En un contundente llamado a la acción, el presidente Gustavo Petro le pidió a Carlos Carrillo, director de la Unidad de Gestión de Riesgo (Ungrd), emprender una transformación radical de la entidad.
El jefe de Estado destacó que la corrupción dentro de la Ungrd no solo es estructural, sino que también se ha profesionalizado, porque desde su creación los métodos de contratación y los considerables montos de dinero público destinados a solucionar desastres han servido de imán para los corruptos de diversos orígenes.
“La corrupción en la Unidad de Gestión de Riesgo es profesionalizada y estructural”, recalcó el mandatario, por lo que solicitó las urgentes de reformas profundas.
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Esta no es la primera vez que se señalan irregularidades en organismos encargados de la gestión de riesgos y desastres en el país, pero la insistencia del presidente en que la Ungrd debe ser “transformada por completo” para servir realmente a las víctimas climáticas, marca un punto de inflexión en la administración actual. Petro confía en que Carrillo sea capaz de llevar a cabo esta labor tan crucial.
“El gobierno del cambio debe transformar por completo la Unidad para que sea instrumento a favor de las víctimas climáticas”, declaró Petro, subrayando la responsabilidad que ahora recae sobre Carrillo.
El mandatario no solo identificó los problemas inherentes a la Ungrd sino que también dejó claro su objetivo: redirigir la unidad hacia una misión más noble y eficaz.
El presidente Gustavo Petro, además, fue enfático en que la reconstrucción de esta unidad no es solo una cuestión de gestión, sino un imperativo ético que define el curso de su gobierno.
Es evidente que el camino hacia la reconstrucción de la Ungrd será complejo y requerirá de un liderazgo decidido para luchar contra la corrupción anidada en sus estructuras.
La sociedad civil, por su parte, espera que estas reformas se traduzcan en medidas concretas que no solo desarticulen las redes de corrupción, sino que además optimicen la respuesta del país ante los desastres naturales. La iniciativa de Petro y la respuesta de Carrillo podrían marcar la diferencia entre la continuidad de los ciclos de corrupción y una nueva era de integridad y eficiencia en la gestión del riesgo.
Esta decisión del presidente de la República destacó el enfoque proactivo de su administración para abordar los problemas sistémicos dentro de las instituciones gubernamentales.
Resta ver cómo Carlos Carrillo y su equipo implementarán las transformaciones necesarias para cumplir con las expectativas del presidente y, más importante aún, las necesidades de las comunidades afectadas por desastres climáticos. La población observa atentamente, esperando que estas reformas llevadas a cabo en la Ungrd se traduzcan en medidas tangibles y eficientes que reflejen un verdadero cambio en la administración y gestión de riesgos en el país.