Gabriel Ortega Sanz, de 47 años, es un tipo de fuertes convicciones progresistas. Se declara “ecosocialista”. Sus padres regresaron a España del exilio en Suiza en los años 70 y se instalaron en el municipio de Móstoles, una ciudad dormitorio que empezaba a despegar urbanísticamente y que hoy es la segunda localidad más poblada de Madrid después de la capital. Formado profesionalmente en el sector de las artes escénicas (ha sido actor, cantante, gestor cultural y guionista en el programa de radio Carne Cruda, de Radio 3), en 2015 decidió dar el salto desde el teatro a su ‘pariente’ más cercano, la política, formando parte de la candidatura de Ganar Móstoles (integrada por Podemos, Equo y otros colectivos sociales).
Ha sido concejal de la ciudad que le vio nacer durante ocho años, entre 2015 y 2023, ocupando incluso responsabilidades en Ejecutivos de coalición con los socialistas. Ha llevado las áreas de Bienestar Social, Cultura y Vivienda. En el PSOE, su compañero de aventuras políticas, conoció a su ‘bestia negra’, Noelia Posse, exalcaldesa de Móstoles y hoy edil en la oposición. Posse se sentará en el banquillo acusada de prevaricación y malversación de caudales públicos tras una denuncia que Ortega le puso a principio de 2021. Posse pasó así de socia a denunciada. “Tenía la obligación moral. No podíamos hacer la vista gorda en un caso tan clamoroso de corrupción. Y eso que antes ir a los tribunales consultamos con cinco abogados, pero estaba todo muy claro”, señala a Infoabe España.
El tiempo le ha dado la razón. Un juez ha decidido precisamente esta misma semana abrir juicio oral a Noelia Posse y a otros concejales que entonces formaban parte de la Junta de Gobierno en lo que ya se conoce como ‘caso ITV’, que deberá ahora dilucidar si la decisión de condonar una deuda de 2,45 millones de euros a una empresa dedicada a las revisiones de vehículos supuso un perjuicio para las arcas públicas. “Esa deuda nunca era perdonable. Así lo dijeron también el interventor y el secretario, que fueron apartados de sus funciones como venganza y han ganado en los tribunales su readmisión”.
Ortega rememora para este diario todo el proceso político y judicial vivido estos años. “Nosotros nos salimos del Gobierno en octubre de 2019. Intentamos parar la condonación de esa deuda por la vía política, amenazando con no aprobar los presupuestos, pero la alcaldesa tenía un empeño personal en que se perdonara todo ese dinero a la empresa”. También ayudaron en su decisión (Ortega ya había dejado Podemos y en las elecciones municipales de mayo de 2019 se había presentado con la marca de Más Madrid, la nueva formación de Íñigo Errejón) los múltiples casos de nepotismo que la prensa empezó a hacer públicos. Y es que la entonces alcaldesa contrató a su hermana con un sueldo de 52.000 euros anuales para llevar las redes sociales del Ayuntamiento. Además, ascendió a su tío, funcionario municipal, lo que le supuso un complemento salarial de 1.600 euros al mes. También aprobó un incremento retributivo para su expareja. Y fichó como alto cargo a una amiga personal.
“Me iban a destrozar la vida”
Fue una época en la que Posse, entonces la alcaldesa socialista más poderosa de la Comunidad de Madrid (por la población sobre la que mandaba y el presupuesto que gestionaba), se estaba ganando muchos enemigos. Por eso hubo tantas filtraciones por los nombramientos que hizo. También se los ganó Ortega. “Poner la denuncia trajo consecuencias. Me pusieron dos denuncias falsas. Una por coaccionar presuntamente a una trabajadora municipal, denuncia que gané. Y otra por falsedad y otros delitos de mi etapa de edil de Vivienda. Está en la fase final de diligencias previas y espero que se archive”.
Todo ello, aderezado con amenazas explícitas de que le iban a destrozar la vida. “Así se lo dijeron a Mónica García [que llegó a ser líder de Más Madrid y hoy es ministra de Sanidad], que me harían la vida imposible si no renunciábamos a la vía judicial. Por eso me pusieron las denuncias. Buscaban titulares para acabar con mi reputación. Y de paso, un intercambio de carpetas. Que nosotros retiráramos nuestra denuncia y ellos retiraban las que me habían puesto”.
Ortega reconoce que él y su familia, “sobre todo mi madre”, lo pasaron muy mal. “Te acusaban de delitos por denunciar delitos. Afortunadamente Más Madrid siempre me ayudó, lo que me permitió seguir adelante y creo que salí emocionalmente más fuerte”, señala Ortega, que añade que no entiende la actitud de Noelia Posse. “Se acabó perdiendo el Ayuntamiento de Móstoles. Hoy gobierna el PP. Teníamos una agenda progresista prometedora que voló por los aires por su empeño personal”.
¿Cómo definiría a la ex alcaldesa?, se le pregunta. “Tan agresivamente ambiciosa como ignorante. Muy autoritaria. Como política solo estaba capacitada para gobernar con mayoría absoluta. Usaba la amenaza como recurso cotidiano”.
Llama la atención que Posse y otros concejales socialistas vayan a ser juzgados por la denuncia de un miembro de Más Madrid. No hay que olvidar que esta formación forma parte de Sumar y que los de Yolanda Díaz forman parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez. “Esto no fue una discrepancia política. Gobernamos con el PSOE en Getafe, Alcorcón y Parla. Sabemos diferenciar al PSOE de Posse. Pero creo que debemos ser implacables con la corrupción”, concluye Ortega.
El futuro de Noelia Posse
Ahora será Ferraz quien dicte la sentencia política (a la espera de la judicial) contra Noelia Posse. Juan Lobato, líder de los socialistas en Madrid, siempre condicionó su futuro a la apertura de juicio oral. Ya hemos llegado a ese escenario. La federación madrileña ha trasladado el expediente a la comisión federal de Ética y Garantías para que determine si Posse debe abandonar la disciplina del PSOE. El código de la formación es claro. Cualquier representante público al que se le abra juicio oral en un procedimiento penal “deberá solicitar la baja voluntaria como afiliado/a y dimitir de su cargo”. En caso contrario, “podrá ser suspendido cautelarmente de militancia y, en su caso, expulsado del partido”.
Madrid se lava las manos y deja la decisión a Ferraz. La única realidad, por el momento, es que Posse siempre ha salido indemne hasta la fecha. La exalcaldesa de Móstoles ya fue reprobada por todos los grupos municipales por enchufar a familiares y amigos, pero el partido solo le abrió un expediente de suspensión de militancia durante nueve meses, cerrado finalmente en 2020. Muchos en el partido saben que a Posse la protege Iván García Yustos, amigo personal de ella, ex concejal del PSOE en Móstoles, director del Departamento de Asuntos Institucionales del Gobierno (dependiente de Presidencia) y muy próximo a Pedro Sanchez. “Aquí la rumorología que hay es que si la suspenden de militancia no dejará el acta de concejala, sino que se pasará a ser edil no adscrita con el resto de compañero investigados. Ya veremos”, señala Gabriel Ortega. Él, de momento, sigue en el escenario de la política. Actualmente es secretario de Organización de Más Madrid.