Durante 16 años, el Programa de Biología de Tiburones de la Universidad del Norte de Florida (UNF) estuvo estudiando las poblaciones de tiburones en el noreste de Florida y el sureste de Georgia, en Estados Unidos. A lo largo de estos años, uno de los moradores acuáticos más enigmáticos, el pez sierra, se mantuvo esquivo para los investigadores.
Sin embargo, en este verano boreal, un equipo dirigido por el profesor y director del programa, Jim Gelsleichter, logró un importante hallazgo en el río St. Marys.
De acuerdo con la información del medio estadounidense USA Today, el descubrimiento se produjo cuando un estudiante notó un tirón en la línea de tambor que utilizaban para la pesca de especies más grandes. Al percibir la resistencia, Gelsleichter acudió en su ayuda.
“Fue lo más pesado que he sacado de una línea de tambores”, dijo el profesor. En minutos, se confirmaba la identificación del pez sierra, un espécimen de casi la mitad de la longitud del bote de 6,4 metros. El equipo reconoció que estaba eufórico por haber encontrado al raro animal.
Cómo es el pez sierra
El pez sierra, una especie de raya que es familiar lejano de los tiburones, es reconocido por su distintivo hocico lleno de dientes. Evolucionado de especies prehistóricas, este pez se alimenta principalmente de peces, camarones y cangrejos.
Su población, que solía habitar desde el Golfo de México hasta la costa este de Estados Unidos, tuvo grandes disminuciones debido a la pesca incidental y la pérdida de hábitat. Según USA Today, Gelsleichter entiende que la reaparición de esta especie en la zona es positivo para recuperar la población.
Una especie en peligro
Históricamente, el pez sierra de dientes pequeños se encontró desde el norte de Nueva York hasta Texas, pero su número disminuyó drásticamente desde mediados del siglo XX. Según la UNF, la especie fue el primer elasmobranquio (tiburones y rayas) en ser incluido en la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA) en 2003. En esa época, los restos de su población se restringían principalmente al sur y suroeste de Florida.
A pesar de los desafíos, las medidas de protección adoptadas por Florida en 1992 han mostrado resultados alentadores. Gelsleichter señaló que la marcación con transmisores acústicos de más de 100 peces sierra adultos es un esfuerzo clave.
“Las protecciones que habíamos brindado parecían estar revirtiendo el declive. Estamos comenzando a ver a los animales con mayor regularidad, como solíamos hacerlo”, declaró el profesor.
A lo largo de los años, señales de recuperación surgieron con observaciones en áreas donde se creía extinta, incluyendo la Bahía de Tampa, Cedar Key y ahora, el río St. Marys.
Una enfermedad empeora el panorama
Sin embargo, este optimismo se ve amenazado por una enfermedad emergente que provoca comportamientos anómalos en los peces, como el giro compulsivo. USA Today informó que desde el año pasado, al menos cincuenta y cuatro peces sierra murieron debido a esta condición tóxica, lo que confirma así las preocupaciones de los investigadores.
Según dijo Dean Grubbs de la Universidad Estatal de Florida, al medio estadounidense, al menos unos 54 peces de esta especie murieron por culpa de esta creciente enfermedad.
USA Today también informó que en abril, un esfuerzo de rescate sin precedentes salvó a un pez sierra enfermo de 3,4 metros. A pesar de haber pasado más de veinte días de cuidados intensivos en el laboratorio de Mote Marine Laboratory and Aquarium, el pez no logró recuperarse.
Kelly Richmond de la Comisión de Conservación de Vida Silvestre de Florida enfatizó que, de momento, no se ha hallado evidencia de parásitos o patógenos transmisibles, lo que es una evidencia de una búsqueda compleja para entender y mitigar esta amenaza emergente.