Este martes 1 de octubre, Andrés Manuel López Obrador se despide de su cargo como presidente de México, un mandato que ha estado marcado por su pasión por los deportes, especialmente el béisbol.
Desde sus días de niño en Tepetitán, Tabasco, López Obrador ha mantenido una conexión cercana con el béisbol, deporte que practicó en su infancia. Aunque durante su presidencia ha demostrado su amor por este deporte, también ha dejado claro su cariño por el fútbol, particularmente hacia los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A lo largo de su sexenio, el presidente ha felicitado a los campeones de fútbol en su conferencia mañanera, pero su relación con los Pumas va más allá de lo habitual. AMLO, egresado de la carrera de Ciencias Políticas de la UNAM, ha expresado en múltiples ocasiones su especial afecto por el equipo, afirmando: “Los Pumas son parte de mi identidad”. Este vínculo con su alma mater ha hecho que su apoyo al club sea significativo, simbolizando no solo su orgullo académico, sino también su conexión con la comunidad universitaria.
En cuanto al béisbol, el presidente ha mantenido una postura más neutral en cuanto a equipos favoritos, aunque siempre comparte sus análisis durante la Serie Mundial de la MLB y la Final de la Serie del Rey de la LMB. A pesar de no tener un equipo predilecto, recientemente mostró un especial interés por los Olmecas de Tabasco, equipo que deseaba ver campeón en la serie del Rey antes de finalizar su mandato. Sin embargo, su sueño se desvaneció cuando los Olmecas fueron eliminados de la temporada 2024, un revés que lamentó públicamente.
A medida que AMLO se prepara para dejar el cargo, su legado deportivo perdurará en la memoria de los mexicanos, no solo por su afición a los deportes, sino también por cómo estos reflejan su conexión con la cultura y la identidad nacional. Su amor por el béisbol y los Pumas es un testimonio de su vida y su trayectoria, dejando una marca en el deporte mexicano que los aficionados recordarán en los años venideros.