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El PSC gana por primera vez en votos y escaños pero tendrá que pactar para gobernar

El PSC ha vuelto a ganar las elecciones catalanas con 870.224 votos (27,94%) y 42 escaños, con el 99,19% escrutado, 9 escaños más que en los comicios de 2021, y haciéndolo por primera vez tanto en escaños como en votos.

Los socialistas han logrado 9 escaños más que en 2021, cuando lograron 654.766 votos (23,03%) y 33 escaños, los mismos que consiguió la candidatura de ERC liderada por Pere Aragonès, quien finalmente logró ser investido presidente y dejó al candidato del PSC, Salvador Illa, en la oposición.

Esta victoria de Illa, que revalida su primera posición como fuerza más votada en el Parlament y deshace la mayoría independentista en el Parlament, no significa que pueda gobernar, al igual que pasó en 2021, y necesitará el apoyo de otras fuerzas.

No obstante, en estos comicios las fuerzas independentistas se han presentado más divididas que en los anteriores, en los que firmaron un cordón sanitario contra el PSC, y no sumarán una mayoría en el Parlament.

El PSC ha revalidado este domingo la victoria que consiguieron en votos tanto en 2021 –tras 18 años sin ganar– como en 1999 y en 2003; en ninguna de esas dos ocasiones consiguieron la victoria en escaños y solo en las de 2003, y después en las de 2006, consiguieron gobernar formando sendos tripartitos con ERC y ICV.

En 2003, Pasqual Maragall superó el millón de votos con el 31,16% de los sufragios que le otorgaron 42 escaños; en 2006, José Montilla logró 796.173 votos (26,82%) y 37 escaños y, en 2010, el desgaste de liderar el Govern dejó a los socialistas con 575.233 votos, 28 escaños y el 18,38% de los votos.

En 2012, liderados por Pere Navarro con una estrategia basada en el federalismo como solución a un conflicto que comenzaba con una apertura de la Convergència de Artur Mas a un proyecto abiertamente independentista, el PSC descendió a 20 escaños con 524.707 votos (el 14,43%) y pasó a ser la tercera fuerza.

En los comicios de 2015, presentados como un plebiscito para la independencia de Catalunya con una candidatura conjunta independentista, JxSí, el PSC de Miquel Iceta perdió otra plaza situándose como cuarta fuerza por detrás de Cs, con 16 diputados y 523.283 votos (12,72%).

En 2017, en las elecciones convocadas por el entonces presidente del Gobierno Mariona Rajoy tras intervenir el Govern de la Generalitat por el 1-O, los socialistas mantuvieron la cuarta posición con 17 escaños y 606.659 votos, por detrás de Cs, Junts y ERC.

LA VOLUNTAD DE “UNIR” DE ILLA

El PSC de Salvador Illa ha abogado estas elecciones por “unir y servir” a los catalanes, con una actitud conciliadora para pasar página a la década del ‘procés’ y a los cuatro presidentes que ha tenido la Generalitat desde entonces: Artur Mas, Carles Puigdemont, Joaquim Torra y Pere Aragonès.

Illa ha centrado su campaña en pedir la fuerza suficiente para gobernar en solitario, aunque la distribución de escaños en el Parlament le obliga a buscar a apoyos, como un posible tripartito con ERC y Comuns-Sumar o el apoyo de Junts+.

De hecho, durante la campaña Illa no ha cerrado la puerta a un tripartito con ERC y Comuns-Sumar, que ve como fórmula posible, aunque sí ha dicho que con Carles Puigdemont (Junts+) no pactaría si prioriza la independencia, y ve sus proyectos políticos incompatibles; y ha asegurado que nolo hará con Vox ni Aliança Catalana tras firmar un cordón sanitario junto a ERC, Junts, CUP y Comuns.

‘EFECTO SÁNCHEZ’ EN CAMPAÑA

El inicio de la campaña del PSC se vio marcado por el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de tomarse unos días para reflexionar sobre su continuidad al frente del Ejecutivo, mientras que en los mítines de Illa, a ritmo de ‘Que merezca la pena’ de Siloé, los socialistas catalanes le pedían continuar.

El regreso de Sánchez y su incorporación a la campaña reunió a más de 3.000 asistentes en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) –2.000 en el pabellón y cerca de 1.000 personas fuera–, y acompañó a Illa en tres mítines más: Montmeló, Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y Barcelona, donde el PSC cerró su campaña ante 3.500 personas en el pabellón de la Vall d’Hebron y otras 500 que se quedaron fuera.

Para el PSC, los catalanes han apostado finalmente por la vía de la colaboración que defienden PSC y PSOE y han avalado la amnistía a los implicados en el ‘procés’ promovida por el Gobierno de Sánchez frente a la oposición a la ley que han liderado PP, Vox y Cs.

De hecho, en su comparecencia tras ganar las elecciones este domingo, Illa ha destacado como uno de los factores más relevantes de su victoria las políticas ejercidas por Sánchez respecto a Catalunya desde el Gobierno.

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