El domingo por la madrugada, la Policía boliviana rescató el cuerpo de tres jóvenes que fueron encontrados en una mina abandonada en la comunidad de las Ánimas del municipio potosino de Atocha.
Las víctimas fueron identificadas como José Armando Calla, de 16 años; Joel Rodrigo Calla, de 17 años y Christian Choque, de 18. Los jóvenes habían salido de sus viviendas el 11 de agosto y luego de tres días sin noticias suyas fueron reportados como desaparecidos el 14 del mismo mes. Desde entonces, amigos y familiares iniciaron tareas de búsqueda por la zona.
La madrugada del domingo 18 de agosto, los cuerpos de los tres jóvenes fueron encontrados en el interior de una mina abandonada, parte de la concesión de Santa Rosa. Los pobladores inmediatamente alertaron a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen para realizar el levantamiento de los cuerpos.
La fiscal departamental de Potosí, Roxana Choque, informó en conferencia de prensa que según las investigaciones los jóvenes intentaron realizar actividades mineras en un yacimiento abandonado. Luego habrían consumido bebidas alcohólicas dentro de la mina, se quedaron dormidos e inhalaron los gases tóxicos que se desprenden de la mina, lo que les ocasionó la muerte.
Los cuerpos fueron velados en una unidad educativa de Atocha y luego trasladados al cementerio general.
Este caso pone de manifiesto el peligro que representan las minas abandonadas en la región. Las autoridades han advertido los riesgos de ingresar a estos lugares sin protección ni conocimiento de las condiciones internas.
Un reporte publicado en julio daba cuenta de 82 fallecimientos dentro de minas en lo que va el año, por lo que con estos tres casos recientes, la cifra habría subido a 85.
Menores dentro de las minas
Las condiciones de inseguridad a las que se someten jóvenes y adolescentes que trabajan dentro de las minas de Potosí es un tema que preocupa a las autoridades.
Antes del fallecimiento de los tres jóvenes encontrados el pasado domingo, otros cuatro habían perdido la vida entre enero y julio de este año. El primer caso de muerte de un menor se reportó a mediados de febrero. Se trataba de un adolescente de 17 años que sufrió una caída de unos 20 metros, tras resbalar en la mina Pailaviri de la Cooperativa Unificada, a donde había ido a trabajar con su familia.
El segundo caso del cual se tuvo conocimiento es el de la muerte de un menor de 15 años tras caer en un rajo mientras estaba trabajando en la mina Vilasirca. El tercero fue el de un adolescente de 16 años que cayó 30 metros al interior de la mina Calamarca, Sumaj Orcko.
El cuarto caso reportado hasta mediados de año, fue el de un menor de 13 años en las proximidades del Cerro Rico de Potosí.
Según una publicación del periódico El Potosí, los socios cooperativistas mineros reportan que existe una alta inestabilidad de la estructura rocosa del Cerro Rico y que presenta un severo debilitamiento. “Hay versiones en sentido de que los cooperativistas vaciaron los ‘taqueos0 o rellenos de las fisuras de la época colonial y están sacando la carga que pueden sin tomar en cuenta la necesidad de mantener los pilares de soporte de las estructuras”, reporta el diario potosino.