El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, ha prometido este miércoles que hará “todo lo posible” para evitar un Euromaidán y frenar la “ucranización” del país, lo que a su juicio llevaría únicamente a “pérdidas económicas” y “destrucción”, como pasó con Kiev tras las manifestaciones europeístas y nacionalistas de 2013.
“No vamos a permitir que haya un segundo frente en nuestro país. Hay que recordar lo que aquello trajo a Ucrania y señalar que el Gobierno no permitirá que se dé la misma situación aquí”, ha señalado durante una rueda de prensa en la que ha hecho hincapié en las consecuencias del Euromaidán.
“En aquel momento, el Gobierno ucraniano fue elegido desde fuera, y cuando esto pasa, tienes que hacerte responsable. Sin embargo, sabemos lo que pasó allí. Antes, Ucrania era un país con integridad territorial y se estaba desarrollando económicamente. Ahora es un país destruido, la economía está en su peor momento y se trata de un Estado catastrófico”, ha aseverado.
En este sentido, ha recalcado que ahora Rusia “compra un 20 por ciento de los territorios ucranianos y 10.000 personas han muerto. ¿Quién es el responsable de todo esto? Cuando hablamos de Georgia tenemos que recordar lo que sucedió y qué podría pasar en Georgia si seguimos el mismo camino”, ha aclarado, según informaciones recogidas por el diario ‘Rezonanci’.
“Son precisamente los que hablan de rendirse ante Rusia los que han dado el 20 por ciento de Ucrania a sus tropas”, ha puntualizado antes de volver a defender que la ley de agentes extranjeros que tantas protestas ha suscitado sirve para “prevenir disturbios y revoluciones” dentro del país.
“No se presentaron argumentos válidos contra la ley. Ofrecí a todos un debate público, pero todos lo evitaron. Todo esto indica que en realidad no hay argumentos. La transparencia no tiene alternativa, como tampoco la tiene la prevención de revoluciones y disturbios (…) La Ley de Transparencia sirve para todo esto”, ha declarado.
El 3 de junio, el presidente del Parlamento georgiano, Shalva Papuashvili, firmó la polémica ley sobre agentes extranjeros después de que la mandataria del país, Salomé Zurabishvili, se negara a hacerlo.