Luego de que se conociera que un hombre de 43 años había sido asesinado a puñaladas en Río Cuarto, un menor de 16 años fue detenido al ser señalado como el presunto autor del crimen. Mientras los investigadores intentan dilucidar si se trató de una pelea o de un ataque, el fiscal a cargo del caso, Pablo Jávega, aseguró que el principal acusado es imputable.
Durante la mañana del jueves, la Fiscalía de Primer Turno ordenó la detención del joven que habría sido el autor del homicidio. Al mismo tiempo, se dispuso que este fuera trasladado hacia la ciudad de Córdoba, en donde permanecerá alojado en un instituto de menores dependiente de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
En las próximas horas, se espera que el fiscal defina cuál será la carátula del caso y los cargos que recaerían sobre el menor de edad. Una vez que se recolecten las pruebas incriminatorias en contra del detenido, se prevé que el adolescente sea indagado para que pueda brindar su versión de lo ocurrido.
El crimen se perpetró el miércoles por la tarde en el barrio Ciudad Nueva, en la intersección de las calles Pasaje Público y Coronel Videla, cuando la víctima identificada como Carlos Torres (43) fue apuñalada por el menor de edad. Poco después de las 15 horas, la Policía acudió al lugar para socorrer al herido y organizar su traslado hacia el Hospital San Antonio de Padua.
A pesar de los esfuerzos de los ambulancieros, el hombre murió mientras era trasladado hacia el centro médico. “Tenía varias heridas de arma blanca, habían sido causadas con un cuchillo”, describió una de las fuentes oficiales del caso en un diálogo con ElDoce.tv al hacer referencia las ocho apuñaladas que le habrían asestado en la zona del torso y el cuello.
Por el momento, el arma homicida no fue localizada, aunque los investigadores presumen que se habría tratado de un cuchillo de gran tamaño. Aparentemente, la víctima no se habría encontrado armada, por lo que podría descartarse la hipótesis de que la muerte habría sido provocada en medio de una pelea.
“No surgen elementos que permitan sostener una riña previa”, evaluó el fiscal en una entrevista para el programa Puntual AM al agregar que la línea de investigación que cobraría fuerza indicaría que se habría tratado de “un ataque unidireccional del adolescente hacia la víctima”. Asimismo, reconoció que ambos se conocían porque vivían en el mismo barrio, pero que restaría establecer qué tipo de vínculo existía entre ambos.
Otras de las hipótesis que analizarán los investigadores se refiere a la posibilidad de que hubiera sido un ajuste de cuentas. Si bien destacaron que tanto la víctima como el victimario tenían antecedentes penales, subrayaron que no habría elementos contundentes que pudieran sustentar la teoría.
Por otro lado, Jávega admitió que Torres era el padre de uno de los detenidos por el crimen de Facundo Pereyra, el remisero de 46 años que fue asesinado el pasado 26 de mayo en el barrio 400 Viviendas. El hombre fue encontrado muerto en su Fiat Uno de color blanco luego de que le hubieran dado un disparo.
Luego de que las autoridades se percataron de la herida que tenía, Pereyra fue trasladado hacia el Hospital San Antonio de Padua, en donde murió a los pocos minutos de haber sido ingresado. Poco después, los investigadores supieron que el conductor había llevado a un pasajero y que éste presuntamente le había disparado para robarle la recaudación y su celular personal.
Al día siguiente, la Policía de Córdoba detuvo a tres menores de edad (14, 15, y 16) por haber sido partícipes del crimen. Las detenciones se produjeron en una ronda de allanamientos ordenados por el fiscal Di Santo, en donde se secuestraron algunas prendas de vestir y teléfonos celulares que fueron sometidos a pericias.
Los dos adolescentes que son inimputables por su edad se encuentran a disposición de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf) de Córdoba, mientras que el tercer joven, de 16 años, quedó a disposición del Ministerio Público Fiscal provincial debido a que es el único imputable.
Horas después, un cuarto menor de edad se había entregado a la Justicia luego de haberle confesado a su madre que había estado involucrado en el robo y posterior crimen de Pereyra. El último de los detenidos tenía 14 años y fue puesto a disposición del Senaf, debido a que sería considerado inimputable.