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El pueblo de Zaragoza situado entre tres ríos y que fue parcialmente inundado: un castillo sobre una colina y tres museos

Castillo de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).
Castillo de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).

Situado en la orilla de tres ríos: el Ebro y sus afluentes, el Huérva y el Gallego, y conformando una de las mayores confluencias fluviales de Europa, el pueblo de Mequinenza se alza como uno de los más bonitos de Zaragoza, Esta villa, es un testigo mudo de la historia y la cultura de la región, la cual data desde la época de los romanos. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, la villa, vio como gran parte de su casco histórico, quedó inundado por la construcción del embalse que lleva su nombre, popularmente conocido como Mar de Aragón.

El Mar de Aragón es, de hecho, una de las principales características geográficas de la zona. Este vasto embalse, creado por la construcción del embalse de Ribarroja en 1964, transformó radicalmente el paisaje y el modo de vida de los habitantes de Mequinenza. El pueblo original quedó sumergido bajo las aguas, lo que obligó a la construcción de una nueva localidad en una zona más alta. Este traslado marcó un antes y un después en la historia del municipio, y el nuevo Mequinenza surgió con una identidad renovada, aunque siempre conectada a sus raíces históricas.

La historia y su castillo

Castillo de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).
Castillo de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).

El origen de Mequinenza está íntimamente ligado a su posición geográfica. La localidad se encuentra en un punto estratégico donde los ríos se encuentran, lo que históricamente le ha conferido una gran importancia militar y comercial. Desde la época romana, Mequinenza fue un lugar clave para el control de las rutas fluviales que comunicaban el interior de la península con el mar Mediterráneo.

Durante la Edad Media, la construcción del castillo de Mequinenza, una fortaleza que aún hoy domina el paisaje, consolidó la importancia defensiva de la localidad. Esta es una de las fortalezas más destacadas que el arte gótico legó a la Corona de Aragón. Su estructura, de planta irregular, está reforzada por siete torreones, uno de ellos con un distintivo diseño pentagonal, que le otorgan una presencia imponente en el paisaje. Este castillo, que data del siglo VIII, tiene sus orígenes en una torre defensiva construida por la tribu bereber de los Miknasa.

A lo largo de los siglos, la fortaleza fue reforzada, especialmente en el siglo XV, para hacer frente a los avances bélicos de la época. Además, el castillo fue escenario de importantes conflictos, incluyendo la Guerra de Sucesión, la guerra de Secesión y la guerra de la Independencia, resistiendo tres asedios napoleónicos antes de ser conquistado en 1810. Su resistencia fue tal que Mequinenza fue inscrita en el Arco del Triunfo de París. Ese mismo año, fue recuperado por las tropas españolas bajo la dirección del general Carlos de Van Halen.

Asimismo, en el siglo XIX, el castillo jugó un papel clave durante las guerras carlistas, pero fue abandonado a principios del siglo XX hasta que la empresa ENHER lo reconstruyó en 1959. Hoy, bajo la propiedad de la Fundación Endesa, el castillo está abierto al público para visitas turísticas, disponibles solo los martes laborables con reserva previa de cinco días. Además, desde sus más de 100 metros de altitud se pueden contemplar una de las mejores panorámicas del entorno y el embalse.

Los museos de Mequinenza

Museo de la mina de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).
Museo de la mina de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).

Un imperdible en la villa es dar un paseo por el pueblo viejo, el cual muestra como era la disposición de Mequinenza antes de su inundación. Otros puntos de interés son sus museos, el cual permite revivir el pasado de la localidad a través de sus exposiciones dedicadas a minería, a la historia y al pasado prehistórico de la villa.

  • El museo de la mina ofrece una inmersión en la experiencia minera, transportando a los visitantes a más de 150 años de historia de la extracción de carbón en la localidad. A lo largo de sus espectaculares galerías, que suman más de 1.000 metros de recorrido, los visitantes pueden conocer de cerca la dura vida de los mineros, las condiciones en las que trabajaban y los distintos métodos de extracción utilizados en Mequinenza.
  • El museo de historia de Mequinenza permite explorar la rica historia de la villa, desde los primeros asentamientos humanos hasta la moderna ciudad actual. Los visitantes pueden conocer las diversas culturas milenarias que han habitado la región, incluidos romanos, árabes y cristianos. Además, ofrece una recreación de los asedios y batallas medievales en el imponente castillo de Mequinenza y la oportunidad de descubrir el papel histórico del río Ebro a través de los tradicionales llaüts, embarcaciones utilizadas para transportar carbón.
  • Museo del pasado prehistórico permite a los visitantes realizar un viaje en el tiempo hasta la Prehistoria, explorando los yacimientos arqueológicos de la región. En este espacio, se pueden descubrir las épocas del Neolítico, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro a través de recreaciones fieles de sitios únicos en Aragón, como el yacimiento de Los Castellets o el Abrigo de Vall Major. Además, se exhibe el Arte Rupestre encontrado en Mequinenza, reconocido como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Un rico entorno natural

Embalse de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón).
Embalse de Mequinenza, en Zaragoza (Turismo Aragón). (Jorge Fuembuena/)

La construcción del embalse de Mequinenza no solo supuso la desaparición de parte del pueblo, sino también supuso la constitución de un rico paraje que destaca por ser un centro para actividades acuáticas y deportivas. Conocido entre los aficionados a la pesca como uno de los mejores lugares de Europa para la pesca deportiva, en especial del siluro, atrae a miles de pescadores cada año que buscan capturar ejemplares de gran tamaño.

Pero la oferta deportiva de Mequinenza va más allá de la pesca. El embalse y sus alrededores son un escenario ideal para la práctica de deportes náuticos como el piragüismo, el remo y la vela, actividades que han contribuido al desarrollo del turismo en la región. El club náutico local y las competiciones que se celebran en sus aguas son un reflejo de la importancia de estos deportes en la vida de la comunidad.

Además, el entorno natural de Mequinenza, con sus riberas fluviales y su orografía marcada por las montañas del Bajo Cinca, ofrece un marco incomparable para el senderismo y el ciclismo. Rutas como la del “Camino del Ebro” (GR-99) permiten a los visitantes explorar el paisaje y descubrir la riqueza natural de la zona, que incluye una variada fauna y flora, así como formaciones geológicas de gran interés.

Cómo llegar

Desde Zaragoza, el viaje es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por la carretera AP-2. Por su parte, desde Lleida el trayecto tiene una duración estimada de 40 minutos por las vías AP-2 y N-211.

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