(Desde Washington, Estados Unidos) Gerardo Werthein organizó un festejo del 25 Mayo acorde a los tiempos: sin ostentación en el catering -locro, empanadas y vino argentino- y con la presencia de Kevin Sullivan, subsecretario del Departamento de Estado para la región; y Chris Dodd, amigo personal de Joseph Biden y su enviado especial para América Latina.
Werthein aguardaba en el primer piso de la señorial residencia diplomática y desde el mediodía recibió con una sonrisa a los embajadores de Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, México, Perú, Portugal y Qatar.
A la embajada ubicada en Dupont Circle también llegaron Eric Farnsworth, titular del Council of the Américas en Washington; Neil Herrington, vicepresidente de la US Chamber of Commerce; e Isabel Quiroz, directora ejecutiva del Consejo empresarial de Argentina y Estados Unidos.
La Pan American Symphony Orchestra interpretaba con pasión los tangos clásicos de Astor Piazzolla -descolló Libertango-, mientras el chit chat de los invitados transitaba por la próxima visita de Javier Milei a San Francisco, el partido de la selección nacional contra Canadá en Atlanta por la Copa América y la llegada de Donald Trump a Washington para participar de un evento libertario.
En un rincón del salón sólo se hablaba de la Argentina. Estaban Miguel Braun, representante en el BID; Sonia Cavallo, embajadora designada en la OEA; Daniel Raimondi, futuro embajador en Brasil; y Gustavo Cinosi, asesor principal de la Organización de Estados Americanos.
Cerca de las 13, cuando ya se habían rendido honores al locro y las empanadas, cesó la orquesta que tocaba Piazzolla, se cantaron los himnos de Argentina y Estados Unidos, y llegó el turno de los discursos.
Sullivan, en representación de la administración Biden, y Werthein, en nombre del gobierno de Milei, ratificaron que Argentina y Estados Unidos tienen una alianza estratégica para ejecutar una agenda común vinculada a la defensa de la democracia y el libre comercio.
“Gerardo Werthein conoce nuestras obras y Estados Unidos. Tiene relaciones. No sólo con el gobierno, sino también a través de sus numerosas actividades en el sector privado y en la sociedad civil. Y estoy seguro de que se convertirá en un embajador muy exitoso”, señaló Sullivan, que conoce Washington como pocos en el Departamento de Estado.
Y agregó, para remarcar la actual relación entre Balcarce 50 y la Casa Blanca: “Nuestra relación con Argentina hoy es más fuerte que nunca. Hemos visto en los últimos meses que el presidente Javier Milei nos ha visitado varias ocasiones. Parece que le agradamos, lo cual es genial porque es una excelente manera de fortalecer nuestra relación, y en los Estados Unidos apoyamos mucho su ambicioso esfuerzo para tratar de abordar algunos de los desafíos persistentes de Argentina”.
Sullivan recibió aplausos por el discurso -en el que también recordó su paso por la Argentina en tiempos de Gabriel Batistuta goleador- y a continuación cedió el micrófono a Werthein. El embajador explicó las intenciones programáticas de Milei, repasó la herencia recibida del gobierno de Alberto Fernández y contó -apenas un detalle- sobre sus conversaciones con el Presidente antes de su designación en DC.
“Este está siendo un viaje muy apasionante. Cuando el Presidente y yo hablamos, hace mucho tiempo, me pidió que me uniera y aceptara este importante trabajo. El Presidente me dijo que había que mirar a Estados Unidos porque es un país que defiende la democracia, los derechos humanos y muchas otras cosas que están bien. Quiero que trabajemos para que esta relación sea estratégica, porque la libertad es algo que vamos a sostener mucho”, comentó Werthein al principio de su discurso.
Y añadió Werthein: “Ahora estamos cambiando. Pero primero tenemos que arreglar el país. Así que ya arreglamos las ideas. Y ahora vamos a rescatar los principales valores de la libertad. Los principales valores para adentrarse en el Estado de derecho. Los principales valores para luchar contra la corrupción, los principales valores para respetar la propiedad privada, y los principales valores para respetar la inversión extranjera, como si fuera local”, sintetizó el embajador.
Cerca de las 14, el festejo languidecía. Werthein saludaba a los últimos invitados, que bajaban las escaleras de la sede diplomática y se encontraban con un regalo sorpresa: una botella Malbec para demostrar que la Argentina siempre está cerca.