La experiencia por el césped de Wimbledon había arrancado de mala manera para el tenis argentino. Las derrotas de Sebastián Báez, Mariano Navone y Nadia Podoroska habían sembrado un clima negativo, pero todo cambió de la mano de Tomás Etcheverry y, especialmente, de Francisco Comesaña. El actual 122° del ranking mundial dejó afuera al actual 6° del mundo y cuarto finalista de este Grand Slam el año pasado, el ruso Andrey Rublev.
El propietario de 16 títulos a nivel ATP, incluyendo dos Masters 1000, cayó contra un jugador que ganó su primer partido a nivel ATP luego de haber sumado tres derrotas en sus otras presentaciones en el máximo nivel del circuito. El argentino tiene 23 años y cinco coronas de Challenger, todas sobre polvo de ladrillo; pero nunca había podido hacer pie en el cuadro mayor más allá que logró escalar hasta el 87° del conteo mundial en mayo de este año.
Las estadísticas, las vitrinas y las presunciones quedaron hechas trizas en el Court 2° del All England Lawn Tennis de Londres porque Comesaña aplastó al sexto favorito al título en el debut con un 6-4, 5-7, 6-2 y 7-6 en casi tres horas de acción sobre el césped. Y una muestra de la amplia superioridad se pudo ver ante los signos de furia que presentó el ruso de 26 años tras ceder su servicio en el tercer set.
Con el duelo repartido un parcial por lado, Francisco estaba 3-1 arriba y a punto de quebrar el saque de Rublev. Con el game 30-40, su rival lanzó su servicio, el argentino devolvió de revés y el revés que llegó desde el otro lado enganchó la bola para tirarla bien lejos de los límites de cancha. ¿Resultado? El seis del mundo se pegó en reiteradas ocasiones con la raqueta en su rodilla y gritó mirando a la tribuna, con un síntoma claro de lo que sucedía en cancha.
El oriundo de Mar del Plata, que había sido derrotado en Santiago de Chile, Río de Janeiro y Córdoba en sus únicas tres presentaciones de un main draw de ATP, jugó un tenis de alto nivel y eso quedó en evidencia para salvar un set point en contra durante el cuarto set; algo que podría haber cambiado definitivamente el rumbo del juego. El game llevaba su servicio, pero Rublev estaba a una bola de quebrarle para poner el duelo 2-2. Sin embargo, Francisco salvó casi de espaldas una pelota en la línea de fondo y cuando su rival llegó a la red a rematarlo sacó un revés cruzado increíble que dejó al ruso revolcado sobre el césped.
Pero no fue todo, porque se impuso en las dos bolas siguientes, niveló el set y soportó la presión de iniciar su saque con un 5-6 en contra: lo cerró con facilidad y llevó las cosas al tie break, donde desperdició un match point, pero rápidamente logró aprovechar el siguiente para cerrar allí un 7-5.
“Simplemente traté de disfrutar cada momento. Sé que era un partido difícil, nunca había jugado en una cancha tan llena. La gente también hizo su parte. Una vez que entré a la cancha, he tenido situaciones en las que me sentí muchísimo más nervioso. Esta vez me sentí parte del momento. Jugué punto por punto, estuve conectado con mi equipo. Una vez que gané el partido fue relajación”, declaró ante las cámaras de ESPN tras el encuentro. En total, firmó 21 aces contra 6 de su rival: “Sé que con mi saque tengo un arma, intenté usarla lo que más que pude. Sé que por momentos devolvía muy bien y me dejaba mal parado. Sé que con el slice podía arrancar el punto de vuelta, ensuciar un poco el partido porque él le pega muy fuerte de todos lados. Traté de ensuciar el partido: slice corto, slice largo y subir a la red cuando podía. Obviamente el saque sigue siendo un arma acá para mí”.
El jugador argentino buscará seguir escribiendo su soñada historia en Wimbledon con un duelo en la segunda fase ante el australiano Adam Walton, quien eliminó a otro tenista albiceleste como Federico Coria en el estreno (6-3, 6-3 y 7-5). Por lo pronto, las buenas noticias para el país también llegaron de la mano de Tomi Etcheverry, que se impuso al italiano Lucas Nardi (6-1, 6-4 y 6-2) para alcanzar la siguiente ronda donde chocará con el australiano Alexei Popyrin.