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En Bucaramanga hay un ‘paraíso’ en toda la punta de Provenza

Originalmente, el terreno pertenecía a Ciro Ríos, quien operaba la finca Punta Paraíso que servía como club social. 

En este lugar, la música, la cerveza y el tejo eran los protagonistas de las reuniones sociales. Sin embargo, debido a frecuentes riñas, provocadas por el mal manejo del alcohol, los propietarios decidieron parcelar y vender el terreno, lo que llevó a la creación del barrio.

Con el mismo nombre de la finca se ofertaron aquellos lotes ‘como pan caliente’ gracias al voz a voz popular.

 “Nosotros junto a otros doce vecinos fuimos las primeras familias en llegar y construir la casa”, recuerda Angel María Jaimes, miembro fundador del sector y quien se mudó al sector directamente desde el municipio de Guaca. Como Jaimes, múltiples familias vieron en esos lotes la oportunidad perfecta para tener casa propia.

Eso sí, en un inicio el proyecto prometía un conjunto cerrado que iba a estar cercado por barreras naturales y zonas verdes. No obstante, quedó en palabras tal idea.

Las promesas rotas fueron una pequeña piedra en el camino en comparación de los problemas enormes que tenía el sector.  A mediados de 2009, la carretera principal y el alcantarillado se convirtieron en el principal dolor de cabeza para quienes recién se mudaron. 

Afortunadamente, el liderazgo de la Junta de Acción Comunal de Punta Paraíso, bajo la dirección de Yolima Flórez Ramírez, se caracterizó por su fiel compromiso con la comunidad. Gracias a su gestión, se logró diseñar e instalar el sistema de alcantarillado con la empresa Empas. Para 2014, cada uno de los residentes logró tener en sus manos las escrituras de sus viviendas, quedando así incorporados en el mapa de la ciudad.

Tal proceso se llevó a cabo en la administración municipal de Luis Bohórquez, a pesar que la ‘legalización’ se anunció con bombos y platillos, lo cierto es que fue hasta 2022 que se entregaron los documentos que certificaron la zona como un lugar habitable. 

Por fin legalizados

Los primeros residentes soñaban con un lugar que tuviera espacios para un salón comunal y zonas de recreación, pero nadie se le ‘paró en la raya’ y la construcción descontrolada hizo que se ocuparan tales espacios por viviendas. 

A mediados de 2021, Marco Ariza y Cristina Mejía, miembros de la JAC en su momento, continuaron con la recolección de los documentos necesarios para tramitar la legalización del barrio. A pesar de varios intentos fallidos, no fue sino hasta la administración de Juan Carlos Cárdenas que pudieron lograr el tan anhelado sueño.

El 29 de enero de 2022, a raíz de la resolución 014, se estableció el cambio de estatus de asentamiento a barrio de Punta Paraíso. El 15 de marzo, los residentes recibieron físicamente el documento que les otorgaba su estado legal y con el que empezaba a mejorar su vida como barrio. Con la nueva resolución, llegaron los servicios públicos básicos, que aunque todavía necesitan mejoras y por lo menos, ya no sufren por la falta de ellos.

Mejía expresó en aquella ocasión  que “ahora contamos con el sueño anhelado de tener las vías pavimentadas, una cancha, un salón comunal, un parque al aire libre, el cual sería excelente para nuestra comunidad y el cual integraría a todas las edades que estarían en nuestro barrio”. Deseo que aún no ha sido cumplido.

Además, desean un lugar propio donde puedan tener el equipo de vigilancia, ya que actualmente tienen en arriendo un local donde está el cableado de las 32 cámaras de seguridad con las que cuenta actualmente el barrio.

Gracias a que fueron ganadores de un Presupuesto Participativo, les otorgaron instrumentos musicales. Desafortunadamente, aún no cuentan con un espacio propicio para recibir clases que el Instituto Municipal de Cultura y Turismo les ofrece a niños y niñas. 

La carretera que une las más de 15 cuadras peatonales está dividida en dos tramos: la entrada completamente destapada y una placa huella que conecta la parte baja con la parte alta. La pavimentación de sus vías es un sueño aún por cumplir y es una petición que los residentes hacen a la actual alcaldía del municipio.

Los residentes de este ‘Paraíso’ han recorrido un largo camino desde sus días como club social hasta convertirse en una comunidad establecida y en crecimiento. Sus esfuerzos por dignificar el lugar en donde viven ha hecho que en menos de 15 años hayan forzado al cumplimiento de las promesas hechas por las administraciones locales. 

Transporte

Para acceder a las dos rutas de transporte público, los habitantes del sector deben desplazarse dos cuadras hacia el barrio Dangond. En la vía principal se moviliza la ruta complementaria P10 y también la ruta número 17 de la empresa Unitransa, este recorrido va desde el Colegio Inem hasta el barrio Café Madrid. 

Seguridad

Las manzanas peatonales del barrio cuentan con un sistema de seguridad interno compuesto por 32 cámaras que vigilan las 24 horas del día y más de 10 cornetas las cuales ya no funcionan. Es preocupante la falta de mantenimiento de los equipos dedicados a impartir orden en el sector. 

Educación

A poco más de 10 minutos a pie se encuentra el Instituto Educativa Inem Custodio García Rovira. La mayoría de los niños del sector estudian en dicho colegio. También hay gran presencia de estudiantes del Colegio Cooperativo Comfenalco e incluso la ruta escolar llega hasta el interior del barrio.

La entrada En Bucaramanga hay un ‘paraíso’ en toda la punta de Provenza se publicó primero en Q’hubo Bucaramanga.

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