El Banco Central finalizó la rueda cambiaria de este lunes con un saldo vendedor de USD 11 millones, informó la autoridad monetaria. Así, las arcas internacionales del BCRA cerraron en 29.156 millones de dólares.
Es la primera vez que el Central termina la jornada en posición vendedora desde el 29 de abril, cuando había tenido que desprenderse de 92 millones de dólares. Hubo muy pocas ruedas desde el cambio de gobierno en diciembre en que el BCRA finalizó vendedor: también lo fue el 19 de marzo (USD 73 millones), 29 de febrero (USD 142 millones) y 31 de enero (USD 10 millones).
La autoridad monetaria, conducida por Santiago Bausili, acumula compras netas por USD 17.160 millones en el mercado de cambios (MLC), lo que permitió que las reservas brutas pasaran de USD 21.209 millones a USD 29.113 millones, y las netas de USD -11.225 millones a USD 350 millones.
“Esto fue posible, principalmente, por la devaluación de diciembre, y por el esquema de acceso al MLC vigente para importadores (en el primer trimestre se pagó el 41,7% de las importaciones devengadas, un ahorro de USD 7.600 millones). Además, la fuerte recesión jugó a favor de las cuentas externas (las cantidades importadas cayeron entre 7% y 30% durante el primer cuatrimestre, excluyendo combustibles y lubricantes -que se desplomaron 65%-)”, señaló un informe de la consultura Invecq.
La racha positiva en la recomposición del BCRA podría revertirse en los próximos meses y ya se advierten los desafíos que habrá por delante, anticipa el análisis.
Puntualmente, la pasada semana, el BCRA acumuló reservas por USD 432 millones, sumando en lo que va del mes USD 1.430 millones. “En términos de compras netas, tuvo un resultado positivo por USD 571 millones (USD 2.300 millones en el mes), pero lejos está de mostrar la entrada de la cosecha gruesa esperada para esta altura del año. A sólo 7 días de terminar mayo, el BCRA compró a razón de USD 143 millones por día en sus intervenciones en el MULC, menos de lo que logró en abril y marzo (USD 167 millones y USD 152 millones en cada caso)”, indicaron desde a su vez LCG.
“Esta dinámica enciende luces de alerta dentro del ministerio de economía que viene condicionando la apertura del cepo a la acumulación previa de reservas. La demora en la liquidación de la cosecha empieza a poner en evidencia que la dinámica de atraso del dólar como ancla antiinflacionaria tiene riesgos asociados para otros de los objetivos del Gobierno por fuera de la desinflación”, agregaron.
En cuanto a los desafíos para la segunda mitad de año, Invecq señaló que habrá un importante repunte en la demanda de divisas por importaciones: “si bien desde mediados de abril se está pagando el 100% -incluyendo las ‘cuotas’ de los meses previos-, dada la estacionalidad de las compras externas, una actividad que podría repuntar algo en el corto plazo, y el limitado acceso al MLC del primer trimestre, por este concepto podrían irse USD 13.000 millones adicionales en el segundo semestre -en relación con el primero”, aseguraron.
En segundo lugar, y en línea con lo anterior, sostuvieron que si bien mayo-agosto suelen ser los meses de mayor volumen de exportaciones -por la cosecha gruesa-, habrá que seguir de cerca el nivel del tipo de cambio real.
“De mantenerse el esquema cambiario actual, en el segundo semestre el BCRA pasaría a ser vendedor neto en el MLC, y hasta podría perder lo ganado durante la primera parte del año. El rojo de Cuenta Corriente podría financiarse vía ingreso de capitales privados, pero con el cepo actual luce prácticamente imposible. De esta manera, quien podría traer algo de aire al gobierno es el FMI: más desembolsos, en el marco de un nuevo programa -algo que comentó esta semana el ministro de Economía Luis Caputo-, podrían ser la carta que permita, entre otras cosas, desmantelar las restricciones cambiarias, y por ende seguir con el saneamiento del balance del BCRA”, concluyó la consultora.