El 28 de agosto de 1929 es una fecha que ningún peruano debe olvidar. Y es que en un día como ese la provincia de Tacna fue oficialmente reincorporada al Perú tras casi medio siglo de ocupación chilena, un evento que quedó sellado en la historia como un símbolo de la resiliencia y el patriotismo peruano.
Aunque este retorno fue posible gracias al Tratado de Lima, todo el camino para llegar a ese fin fue un largo y complicado proceso diplomático iniciado tras la Guerra del Pacífico.
Resolución de una cuestión prolongada
Después de la firma del Tratado de Ancón en 1883, que dio término a la Guerra del Pacífico, Tacna y Arica quedaron bajo la administración chilena por un periodo de diez años.
Este acuerdo estipulaba que, al finalizar dicho plazo, se llevaría a cabo un plebiscito para decidir la soberanía definitiva de ambas provincias.
Sin embargo, el plebiscito jamás se realizó, y en su lugar, se tuvo que esperar hasta el 3 de junio de 1929, cuando se firmó el Tratado de Lima. Este acuerdo devolvió a Tacna al Perú, mientras que Arica permanecería bajo control chileno para siempre.
El largo camino a casa
En los días previos al 28 de agosto de 1929, el ambiente en Tacna y sus alrededores estaba marcado por una mezcla de expectación y tensiones.
El 4 de junio, la noticia del Tratado de Lima llegó a la provincia, provocando una serie de eventos que prepararon el terreno para la transición.
Tres semanas después, el 21 de julio, los ciudadanos chilenos comenzaron a retirarse de Tacna, mientras que el gobierno peruano, consciente de la importancia del momento, decretó la organización política y judicial del departamento.
El 27 de agosto, el vapor “Mantaro” llegó al puerto de Arica con la delegación peruana encargada de recibir Tacna. La comitiva, liderada por Pedro José Rada y Gamio, fue recibida por representantes chilenos y peruanos de Arica. A bordo del tren, la delegación viajó hasta Tacna, donde fue recibida con vítores y manifestaciones de júbilo. Esa misma noche, los últimos carabineros chilenos se retiraron, marcando el fin de la ocupación.
El día señalado
Al llegar el 28 de agosto de 1929, Tacna amaneció adornada con banderas y escarapelas, mientras pobladores de diversas localidades se congregaban en las calles para ser parte de este evento histórico.
A las 14:00 horas, en la Casa Jurídica, los delegados de Perú y Chile firmaron el Acta de Entrega de Tacna, formalizando así el retorno de la provincia al territorio peruano.
Sin embargo, la ceremonia tuvo un contratiempo: el asta de la prefectura, donde debía izarse la bandera peruana, estaba averiada. Fue entonces cuando el tacneño Edgar Empson, en un gesto de amor a la patria subió a la torre de la Catedral de Tacna (que estaba a medio construir) para izar la bandera en su lugar.
La banda del Regimiento de Caballería “Húsares de Junín” acompañó este momento con las notas del Himno Nacional del Perú, mientras el repique de campanas resonaba por toda la ciudad.
Fiesta en las calles
El día continuó con un desfile cívico-militar que recorrió las principales calles de Tacna, protagonizado por los Húsares de Junín, la Guardia Civil y las fuerzas policiales. En el Paseo Cívico, miles de tacneños y tacneñas se unieron en una emotiva celebración, cantando el himno nacional y vitoreando a su patria.
A las cinco de la tarde, se tomó juramento al nuevo alcalde de Tacna, Armando Vargas Blondell, al presidente de la Corte de Justicia, Carlos A. Téllez, y al prefecto Federico Fernandini Muñoz. La jornada concluyó con una cena en la que participaron las nuevas autoridades y la delegación peruana.
En los días que siguieron a la reincorporación, Tacna experimentó un renacimiento en diversos aspectos. Se fundaron quince escuelas y tres colegios nacionales, y el 18 de octubre de 1929, nació el club de fútbol Coronel Bolognesi.
Con el paso del tiempo, la importancia de este acontecimiento se consolidó en la memoria colectiva, siendo declarado el 28 de agosto como “Día Cívico” durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado.
Peruanos por siempre
Cada año, las festividades en honor a la reincorporación de Tacna se llevan a cabo con gran fervor. La ciudad se engalana, y las calles se llenan de vida con desfiles, actos cívicos y culturales, y la tradicional Procesión de la Bandera, que conmemora la fecha en que Tacna volvió a ser parte del Perú.
El retorno de Tacna es recordado no solo como un triunfo diplomático, sino también como una muestra de la identidad y el espíritu peruano, que ha sabido preservar su historia y sus valores a lo largo del tiempo.