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Fontaine y el primer triplete en su penúltimo baile

Juan José Lahuerta

Leipzig (Alemania), 26 jun (EFE).- Just Fontaine es conocido por los 13 goles que marcó en el Mundial de Suecia 1958, un récord después nunca superado. Pero también tiene otro honor no muy conocido: el 13 de diciembre de 1959 firmó el primer triplete de la historia de la Eurocopa e inscribió su nombre en el libro de oro de la competición.

Fontaine, junto a Raymond Kopa, Michel Platini, Zinedine Zidane, Kylian Mbappe y Antoine Griezmann, está dentro, por derecho propio, de la lista de los mejores jugadores de la historia del fútbol francés. Su carrera, truncada por las lesiones, no fue muy larga. Se retiró con 29 años en 1962, pero dejó su sello con actuaciones memorables.

Alcanzó su cenit en la Copa del Mundo de Suecia 1958, en la que Francia quedó tercera clasificada gracias a los goles de Fontaine y a la clase de Kopa. Un año después, aún en plena forma y en su mejor momento, el que fuera jugador del Niza y del Stade de Reims, volvió a sorprender con otra actuación memorable.

Los 43.775 espectadores que acudieron al Stade Olympique Yves-du-Manoir en la ciudad de Colombes (cerca de París) para ver un Francia-Austria, disfrutaron del primer triplete de la historia de la competición. Lo sufrió el combinado centroeuropeo en cuartos, cuando el formato de la competición aún no tenía una fase final como la actual, con fase de grupos incluida.

Francia goleó 5-2 en el choque de ida y Fontaine marcó en los minutos 6, 18 y 82. En los tres goles, dejó ver sus cualidades: velocidad, movilidad, oportunismo y capacidad para definir con ambas piernas y con la cabeza. Y, como cuenta la crónica de la época de El Mundo Deportivo, sin la capacidad de generar juego de Kopa, no habría sido posible. “Sin Kopa, es como pólvora mojada”, narró la publicación.

El crónista, Andrés Mercé Varela, también apuntó a otro jugador, François Heutte, como el culpable del brillo de Fontaine: “Ha construido espléndidamente el segundo tanto francés, uno de los más bonitos goles que he visto en mi vida. Por este sólo tanto, valía la pena venir a París”, contó.

Fontaine, en ese gol, su segundo del triplete, remató de volea un centro desde la banda derecha de Heutte; en el primero, aprovechó un pase de Jean Vincent para abrir el marcador con un certero disparo desde dentro del área; y, ya al final, cerró la cuenta después de aprovechar una asistencia de Kopa.

El atacante galo volvió a marcar en el choque de vuelta disputado en el Prater de Viena, donde Francia volvió a ganar (2-4). Sin embargo, ni él ni Kopa, por lesión, participaron en las semifinales que sus compañeros perdieron ante Yugoslavia 4-5 en el partido con más tantos de la historia de la Eurocopa.

Fontaine llegó a tiempo para disputar el duelo por el tercer y cuarto puesto frente a Checoslovaquia. Su equipo volvió a perder (2-0) y Fontaine jamás volvería a participar en ninguna fase final de un gran torno internacional de selecciones.

Una grave lesión en una rodilla durante un choque que disputó ante el Milan, prácticamente acabó con su carrera en 1960. Aún disputaría un partido más con Francia. Después de la Eurocopa, jugó ante Bulgaria un 11 de diciembre de 1960 un encuentro de clasificación para el Mundial de Chile 1962.

Fue el último. Las lesiones acabaron con él, se retiró oficialmente en 1962 y Francia se quedó prematuramente sin uno de sus mejores jugadores de la historia. Fontaine jugó un total de 21 partidos con su selección en los que celebró 30 goles: tres de ellos, los que marcó ante casi 50.000 espectadores en Colombe, pasaron a la historia como el primer triplete de la Eurocopa. EFE

jjl/jap

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