La sesión de tarde del juicio por la muerte de Manuela Chavero en julio de 2016 en Monestario ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Badajoz con la proyección de algunos fragmentos de un vídeo en el que se reconstruyen los hechos ocurridos en la vivienda de Eugenio Delgado, y en el que el propio acusado lo va relatando y va respondiendo a preguntas de los investigadores.
Durante el vídeo, que se inicia en la habitación donde presuntamente ocurrieron los hechos, los investigadores preguntan en multitud de ocasiones al acusado sobre en qué lugar tropezó Manuela Chavero y en qué posición se cayó para golpearse en la cabeza, de acuerdo a la versión de Eugenio Delgado.
El acusado señala, aparentemente tranquilo, que hay detalles que no recuerda porque “todo fue muy rápido” como si el cuerpo de Manuela estaba totalmente estirado, o si cayó de frente o lateralmente, y tras caerse y ver que no se movía, señala que él se fue al salón para pensar sobre qué hacer.
Eugenio Delgado asegura que no sabe qué hora era, porque no mira el reloj, y explica que aunque usa el móvil habitualmente, no recuerda si ese día lo llevaba encima, y tampoco recuerda si lo uso para realizar alguna llamada o mandar algún mensaje. Tampoco comprobó si el cuerpo de Manuela tenía pulso o respiraba, sino que intuyó que estaba muerta porque había sangre “en la zona de la cabeza” y “no se movía”.
Tras ver el cuerpo de Manuela tirado en la habitación sin moverse, el acusado explica que “no sabía qué hacer”, y añade que “en ese momento” no pensó en llamar a una ambulancia ni a la policía.
TRASLADO A LA FINCA
Tras un tiempo pensando qué hacer, el acusado relata a los investigadores en la reconstrucción que decidió envolver el cuerpo de Manuela “en una sábana vieja” que tenía en la casa, posteriormente con un albornoz y le puso una bolsa de basura en la cabeza para evitar que saliera más sangre. Por su parte, la sangre que había quedado en el suelo la limpió con un papel y lo tiró al inodoro.
A partir de ahí cogió el cuerpo, salió de la casa y lo metió en el maletero de su coche, que tenía aparcado en la puerta de la vivienda, y ló trasladó hasta su finca, un recorrido que realiza con los investigadores.
Una vez en la finca, el acusado relata cómo sacó el cuerpo de la víctima del maletero del coche y lo dejó allí, y señala que no notó signos de posible vida de Manuela Chavero. Posteriormente, ya pasadas las 3,00 horas de la madrugada, se fue a su casa porque “no quería en ese momento darle más vueltas”.
Esa noche “no dormí mucho”, señala Eugenio Delgado en el vídeo, que relata que tras levantarse y desayunar, cuando empezaba a amanecer volvió a la finca, como hacía habitualmente “a echar el día de trabajo”, y en el trayecto de vuelta se acordó de que había un agujero que habían cavado en la finca para la caza, y que podría esconderlo ahí.
Al llegar a la finca, Eugenio Delgado relata que desnudó completamente el cuerpo de la víctima, le puso unas cuerdas y en ese momento, a preguntas de los investigadores, señala que “a simple vista” no apreció ningún golpe en el cadáver, tras lo que decidió enterrarlo “porque fue lo primero que se me ocurrió”. Posteriormente, quemó la ropa de Manuela en la chimenea de la finca.
A continuación puso el cuerpo en la pala del tractor, de la que no sobresalía ninguna parte, señaló el acusado, que va explicando como lo traslada hasta el lugar en el que posteriormente lo enterró, aunque durante el trayecto se cayó el cuerpo debido a que le deslumbró el sol y había una piedra que no vió. Al llegar, metió el cuerpo en el agujero y lo tapó con tierra y piedras.