Barcelona, 7 jul (EFE).- Dice el periodista Ginés Muñoz (Barcelona, 1975) que el deporte no es más que un reflejo de la vida, por eso en su último libro: ‘Dime cómo hablas y te diré cómo entrenas’ (Editorial Círculo Rojo), desgrana cómo funcionan los mapas mentales de los deportistas en un manual que pretende ser una guía para entrenadores influyentes.
“No nos daña lo que nos pasa, si no lo que decimos sobre lo que nos pasa”, parafrasea Muñoz, que en sus últimos veinticinco años ha acumulado experiencias como periodista deportivo en EFE para establecer un mapa de perfiles sobre deportistas y entrenadores de multitud de disciplinas.
“En la vida, lo único que siempre te va a funcionar es el autoconocimiento. Y en el deporte, sucede lo mismo. El deportista que se conoce, sabe lo que le va bien y lo que no, qué necesita y de qué debe prescindir para competir mejor. Por eso, si ha trabajado en su desarrollo personal, ya tiene mucho ganado”, explica.
Pero también es determinante que el entrenador sepa que cada deportista que dirige es diferente: “No hay dos deportistas iguales porque no hay dos personas iguales. Nos pasamos la vida generalizando, eliminando y distorsionando la realidad para adaptarla a nuestra manera de ser. Lo que el deportista piensa de su juego, del rival o de lo que le dice su entrenador le genera unas emociones, y al final todos nos comportamos según nos sentimos”.
Asegura este experto en PNL (programación neurolingüística), coaching deportivo y comunicación efectiva que el objetivo primordial de los entrenadores, más allá de hacer que sus deportistas mejoren técnica y tácticamente, es conectar con ellos para comunicarse de una forma más eficaz.
“Es importante que el entrenador sepa cómo su atleta capta la realidad, cómo la filtra en función de su personalidad y cómo construye su mapa mental. Tiene que estar atento a todo lo que el deportista transmite con su lenguaje verbal y sobre todo no verbal, que es su lenguaje inconsciente; el único que siempre dice la verdad”, añade.
Muñoz, que define la PNL como un modelo de comunicación que te aporta “las claves para comunicarte tanto con los demás como contigo mismo de una forma más sana y eficaz”, confiesa que entró en contacto con el mundo del desarrollo personal por una crisis vital, y desde entonces no ha parado de formarse.
Y defiende los beneficios de la PNL en el mundo del deporte para “cambiar creencias, reencuadrar situaciones adversas, anclar estados emocionales poderosos o visualizar la excelencia en el rendimiento”.
“El cerebro es muy cabrón, pero también es muy fácil de engañar, porque puedes hacerle creer lo que tú quieras. La única realidad que de verdad existe es las que tú percibes. Y poderla cambiar en tu beneficio es una herramienta muy poderosa que el deportista puede utilizar para mejorar su rendimiento”, señala.
Y abunda al respecto: “Como decía Marcel Proust, aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia. Porque cualquier cambio que queramos lograr en lo externo debe empezar en lo más íntimo y profundo de nosotros mismos”.
Propiciar esos cambios internos en el deportista, considera Muñoz que es una de las tareas fundamentales del entrenador. “Pero para lograrlo, primero debe detectar, a través del lenguaje de su atleta, qué es lo que resulta interesante para él y lo que considera aburrido o una amenaza potencial: si durante la práctica deportiva, lo que estimula es lograr un recompensa o evitar un daño; si quiere ser un deportista singular o prefiere parecerse a otros; si desea gozar de libertad en la ejecución o necesita sentirse seguro interpretando a rajatabla un plan…”.
Insiste en que en el deporte “todo se puede entrenar”, pero recuerda que entre el 85 y el 95% de las decisiones no las toma nuestro consciente, sino nuestro inconsciente. “Medio segundo antes de que tú tomes una decisión, tu inconsciente ya la ha tomado por ti. Nos pasamos la vida justificando conscientemente lo que hemos decido de forma irracional”, insiste.
Por eso, el objetivo, apunta Muñoz, es que el deportista entrene una y otra vez hasta alcanzar la competencia inconsciente, “la última fase del aprendizaje, esa en la que tu habilidad ya se ha convertido en un hábito”.
Y eso es lo que luego le va a permitir entrar en lo que se conoce como ‘la zona’: “Ese estado mental que es una mezcla de felicidad y alto rendimiento y en el que estás tan plenamente enfocado en el momento presente que el resto del mundo se desvanece”.
“Cuando tu cerebro funciona en modo automático, estás ahorrando energía. Y eso es genial, porque cuando fluyes, no necesitas pensar en nada, solo sentir. Casi siempre que aparece esa vocecita en tu cabeza es para sembrar en ella algún pensamiento negativo. Y la PNL puede enseñarte a cambiar esos pensamientos o a utilizarlos en tu beneficio”, afirma Muñoz.
‘Dime cómo hablas y te diré cómo entrenas’ también está trufado de ejemplos sobre entrenadores influyentes. Como Diego Simeone, al que destaca como entrenador Pigmalión “aquel que, con sus creencias y altas expectativas sobre sus jugadores, es capaz de influir decisivamente en la mejora de su rendimiento”.
O Phil Jackson, “un pionero del liderazgo consciente de equipos, en el que integraba la meditación, el budismo y otras tradiciones espirituales como las de los indios nativos americanos, y cuya metodología demostró ser tremendamente exitosa en los Bulls y en los Lakers”.
Y por su puesto, Pep Guardiola, para Muñoz, “una versión moderna y actualizada de Jakson, un técnico 360, que además de aportar sus enormes conocimientos tácticos sobre el juego, se preocupa mucho por el estado emocional y el desarrollo personal de sus futbolistas”.
El libro también hace referencia a algunos deportistas que se han convertido en referentes del entrenamiento mental por diferentes motivos. Y explica, por ejemplo, los anclajes que utiliza Rafa Nadal, la capacidad de Leo Messi para disociarse y asociarse al juego a su antojo, o como Muhammad Ali fue el primer deportista de élite que recurrió a la ayuda de un hipnoterapeuta para mejorar su técnica y su concentración.
Ginés Muñoz asegura que no todo se resume en “jugar como se entrena”, porque todos los deportistas juegan y se entrenan conforme a su manera de ser.
“Heywood Broun decía que el deporte no construye el carácter; lo revela. Y yo estoy totalmente de acuerdo. Al final, el deporte desnuda la forma en la que te enfrentas a la vida”, sentencia. EFE
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