En la mañana del jueves 16 de mayo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció la liberación de tres personas que habían sido secuestradas por el Frente de Guerra Oriental, liderado por el comandante en jefe Manuel Vásquez Castaño, en el municipio de Arauquita (Arauca).
El anuncio se dio a conocer por medio de un comunicado emitido por el grupo guerrillero, en el que afirman que la liberación se logró tras haber aplicado el “debido proceso” ajustado a la normatividad del ELN. Además, confirmaron que las personas ya se encuentran con sus familiares.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
De acuerdo con el grupo subversivo, las personas liberadas fueron Mary Inés Pulido Castro, secuestrada el viernes 12 de abril cuando se encontraba en un establecimiento comercial en el sector de La Pesquera; Luis Alfonso Maldonado, secuestrado el 11 de abril en la vereda Las Acacias; y Jesús Alberto Colorado, raptado el primero de abril.
Por último, el grupo guerrillero instó a la comunidad a no involucrarse, de ninguna manera, con otros grupos armados.
“Llamamos al pueblo del oriente colombiano a mejorar si convivencia comunitaria, su actuar, no caer en falsas promesas, chantajes o amenazas, por parte de mercenarios narco paramilitares y agencias de inteligencias estatales”, puntualizaron.
Cabe recordar que el ELN decidió retomar los secuestros, debido a supuestos incumplimientos del Gobierno de Gustavo Petro en la entrega de donaciones provenientes de la comunidad internacional para su subsistencia.
Esta decisión se dio a conocer el 6 de mayo, en la que indicaban que “el Gobierno muestra poca voluntad para avanzar en este campo. Dado lo anterior, el ELN da por terminada su oferta de suspensión unilateral de retenciones económicas”, y agregaron que pese a que supuestamente se incumplió con este punto discutido en la mesa de diálogo con el Gobierno nacional, su intención es continuar negociando: “El ELN mantiene su disposición de retomar y acordar nuevos acuerdos en coherencia con el horizonte de solución política al conflicto expresado en el Acuerdo de México”.
Esta decisión tiene en vilo a la mesa de diálogo con este grupo armado, debido a que se trata de una muestra del grupo guerrillero de no querer dejar de delinquir.
Uno de los miembros del equipo negociador por parte del Gobierno es el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, que expresó su intención de dejar la mesa en caso de que se compruebe que el ELN secuestró a ganaderos en diferentes regiones del país.
“Si se establece que el ELN es responsable del secuestro de al menos uno de ellos, mi permanencia en la delegación se complicaría. Es una cuestión de ética personal e institucional, de integridad moral”, enfatizó Lafaurie, en relación con el secuestro de Uriel Libardo en Cravo Norte (Arauca), el 5 de mayo, y el de Néstor Julio Barón, de 72 años, el 8 de mayo, en Paz de Ariporo (Casanare).
El negociador del Gobierno insistió en que el ELN busca camuflar estas acciones para justificar el cautiverio de personas: “Si diferencio entre retención y secuestro, porque el ELN insiste en ese eufemismo para disfrazar el secuestro extorsivo. Ante el anuncio de reanudar esta horrenda práctica, es conveniente dejar de complacernos y llamar a las cosas por su nombre… en la mesa de negociaciones o fuera de ella, seguiré alzando mi voz: ¡No al secuestro! ¡Ni uno más!”.
Lafaurie afirmó que pretender que el Presupuesto Nacional o un país donante financien a un grupo armado ilegal como el ELN, mientras este no deponga las armas y firme un acuerdo final, es un insulto a la inteligencia. Señaló la incoherencia de la guerrilla al amenazar con secuestros extorsivos y argumentar el incumplimiento del Fondo Multidonante del Acuerdo No 26, como si “ese fondo fuera para financiarlos”.
Explicó que el cese al fuego debe incluir el fin del hostigamiento a la población, condición esencial para la participación libre y punto central de las negociaciones: “El cese al fuego no se limita a los enfrentamientos con la Fuerza Pública, sino a cesar el hostigamiento a la población, como condición para su libre participación, punto central de las negociaciones”.