En el informe “Reimaginar juntos nuestros futuros”, se declara que la humanidad y el planeta tierra se encuentran en peligro y que la educación es clave para propiciar cambios positivos y forjar futuros sostenibles y pacíficos para todos, basados en la justicia social, económica y ambiental (2021).
En este sentido, en el Día de la Educación Inicial (25 de mayo) es importante reflexionar acerca del rol de los y las docentes en torno a la educación ambiental de la primera infancia porque es un aspecto inherente y fundamental de la educación inicial, ya que la primera infancia representa al conjunto de ciudadanos que irán asumiendo, de cara al futuro, la continuidad de la especie humana (AEPI, 2023). La etapa de la infancia es la oportunidad idónea para educar y comenzar con el proceso de concientización sobre la crisis ecológica y climática, porque se formarán desde un inicio para poder prevenir y mitigar los efectos de las problemáticas ambientales, así cuando crezcan buscarán ser líderes y ciudadanos ambientalistas que buscan la sostenibilidad de nuestro planeta.
Actualmente, la educación ambiental es un enfoque educativo que es necesario implementar para tomar medidas contra la crisis ecológica y climática. Los ciudadanos desde sus primeros años de formación deben ser conscientes de las problemáticas ambientales y poder idear soluciones. Por ende, los y las docentes desde su rol mediador tienen el desafío de enseñar y generar espacios de aprendizaje para que los niños, sus familias y la comunidad analicen cómo determinados comportamientos tienen efectos negativos en el medio ambiente y se sensibilicen para que protejan y hagan un uso correcto de los recursos que nos brinda la naturaleza.
Formar a las infancias es formar semillas y es cultivar ciudadanía. El tener varios árboles que luchen en contra de la crisis ambiental es elemental. La niñez debe comprender su rol y las instituciones educativas también. Las aulas deben ser espacios de debate, intercambio, observación, práctica de valores, pero también de creación de estrategias. Debemos ser conscientes que queda poco tiempo, pero hay esperanza, es hora de que las semillas broten, cuiden y defiendan a la naturaleza. Los y las docentes desde la educación inicial deben hacer que crezcan árboles y así salvar a la humanidad.