El Papa ha pedido a la comunidad internacional que se ponga fin a la “espiral de venganza” que hay en estos momentos en el mundo y ha recordado que este lunes se cumple un año del inicio del conflicto en la Franja de Gaza.
“Todas las naciones tienen derecho de existir en seguridad en sus territorios y que no deben ser ni atacados ni invadidos. Su soberanía debe ser garantizada por la paz y no por el odio y la guerra”, ha asegurado este domingo, tras la lectura del Ángelus.
El Sumo Pontífice ha trasladado su “cercanía” a la población israelí y palestina por el conflicto que perdura desde hace casi un año. “No podemos olvidar que todavía hay muchas personas rehenes en Gaza y por las que pido su liberación. Toda la región está en peligro”, ha indicado.
En este sentido, el Papa Francisco ha comentado que la población palestina está siendo golpeada y sufriendo mucho por la guerra, en especial los civiles inocentes. “Todas las personas deben recibir ayuda humanitaria”, ha clamado.
Además, ha pedido el cese al fuego en todos los frentes abiertos, incluido en Líbano, y que no haya más “ataques como el de Irán”, que pueden “hacer precipitar a la región a una guerra más grande” “Recemos por los libaneses, especialmente por los habitantes del sur obligados a dejar sus poblaciones”, ha pedido.
“En estas situaciones, ahora es más que necesaria que nunca la oración. Esta tarde, todos iremos a Santa María la Mayor para invocar la paz en el mundo. Unámonos con la fuerza del bien contra los vientos de la guerra”, ha finalizado el papa.
Durante el Ángelus, el Pontífice ha invitado a no olvidar que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida y de los hijos. “Son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar y para toda la sociedad”, ha asegurado.
A su vez, ha reiterado a los fieles y peregrinos que tengan hijos y ha contado que este sábado 5 vivió una “gran consolación”, durante la santa misa con motivo de la celebración de la fiesta del patrono de la Gendarmería Vaticana, San Miguel Arcángel, que cayó el 29 de septiembre. “¡Vino un gendarme con sus ocho hijos!. Era hermoso verlo”, ha afirmado feliz.