El presidente Gustavo Petro generó un debate al proponer la reducción de la edad de jubilación en Colombia.
Sin embargo, pocas horas después se retractó de esta idea, argumentando que no es aplicable directamente al contexto colombiano. Según Petro, la propuesta requiere un análisis más profundo de la realidad económica y social del país.
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En el ámbito internacional, la reducción de la edad de jubilación suele estar asociada a sociedades con altos niveles de desarrollo económico y tecnológico, de acuerdo con lo dicho por el mandatario.
En estos países, se ha discutido la posibilidad de extender el tiempo libre diario para los ciudadanos, pero no en la edad de jubilación, gracias a una economía diversificada, educación de calidad y sistemas de salud robustos. Estos factores han permitido alcanzar altos niveles de productividad, lo que facilita la implementación de políticas de horarios diarios más flexibles.
En contraste, la realidad colombiana presenta desafíos distintos. Aunque la productividad ha mejorado en los últimos años, aún no alcanza los estándares de las economías más avanzadas. Colombia tiene una economía mixta, con sectores extractivos y productivos. Para considerar una reducción de la edad de jubilación, es necesario primero fortalecer la productividad y diversificar la economía.
De acuerdo con el presidente “la propuesta de bajar la edad pensional es para las sociedades más avanzadas en productividad. La productividad, que hoy es inmensa, genera ingresos sociales elevadísimos que en lugar de volverse atesoramiento de los super ricos del mundo debe volverse tiempo libre de las sociedades. Colombia debe avanzar sustancialmente en productividad y eso implica para nosotros: pasar a ser una economía productiva y no extractiva, universalizar la educación en máximos niveles y aumentar competencia y asociatividad”.
Bajo la premisa del presidente, es entonces necesario avanzar hacia una mayor productividad, por lo que se identifican varios pasos clave.
En primer lugar, es fundamental universalizar la educación e invertir en educación de calidad para formar una fuerza laboral más capacitada y competitiva. Además, fomentar la asociatividad entre empresas, instituciones y emprendedores puede impulsar la productividad. Por último, es crucial reducir la dependencia de sectores extractivos y diversificar la economía hacia actividades más productivas.
La propuesta de Petro ha sido objeto de análisis y discusión en diversos sectores. Algunos expertos señalan que es necesario enfocarse primero en mejorar la productividad antes de considerar cambios en las políticas de jubilación. Este enfoque requiere esfuerzos conjuntos tanto del sector público como del privado.
Un modelo basado en la productividad
Colombia se prepara para implementar un nuevo sistema de pensiones a partir del 1 de julio de 2025, marcando el primer cambio significativo en tres décadas, esto en caso de que la reforma pensional sea declarada exequible por parte de la Corte Constitucional.
Según la información disponible, todos los colombianos serán afiliados a Colpensiones, excepto aquellos que ganen más de 2,3 salarios mínimos legales vigentes, quienes podrán mantener parte de sus ahorros en el sistema privado.
El nuevo sistema se estructurará en un modelo de pilares que busca garantizar el acceso universal a las pensiones, incluso para quienes no cumplan con los requisitos mínimos. Además, se otorgará un bono pensional a aquellos que nunca cotizaron durante su vida laboral. La administración de los recursos será gestionada por un comité de expertos, compuesto por ministros de Hacienda y Trabajo, representantes del Banco de la República y otros especialistas.
El objetivo de esta reforma es eliminar la competencia entre el sistema público y privado, reduciendo los subsidios a las pensiones más altas que actualmente entrega Colpensiones. Este cambio busca mayor equidad y sostenibilidad, aunque enfrenta desafíos para garantizar una pensión adecuada a todos los ciudadanos.
A lo anterior se le debe sumar la idea de productividad del presidente. Petro argumenta que un aumento de productividad podría llevar a que se reduzca la edad de pensión. Esta idea es cuestionable ya que no aclara en qué términos evalúa la productividad, si en la cantidad de horas, días o semanas laboradas al año durante el tiempo en que una persona está en edad de cotizar o si por el contrario se trata de un aumento de la productividad frente al hecho de que una persona puede comenzar a cotizar antes o se jubila años después.
Ambas opciones carecen de explicaciones y sustento, en especial si se compara con un modelo de pensión como el japonés.
Japón cuenta con un sistema de pensiones consolidado desde 1954. Este sistema combina un componente de reparto colectivo con uno totalmente financiado, administrado conjuntamente por el gobierno y fondos privados. Japón ha ajustado la cantidad de las pensiones y ha aumentado progresivamente la edad de retiro, ya que su población vive demasiado (fenómeno de envejecimiento poblacional) y se requiere que trabajen más para que no se conviertan en un peso fiscal para el gobierno, misma situación por la que comienza a pasar Colombia pues la tasa de natalidad es cada vez menor, pero la población si está viviendo más.
Según el Índice Global de Pensiones de Mercer, Colombia obtuvo una calificación ponderada de 61,9, ubicándose en la posición 24 entre 47 países analizados. Aunque hay aspectos destacados, como la integración, se requieren mejoras para garantizar la eficiencia y sostenibilidad del sistema en el futuro.
El sistema japonés, por su parte, ha sido evaluado como uno de los más robustos a nivel mundial, gracias a su capacidad de adaptación y a la combinación de diferentes fuentes de financiamiento. La experiencia japonesa podría ofrecer lecciones valiosas para Colombia en su transición hacia un sistema de pensiones más equitativo y sostenible.
Con lo anterior, se puede demostrar que un aumento en la productividad no necesariamente implica que una persona pueda reducir su edad de pensión, porque la productividad no es una medida que se tenga en cuenta a la hora de cotizar, como si lo son el salario, las semanas, las horas, etc.
