El Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo de Vitoria-Gasteiz ha acogido este jueves la inauguración de una muestra sobre la matanza de la cafetería Rolando, perpetrada en 1974 por ETA y que fue el primer atentado de estas características cometido por la desaparecida organización terrorista en la capital del Estado español.
El viernes 13 de septiembre de 1974, a las 14.30 horas, una potente bomba reforzada con metralla explotó en el comedor de la cafetería Rolando, en la calle del Correo, junto a la Puerta del Sol.
Ese día murieron once personas y más de 70 resultaron heridas. Debido a las secuelas físicas causadas por la bomba, Gerardo García Pérez falleció el 29 de septiembre de 1974, y el inspector de Policía Félix Ayuso Pinel, el único policía de la lista de víctimas, murió el 11 de enero de 1977. De esa forma, el balance final de la matanza de la cafetería Rolando fue de 13 víctimas mortales.
ETA “MATÓ Y MINTIÓ”
El Centro Memorial ha destacado que este fue “el primer atentado masivo e indiscriminado de la larga historia de ETA” y que, “como hizo tantas otras veces, la banda terrorista mató y mintió” respecto a lo ocurrido, dado que “en vez de reivindicar el crimen, culpó a la ultraderecha y al régimen franquista”. El Memorial ha señalado que la desaparecida organización terrorista “no reconoció su responsabilidad hasta 2018”.
La exposición se titula ‘Rolando 2:15 – 2:45. 50 años de la primera masacre de ETA’, en alusión, según ha indicado el Memorial, a una anotación con la referencia ‘Rolando 2:15-2:45’ que la Policía encontró en la agenda del miembro de ETA José María Arruabarrena Esnaola, ‘Tanque’, con la franja horaria del mediodía con mayor afluencia de público a la cafetería madrileña.
La muestra está estructurada en 22 paneles, en euskera y castellano, que hacen referencia a los diferentes hitos del atentado y cuentan las historias de las 13 víctimas mortales. Uno de los paneles hace referencia a los ‘héroes’, los vecinos, empleados de los establecimientos afectados, bomberos, policías, sanitarios y taxistas cuya rápida y efectiva actuación salvó “una cantidad incalculable de vidas”.
En la muestra hay también elementos vinculados al comando que perpetró el atentado, como una maqueta de los locales afectados por la explosión, una reproducción de la maleta-bomba utilizada, uniformes de la época de los servicios sanitarios y bomberos, así como billetes de tren, facturas y manuales de instrucciones utilizados por ETA para perpetrar la matanza.
La exposición está comisariada por el responsable del Área de Archivo, Investigación y Documentación del Memorial, Gaizka Fernández Soldevilla, y por Ana Escauriaza, investigadora, graduada en Historia y Periodismo por la Universidad de Navarra, y doctora en Historia Contemporánea en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU)
En acto de inauguración han participado Fernández Soldevilla, Alicia Gómez Condado, hija de Francisco Gómez Vaquero –una de las víctimas–, y la consejera de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, María Jesús San José.
“EL ABSURDO CAMINO DE LA VIOLENCIA”
En su intervención, San José ha recordado que este atentado llevó a numerosos “militantes nacionalistas” a comprender “lo absurdo y lo erróneo del camino de la violencia”, al entender que “la dictadura no justificó el terrorismo”, de la misma forma que “el terrorismo no justificó nunca ninguna otra violación de los derechos humanos”.
“Comprendieron que nada, absolutamente nada, está por encima de algo tan fundamental, tan básico, como el derecho a la vida; del derecho de todo individuo a construir un presente y un futuro”, ha añadido.
La consejera ha indicado que este atentado “marcó un momento clave en la particular historia de sinrazón, crueldad y dolor que infringió ETA a esta sociedad”, y que aquel fue “un momento que no podemos olvidar”. “Se lo debemos no solo a quienes quedaron profundamente marcados por el dolor, quienes siguen sufriendo la ausencia de sus seres más queridos”, ha manifestado, para precisar que este es también un mensaje que se ha de trasladar a las nuevas generaciones.
“LOS GRANDES OLVIDADOS”
Por su parte, Fernández Soldevilla ha afirmado que las víctimas de este atentado son “las grandes olvidadas”, puesto que no han obtenido el debido “respaldo” institucional y la masacre no ha sido esclarecida en la vía judicial, por lo que sus responsables no han sido condenados.
De esa forma, ha mostrado su esperanza de que la exposición contribuya a “resarcir”, en parte, a los damnificados por el atentado y a sus familias.
En una emotiva intervención, Alicia Gómez ha recordado el dolor causado por el asesinato de su padre en esta acción terrorista, así como el “olvido” que han padecido todas las personas afectadas por el atentado y la “impunidad” de sus autores.
Tras afirmar que en la actualidad, las víctimas se sienten “un poco menos solas”, ha pedido que “la atrocidad del terrorismo no se pierda en la memoria”.