirnos exactamente por qué hizo lo que hizo”.