Por mil metros cuadrados comenzó una intensa batalla legal entre Isabel Poveda Calderón, de 80 años, y Mario Carvajal Pérez, padre del exalcalde de Piedecuesta.
La señora Isabel y sus hijos habitan desde hace casi cinco décadas un predio donde construyeron la casa familiar. Sin embargo, la disputa entre las partes se originó cuando el primer propietario de este predio, denominado La Central, en el barrio Barro Blanco, le cedió este terreno al esposo de la señora Isabel Poveda, quien cuidaba y trabajaba en esas tierras.
No obstante, no le hizo un documento donde quedara constancia legal de que le estaba donando el terreno y la casa que hoy habitan.
Cuando el señor traspasó la propiedad al nuevo dueño, le dejó claro que el terreno y la casa ocupada por la familia Barragán Poveda, formaba parte de una donación que él les hacía para cuidar y trabajar en esas tierras. Tampoco les dejó documento alguno de la donación.
Eso sí, cuando Mario Carvajal Pérez compró La Central, el anterior propietario le dejó claro que la zona de la casa de Isabel Poveda no formaba parte de la negociación.En su momento, se aceptó el trato.
De hecho, Q’hubo tiene conocimiento de un plano en el que Carvajal Pérez le deja claro a la familia Barragán Poveda cuál es su propiedad dentro de los 62.000 metros que forman parte de La Central.
Cuenta Martha Barragán, hija de Isabel Poveda, “Hace unos meses Mario Carvajal llegó con un supuesto contrato de aparcería que se habría firmado entre su padre y José Antonio Barragán”.
Según el presunto contrato, la familia Barragán Poveda dejaba de ser propietaria del terreno y se convierte en aparcería. Decisión que la obligaba a pagar canon de arrendamiento, lo que no habían hecho durante los anteriores 29 años. Además, la familia viviente debía compartir con Carvajal Pérez el fruto del terreno.
Desde entonces empezaron las disputas legales entre las partes. Mientras que la demanda interpuesta por la familia Poveda reposó en los escritorios de la Fiscalía General de la Nación, a la contraparte sí le ‘caminó’ sin ningún problema un proceso de restitución del inmueble y hasta tres órdenes de desalojo seguidas.
La comunidad de Barro Blanco, dio constancia de que Isabel Poveda tiene 49 años viviendo en el sector y se unió para apoyar a la familia. Incluso impidieron que se produjera la primera orden de desalojo que estaba pactada el pasado 2 de diciembre de 2023. Posteriormente, el Juzgado Civil Municipal de Piedecuesta fijó para el pasado 16 de junio de 2024 el segundo desalojo para la familia. No obstante, Isabel e hijos se mantuvieron en su vivienda.
Y ayer, viernes 27 de septiembre, se volvió a dictaminar la tercera orden para que la adulta mayor abandone su hogar.
Con este panorama parece que ya hay un vencedor que se sumará mil metros más a una propiedad que contaba con apenas 61 mil metros cuadrados.
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