En Tucumán, los productores de tomate y pimiento están en alerta, pero no están solos. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha intensificado las acciones preventivas para evitar la llegada del temido virus rugoso del tomate (ToBRFV). Este virus es una seria amenaza para las plantaciones, pero gracias a los esfuerzos coordinados, el foco está puesto en la prevención.
Recientemente, equipos de Senasa visitaron las localidades de Famaillá y Lules, donde realizaron inspecciones en los cultivos. El objetivo es claro: detectar cualquier posible indicio del virus lo antes posible. Durante las visitas, se recolectaron muestras para análisis de laboratorio, y aunque hasta ahora no hay señales de infección, las autoridades siguen atentas a los resultados finales para asegurarse de que todo esté bajo control.
Capacitación y prevención: aliados clave
Además del monitoreo, los técnicos están trabajando mano a mano con los productores locales. En estas capacitaciones, se les enseña a identificar los primeros síntomas del virus, como manchas marrones en los frutos o arrugas en las hojas. La prevención es la mejor herramienta, y saber actuar rápido en caso de sospecha puede marcar la diferencia. Por eso, si un productor nota algo inusual, la recomendación es simple: no manipular las plantas, aislar el área y avisar de inmediato a las autoridades.
Este trabajo de prevención no se limita solo a Famaillá y Lules. Otras zonas de la provincia, como el Valle de Tafí, también recibirán visitas del equipo de Senasa, con el objetivo de proteger una región clave para la agricultura local.
Producción nacional
¿Cuánto tomate consumen los argentinos? El tomate es la segunda hortaliza más consumida en Argentina: 16 kg por persona por año de tomate en fresco, lo cual explica la necesidad imperante de cuidar su producción.
Las principales zonas productoras de tomate son las provincias de Mendoza y San Juan (región cuyana) Salta y Jujuy (región NOA), Corrientes y Formosa (NEA), Rio Negro, y Buenos Aires, provincia en la cual se destacan los cinturones hortícolas bonaerense y La Plata, Mar del Plata y Sur de Bs.As. Además, los cinturones hortícolas que se ubican alrededor de las principales ciudades del país también contribuyen al abastecimiento de los centros de consumo que circundan.
San Juan y Mendoza son los principales productores de tomate para industria en el país y en esta temporada se cultivaron unas 8100 hectáreas, 300 más que en la temporada 2023. Tucumán, por su parte, tiene un producción promedio de 800 hectáreas según el último censo agropecuario.
El desafío del virus rugoso
El virus rugoso del tomate es relativamente nuevo, fue descubierto en 2014 en Israel, pero desde entonces se ha propagado rápidamente por distintos continentes. Afecta tanto a tomates como a pimientos, y las plantas infectadas ven disminuida su producción y calidad, lo que puede ser un golpe duro para la economía agrícola.
En Argentina, se ha tomado en serio esta amenaza. La Resolución 569/2023 de Senasa declaró una alerta fitosanitaria hasta diciembre de 2024, un tiempo clave para intensificar las acciones de vigilancia en todo el país. La colaboración entre Senasa, INTA e INASE está siendo crucial para frenar la expansión del virus, trabajando desde las semillas hasta los cultivos en campo.
Un esfuerzo conjunto por la seguridad agrícola
El plan de acción no se detiene en esta provincia. Las inspecciones seguirán en las principales zonas productoras, mientras los técnicos siguen capacitando a los productores para que estén preparados ante cualquier señal de alarma. Hay un solo fin: prevenir y, si es necesario, actuar rápidamente para contener el virus.
La lucha es continua y las acciones preventivas que se están llevando a cabo en Tucumán son parte de un esfuerzo mayor para proteger una de las actividades más importantes de la región. La producción de tomate y pimiento no solo es esencial para la economía local, sino también para la alimentación de muchas familias.
Si hay sospecha de infección, el llamado es simple: no tocar las plantas y contactar a las oficinas de Senasa, INASE o INTA para que los expertos actúen de inmediato. Con estos esfuerzos conjuntos, la agricultura de Tucumán sigue siendo fuerte y resiliente.
Fuente: Senasa