El Gobierno muestra dudas de que Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) termine aceptando un consorcio tributario como condición para apoyar la investidura del líder del PSC, Salvador Illa, como nuevo presidente de la Generalitat catalana, según afirman fuentes gubernamentales.
Desde el Ejecutivo admiten que se está negociando este punto, una opción que recoge el Estatuto de Autonomía y por el cual Cataluña podría recaudar el 100% de los tributos que se pagan en esa comunidad. Pero según van pasando las semanas surgen dudas de que esa cesión vaya a ser la llave que acabe convenciendo a ERC.
Además apuntan otro detalle que puede explicar las reticencias de ERC. La posibilidad de establecer un consorcio fiscal, formado por el Estado y por la Generalitat, está recogido en el Estatut pero no aparecía en la primera redacción que votó el Parlamento catalán sino que se incorporó posteriormente en el Congreso de los Diputados, en el llamado ‘cepillado’ de la norma, según lo bautizó el entonces diputado socialista Alfonso Guerra.
Las fuentes gubernamentales consultadas señalan también que el consorcio no es sencillo de aplicar, tiene complejidades técnicas y por tanto llevaría un tiempo hacerlo efectiva.
SÁNCHEZ, DISPUESTO A DESARROLLAR LA HACIENDA CATALANA
Esta opción la puso sobre la mesa el propio Illa en la campaña electoral previa a los comicios autonómicos del 12 de mayo y previamente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se había mostrado dispuesto a desarrollar la Agencia Tributaria catalana, según indicó el pasado mes de diciembre en Barcelona, tras visitar al entonces jefe del Ejecutivo autonómico, Pere Aragonès.
Por tanto, siguen en el aire los detalles de un acuerdo sobre la financiación de Cataluña que abra las puertas de la Generalitat a Illa. ERC sigue insistiendo en su propuesta de concierto económico, que este mismo lunes trasladó la consejera catalana Natalia Mas ante sus homólogos del resto de comunidades autónomas y la vicepresidenta María Jesús Montero en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. La número dos del Gobierno, sin embargo, mostró su rechazo a la propuesta.
NEGOCIACIÓN “HERMÉTICA”
En todo caso, PSC y ERC siguen volcados en una negociación que llevan a cabo con mucho “hermetismo” y que va agotando el plazo. Aunque la investidura en Cataluña puede llevarse a cabo hasta el 25 de agosto, los republicanos ya han dejado claro que se levantarán de la mesa si no llegan a un acuerdo en este mes de julio.
En el Gobierno se limitan a señalar que tienen toda la confianza en Illa como piloto de las conversaciones, tal como expresó la propia Montero, al afirmar que Illa “vela por el interés de Cataluña y de España” que “no son contradictorios”, según indicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que se celebró este martes en La Moncloa.