En Trujillo, los lunes se viven con una tradición que despierta tanto entusiasmo como devoción. Mientras otros esperan con ansias el domingo para asistir a la misa, en la ‘Ciudad de la eterna Primavera’ el día esperado es el lunes, cuando el shambar toma protagonismo en las mesas trujillanas. Este emblemático plato, heredado de los antiguos peruanos que habitaban la zona, ha pasado de ser un tesoro local a convertirse en orgullo nacional, destacándose como una joya de la gastronomía peruana.
El shambar no solo es famoso por su sabor inigualable, sino también por sus numerosos beneficios. Rico en nutrientes esenciales, este potaje tradicional es conocido por proporcionar una cantidad significativa de energía, lo cual lo ha vuelto indispensable en la dieta de quienes buscan una alimentación balanceada y revitalizante. Así, lo que comenzó como una costumbre regional ha trascendido fronteras, consolidándose como patrimonio culinario del Perú entero.
¿Cuál es el origen de este plato?
Su origen se remonta a la época colonial, cuando se cocinó por primera vez en las haciendas de las provincias de Santiago de Chuco y José Faustino Sánchez Carrión. A través de la información proporcionada por el portal Perú travel, este plato comenzó a ganar popularidad en la región y pronto se desplazó a Cajabamba, en Cajamarca, y Pallasca, en Áncash. Su aceptación entre peones y hacendados se debía a su bajo costo, sencilla preparación y abundante presentación, además de ser una excelente manera de aprovechar la producción local de trigo y granos como la arveja y las habas.
Pese a su éxito en la sierra de La Libertad, fue recién a mediados de la década de 1950 cuando el shambar llegó a la zona costera, especialmente a Trujillo. Este traslado se produjo debido a la migración de personas que dejaban sus tierras en busca de mejores oportunidades en las grandes ciudades. Desde entonces, no solo se consolidó como un plato emblemático de Trujillo, sino que también ganó reconocimiento y aprecio en todo el Perú, convirtiéndose en un legado culinario nacional.
¿Cuál es el valor nutricional de este plato?
El shambar es un plato altamente nutritivo que proporciona una riqueza de nutrientes esenciales. Entre sus componentes destacan el fósforo, el calcio, el hierro, las vitaminas del complejo B y E, el ácido fólico y la tiamina, además de una variedad de minerales. Los ingredientes básicos, como el trigo y las menestras, también ofrecen proteínas y fibras, haciéndolo un alimento completo y equilibrado.
Gracias a esta combinación de nutrientes, es eficaz para combatir la anemia, al mismo tiempo que provee una excelente fuente de energía. El fósforo y el calcio juegan un papel crucial en la salud ósea, mientras que el hierro es fundamental para la producción de hemoglobina. Las vitaminas del complejo B y E, junto al ácido fólico y la tiamina, son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y el metabolismo celular. Por estas razones, es muy recomendado para madres gestantes, deportistas y niños, ya que satisface sus necesidades nutricionales diarias y contribuye a su bienestar general.
¿Cómo se prepara el shambar paso a paso?
Apreciado tanto en Trujillo como en todo el Perú, la preparación de este potaje requiere una combinación precisa de ingredientes y un proceso de cocción que ha sido transmitido de generación en generación.
Ingredientes:
- 250 gramos de malaya de res
- 200 gramos de jamón serrano
- 100 gramos de rabo de cerdo ahumado
- 1 pieza de gallina
- 50 gramos de pellejo de cerdo
- 1/2 taza de trigo shambar
- 1/2 taza de sarandaja
- 1/4 de taza de arvejas partidas
- 1/2 taza de habas
- 1/2 taza de frejoles
- 1 cebolla picada en cuadros
- 1 cucharada de ají panca molido
- 1 cucharada de ají mirasol
- 1 cucharada de ajos molidos
- 2 cucharadas de culantro picado
- Aceite c/n
- Comino al gusto
- Sal y pimienta al gusto
Preparación: La noche anterior, remoja y despelleja la malaya de res y el pellejo de cerdo. Al día siguiente, en una olla grande con agua y sal, sancocha el pellejo, el rabo de cerdo, el jamón, la malaya y la gallina durante aproximadamente 30 minutos.
En otra olla, cocina las menestras (frejoles, arvejas, sarandaja y habas) junto con el trigo shambar, luego resérvalas. Mientras tanto, adereza las carnes con la cebolla picada, el ajo molido, el comino, el ají mirasol y el ají panca molido.
Después, incorpora las carnes aderezadas y el caldo en una olla grande, junto con las arvejas, los frejoles, las habas, la sarandaja y el trigo shambar. Cocina todo a fuego medio, removiendo la mezcla durante unos cinco minutos para que se integren bien los sabores.
Finalmente, al momento de servir, espolvorea el culantro picado encima de cada plato. El shambar está listo para disfrutarse.