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Cómo actuar ante la amenaza de un tsunami en Colombia
Colombia, con su extensa costa en el Pacífico y el Caribe, no está exenta a la amenaza de tsunamis. Estos eventos, generados por sismos o erupciones volcánicas submarinas, pueden azotar las costas con olas gigantescas, representando un riesgo real para las comunidades costeras.
La prevención y la respuesta rápida son cruciales para mitigar los riesgos. Si vives o visitas zonas costeras en Colombia, es vital familiarizarse con las medidas de seguridad y estar preparados ante la eventualidad de un tsunami.
Conociendo el terreno:
- Identifica las rutas de evacuación: Las autoridades locales establecen rutas de evacuación estratégicas que conducen a zonas seguras elevadas. Familiarízate con estas rutas y puntos de encuentro designados.
- Ubica las zonas seguras: Infórmate sobre las zonas identificadas como seguras ante un tsunami, normalmente áreas elevadas a más de 30 metros sobre el nivel del mar.
- Elabora un plan familiar: Diseña un plan de emergencia familiar que incluya rutas de evacuación, puntos de encuentro y números de contacto de emergencia.
Ante una alerta de tsunami:
- Mantén la calma y busca información: Sintoniza las emisoras de radio locales o consulta fuentes oficiales como la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) para obtener información precisa y actualizada.
- Evacúa si es necesario: Si las autoridades emiten una orden de evacuación, no dudes en hacerlo. Sigue las rutas establecidas y dirígete a las zonas seguras.
- Si no puedes evacuar: Si te encuentras en una zona costera y no puedes evacuar, busca refugio en los pisos superiores de edificios resistentes o en zonas elevadas lo más alejadas posible de la costa.
El Servicio Geológico Colombiano reportó un evento sísmico que tuvo como epicentro Los Santos en Santander, el cual, tuvo una profundidad de 149 km y una magnitud de 3.6.
¿Cómo se miden los sismos en Colombia?
Colombia, ubicada en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, experimenta frecuentes movimientos telúricos, por lo que para medir su intensidad y comprender sus características, la Red Sismológica Nacional de Colombia, dependiente del Servicio Geológico Colombiano (SGC), utiliza principalmente dos escalas: la escala de magnitud y la escala de intensidad.
La escala de magnitud, representada en la mayoría de los casos por la escala de Richter, mide la energía liberada en el hipocentro del sismo. Se expresa en números arábigos y es una escala logarítmica, lo que significa que cada punto de aumento representa una liberación de energía diez veces mayor. Un sismo de magnitud 6 libera diez veces más energía que uno de magnitud 5, y cien veces más que uno de magnitud 4.
La escala de intensidad, generalmente la escala Mercalli modificada, evalúa los efectos del sismo en la superficie terrestre. Se expresa en números romanos y describe cómo lo perciben las personas y los daños que causa en las estructuras. Un mismo sismo puede tener diferentes intensidades en distintos lugares, dependiendo de la distancia al epicentro, el tipo de suelo y la vulnerabilidad de las edificaciones.
La Red Sismológica Nacional de Colombia cuenta con una amplia red de estaciones sismológicas ubicadas estratégicamente en todo el territorio nacional. Estos equipos registran las ondas sísmicas y envían la información en tiempo real al centro de análisis en Bogotá, donde expertos determinan la magnitud, el epicentro, la profundidad y otros parámetros del evento sísmico.
La importancia de un punto de reunión en caso de sismo
Contar con un punto de reunión previamente acordado en situaciones de emergencia como un terremoto es fundamental por diversas razones:
Seguridad: Permite localizar rápidamente a todos los miembros de la familia y constatar que se encuentran a salvo.
Tranquilidad: Reduce el estrés y minimiza la ansiedad al saber que existe un lugar establecido para reencontrarse.
Comunicación efectiva: Centraliza la información sobre el paradero y estado de cada persona, evitando confusiones y búsquedas innecesarias que retrasen la respuesta ante la emergencia.
Coordinación familiar: Asegura que todos conozcan las acciones a seguir si ocurre una separación durante el sismo.
Planificación de rescate: Facilita las labores de los equipos de emergencia al tener ubicado el punto de reunión familiar.
En situaciones críticas, contar con un punto de encuentro previamente definido brinda seguridad, optimiza la comunicación y coordinación, reduciendo riesgos y agilizando la respuesta.
