Es, probablemente, una de las tareas que menos le gustan a muchos niños. Y, por el contrario, una de las favoritas de los adultos. Tiempo que quita de juego para unos, y momento para relajarse y desconectar, para los otros, ducharse es una de esas actividades que deben realizarse cada día. O quizá no. Y es que hay un eterno debate en torno a si es o no bueno para la salud bañarse todos los días. De ahí que diversos estudios realizados por la revista médica de Harvard expliquen cuál es la frecuencia correcta.
La mayoría de personas se duchan cada día, en especial, quienes tienen una rutina activa y practican deporte de manera regular, por lo que hay quienes se plantean cuál es la frecuencia correcta de bañarse. Pero, sea como fuere, son muchos los expertos que señalan que el cuerpo puede picar, irritarse o, incluso, sufrir alergias o infecciones si todos los días se somete a agua caliente, se frota o se utiliza gel de ducha. Además, se pueden eliminar los aceites naturales que mantienen sana la piel.
Las veces que hay que ducharse por semana, según Harvard
La práctica de ducharse a diario quizá no sea lo más saludable, ya que podría eliminar los aceites naturales de la piel, según sugiere un informe de la revista de la Universidad de Harvard. Los especialistas citados en la publicación afirman que ducharse “varias veces a la semana” es suficiente para mantener una higiene adecuada.
Aunque no existe consenso entre los profesionales, algunos estiman que lo ideal sería ducharse cuatro veces por semana. No obstante, la frecuencia adecuada varía según factores como el nivel de actividad física, el tipo de piel e incluso el clima. Por ejemplo, quienes tienen trabajos que implican esfuerzo físico constante o realizan ejercicio a diario probablemente necesitarán ducharse cada día. En cambio, para otras personas, una frecuencia de dos o tres veces por semana puede ser más que suficiente.
No hay una respuesta universal a cuántas veces se debe uno duchar a la semana. Adaptar la rutina de higiene personal a las necesidades específicas de cada cuerpo es fundamental para mantener una buena salud y bienestar.
Los mejores consejos para disfrutar de una ducha placentera
Ya sea que se opte por ducharse a diario o se sigan las recomendaciones de Harvard, existen algunas pautas clave para proteger la salud de la piel. En primer lugar, es recomendable usar agua templada, ya que si es muy caliente puede provocar sequedad e irritación. Además, limitar la duración de la ducha a unos cinco minutos no solo cuida la piel, sino que también contribuye a reducir el impacto ambiental.
Es importante evitar frotar con fuerza la esponja, así como utilizar productos que ayuden a hidratar y proteger la piel. Se sugiere evitar aquellos que contengan un alto nivel de químicos agresivos, que pueden afectar la barrera natural de la piel.
Al finalizar la ducha, es preferible secar la piel suavemente, en lugar de frotarla, para prevenir irritaciones y mantener la humedad natural. Asimismo, aplicar una crema hidratante de inmediato puede ayudar a conservar la piel suave y protegida.
El baño no debe superar los 5 minutos
Reducir la frecuencia de las duchas no solo favorece la salud de la piel, sino que también contribuye a la conservación del agua. El acto de ducharse tiene un impacto ambiental considerable, lo que hace necesario encontrar un equilibrio que garantice tanto la higiene como la sostenibilidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las duchas no superen los cinco minutos, lo que equivale a un consumo aproximado de 95 litros de agua al día. El impacto ambiental de las duchas frecuentes, tanto en el consumo de agua como en la energía utilizada para calentarla, es significativo.
Disminuir la frecuencia de las duchas contribuye a un ahorro notable de agua y energía, ayudando a mitigar el impacto medioambiental en un contexto global marcado por la escasez de agua y la urgente necesidad de reducir las emisiones de carbono.