El jefe de la Marina de Japón, el almirante Ryo Sakai, ha presentado su dimisión a raíz de un escándalo destapado por el Ministerio de Defensa que abarca un espectro de irregularidades, desde el acceso a información clasificada por parte de personal sin la autorización necesaria hasta el paso de gastos inexistentes de comida y material.
Esta investigación se ha saldado por el momento con 218 castigos: once ceses, dos degradaciones, 83 suspensiones, 14 bajadas de sueldo y siete amonestaciones formales. El resto de los culpables han sido apercibidos sin más consecuencias.
La investigación comprende 58 casos sobre el acceso no autorizado a información clasificada por el personal de 38 buques de guerra más otros 62 casos en los que personal de la Marina, entre ellos altos mandos, recibieron un total de 43 millones de yenes, unos 250.000 euros, por pasar gastos sobre operaciones de buceo que nunca ocurrieron. Otra veintena de marineros ha sido acusado de pasar gastos de comidas fraudulentos.
En lo que concierne a los casos de abuso de poder, hay tres investigaciones abiertas sobre otros tantos altos responsables del Ministerio de Defensa, todos ellos con rango de directores o superior, acusados de amenazar y abusar psicológicamente de sus subordinados.
El ministro de Defensa japonés, Minoru Kihara, ha pedido perdón por lo ocurrido y ha anunciado que devolverá un mes de sueldo como acto de contrición, aunque no dimitirá del cargo. “Lo que voy a hacer es reconstruir las organizaciones del Ejército para garantizar a la opinión pública que esto no se volverá a repetir”, ha manifestado en rueda de prensa recogida por la agencia oficial de noticias japonesa Kyodo. Sakai será reemplazado por el vicealmirante Akira Saito.