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Cosas que no se deben hacer durante un temblor
En caso de un sismo, hay ciertas acciones que debes evitar para garantizar tu seguridad. No te detengas cerca o debajo de edificios, árboles, puentes o cables eléctricos. Evita separarte de tu grupo y no te desvíes del punto de encuentro establecido. También es crucial no dirigirse hacia áreas afectadas por el sismo, ya que las estructuras dañadas y las carreteras pueden ser peligrosas y causar accidentes. Mantén la calma y sigue las indicaciones de seguridad.
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Existen varios tipos de sismos
(ALANAH M. TORRALBA/)
- Tectónico: Generado por desplazamientos en grietas o fallas, así como en los límites de placas. Estos movimientos ocurren debido al ajuste de la corteza terrestre por la acumulación de energía natural del planeta.
- Magmático: Provocado por la actividad del magma en la corteza terrestre, comúnmente asociado a la actividad volcánica.
- Antrópico: Desencadenado por actividades humanas, como la construcción de embalses, extracciones mineras extensivas y la fractura de rocas en zonas de explotación petrolífera.
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Temblor en Los Santos, Santander
Un sismo de magnitud 4.1 se registró hoy, 3 de agosto de 2024, a las 05:31 hora local, en el municipio de Los Santos, Santander, Colombia. El evento sísmico tuvo una profundidad de 153 km, según el Boletín publicado por el Servicio Geológico Colombiano.
Es imposible predecir terremotos
Pese a que Colombia disfruta de una ubicación rica en biodiversidad y geográficamente favorable, se asienta también en un territorio propenso a frecuentes desplazamientos de placas tectónicas, que casi pueden considerarse cotidianos, aunque usualmente no sean perceptibles.
No obstante, cuando estos eventos alcanzan magnitudes considerables y se originan a poca profundidad, los ‘temblores’ naturalmente generan preocupación y miedo entre la población, situación que es explotada por sujetos malintencionados para crear pánico innecesariamente, situación que se ha intensificado con el aumento en el uso de redes sociales y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp, medios favoritos para esparcir desinformación acerca de estos eventos naturales, mediante lo que se conocen como cadenas.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) se ha recordado que prever sismos es imposible, dado que aún no se ha desarrollado una tecnología o método que permita anticipar dichos movimientos tectónicos.
Mencionaron además que, generalmente, después de un temblor es probable que ocurran réplicas, especialmente si estos eventos se dan en áreas con tendencia a la actividad sísmica y que se hallan sobre fallas activas, como sucede en este país.
Pero recalcaron que, a pesar de contar con esta información, es inviable prever la ocurrencia de un sismo.
“Científicamente no es posible predecir el lugar, magnitud o fecha en la que sucederán los sismos. Desde el SGC seguimos haciendo el llamado a los colombianos, para que se informen sobre este tipo de geoamenazas a través de nuestras redes sociales y las fuentes oficiales, para evitar difundir mensajes falsos e imprecisos. ¡Ayúdennos a compartir esta información! (sic)”, afirmaron.
Colombia ha sufrido dos terremotos de más de 8 grados en su historia
El sismo que sacudió Cúcuta en 1875, también referido como el Terremoto de los Andes, ocurrió el 18 de mayo de dicho año, registrando una intensidad de entre 7.5 y 8.5 en la escala de Richter. Este evento no solo impactó Cúcuta, sino que extendió sus daños al estado de Táchira, en Venezuela.
Aunque hay quienes afirman que el terremoto provocó hasta 3.000 muertes, reportes indican que en Colombia, específicamente en la zona afectada, se contabilizaron 461 víctimas fatales. Como consecuencia directa del terremoto emergieron fuentes de aguas termales en los lugares que actualmente se conocen como “Agua Hedionda”, “El Tampaco” y “Aguas Calientes”.
Posteriormente, en 1906, un terremoto con una magnitud de 8.8 golpeó la provincia de Esmeralda en Ecuador, ubicada cerca de la frontera con Colombia, precisamente el 31 de enero. Este evento originó un tsunami que resultó en la pérdida de 1,500 vidas. De acuerdo con registros del SGC, las olas, que alcanzaron hasta cinco metros de altura, inundaron la región colombiana de Tumaco.
