Madrid, 5 sep (EFE).- El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha defendido que la Fiscalía proporciona “información veraz” en un momento en que “se informa desde perspectivas total e interesadamente contradictorias” y ello “sin que el contraste de la veracidad de los datos parezca ser un extremo relevante” para nadie.
García Ortiz se refiere así en la Memoria Anual de la Fiscalía General justo cuando está al borde de la imputación, porque el Tribunal Supremo tiene que decidir si le abre una investigación a petición del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tras la querella del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, por revelación de secretos.
Y aunque está por ver que ocurrirá con la decisión del alto tribunal, fuentes jurídicas consultadas por EFE dudan de que García Ortiz dimita si le imputan, al contrario, defenderá su actuación, una vez que ya ha admitido públicamente ser quien ordenó la publicación de una nota de prensa con datos de Alberto González Amador.
García Ortiz ha sostenido todo este tiempo que la nota de prensa se emitió “para poner fin a un bulo y amparar a un compañero y extraordinario fiscal (Julián Salto) y para cumplir con la obligación de la Fiscalía de ofrecer información veraz a la ciudadanía”.
La nota aclaraba algunos extremos de la investigación al empresario González Amador por un presunto fraude a Hacienda y de su propuesta de llegar a un acuerdo con el fiscal Salto para reducir su eventual condena, con lo que desmentía informaciones que apuntaban a que el pacto lo habían ofrecido los fiscales y no el empresario, como había ocurrido en realidad.
Sin mencionar explícitamente esta cuestión, el fiscal general destaca que “solo la información veraz” es la que “promueve culturas cívicas y consolida los valores en los que se asienta nuestro sistema de derechos y libertades”
No obstante, destaca que en ocasiones, y respecto de un mismo hecho considerado noticiable, “se informa desde perspectivas no solo distintas sino total e interesadamente contradictorias, sin que el contraste de la veracidad de los datos parezca ser un extremo relevante ni para el que la transmite, ni para los que la reciben”.
En su opinión, “se ha naturalizado en los medios y en la sociedad en general la convivencia con la desinformación”, por eso “no sirve de nada” reconocer la responsabilidad que en gran medida tiene la desinformación en la actual polarización social, “si no existe un verdadero empeño común en no utilizar esta herramienta a conveniencia de intereses propios”.
Defiende que en la Fiscalía, que “ha de informar sobre todos aquellos asuntos de relevancia social”, es de “extraordinaria importancia que la información que proporcione cualquiera de sus órganos tenga como señas de identidad la veracidad, la transparencia y la oportunidad”.
La veracidad, dice, “implica trasladar solo aquello de lo que se tiene conocimiento en el desarrollo de nuestras funciones, con pleno respeto a los derechos que pudieran verse afectados –tanto de implicados como de terceros”.
En el caso de la transparencia, “se logra evitando la información sesgada”, esto es, ” proporcionando los datos de forma objetiva y completa de manera que se facilite su comprensión y no se descontextualicen los datos”; y “la oportunidad ha de identificarse con la inexistencia de motivación alguna distinta a la de proporcionar la información exigida por la trascendencia social del hecho de que se trate”. EFE
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