El Gobierno ha aprobado este martes en Consejo de Ministros los objetivos de estabilidad para el periodo 2025-2027 y el límite de gasto no financiero para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025, que serán expansivos, como pedían los socios del Gobierno y Sumar. Según ha informado la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el conocido como techo de gasto para 2025 se sitúa en los 199.171 millones de euros, una cifra similar a la del año 2024 (199.120), pero distinta en su composición. El impulso procede más de los propios fondos nacionales, ya que los del Plan de Recuperación incorporados serán reducidos al irse terminando la recepción de la parte de las transferencias y comenzar la parte de los préstamos.
En concreto, el aumento del techo de gasto sin contar con los recursos procedentes de la UE es de un 3,2% respecto al año anterior, de manera que alcanza los 195.353 millones de euros. Se trata de un crecimiento inferior al del año anterior (cuando fue un 9,3%), pero superior al de los ejercicios anteriores. La parte de los fondos europeos solo asciende a 3.818 millones, un 61,5% menos que en 2024. “El gran esfuerzo que hace el Presupuesto es justamente ser capaces de compensar los fondos Next Generation que no se van a producir y poder compensarlo con crecimiento del presupuesto nacional, con la recaudación”, ha explicado Montero.
Este incremento del límite de gasto se produce a pesar de la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales a nivel comunitario, que centran la atención en el crecimiento del gasto primario neto de medidas de ingresos. El Gobierno ha informado de los objetivos de estabilidad tradicionales, la reducción del déficit y de la deuda, pero también de la regla de gasto, aunque aún no es la definitiva porque se está negociando con la Comisión Europea.
Según ha informado Montero, el gasto del conjunto de las administraciones públicas podrá crecer un 3,2% en 2025; un 3,3% en 2026 y un 3,4% en 2027. “Está formulado de acuerdo con el nuevo marco de gobernanza y será compatible con las reglas fiscales”, ha defendido, aunque estas cifras son superiores al crecimiento del 2,6% que la Comisión recomendó ya para España para el año 2024. El Gobierno trabaja para flexibilizar las posturas iniciales de Bruselas y conseguir ese mayor margen de gasto.
En cuanto a los objetivos de déficit y deuda, el Gobierno se compromete a una reducción más ambiciosa respecto a la anteriormente prevista. El déficit pasaría del 3% este año al 2,5% en 2025; el 2,1% en 2026 y 1,8% en 2027. La mayor parte del déficit (2,2) lo tendrá la Administración Central, aunque la senda se flexibiliza para CCAA y ayuntamientos, que podrán tener una décima de déficit y equilibrio presupuestario, respectivamente, en comparación con el escenario anterior de equilibrio presupuestario y superávit. La deuda también presentaría una senda continuamente descendente, cerrando en una ratio del 105,1% del PIB en 2024 y en el 99,7% en 2027, recuperando así la ratio anterior al inicio de la pandemia.
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