Un bebé de tan solo cuatro meses ha tenido que ser ingresado con síntomas de coma etílico por un error cometido por su abuela. Los hechos ocurrieron el pasado 29 de abril y actualmente sigue intubado en la unidad de cuidados intensivos del hospital pediátrico Giovanni XXIII en Bari, ciudad a las orillas del mar Adriático en Italia, según ha informado el periódico La Repubblica.
La hipótesis principal que sigue la Policía es que el suceso ocurrió simplemente por una falta de atención, aunque por el momento van a seguir con la investigación. Según esta versión, se utilizó vino blanco en lugar de agua para diluir la leche en polvo, que la abuela confundió porque se encontraba dentro de una botella oscura. El pequeño ingirió parte del contenido, pero al rato rechazó seguir bebiendo.
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En ese momento, la abuela se dio cuenta del error y avisó a la madre. Llevaron al niño de inmediato a la sala de emergencias del Perrino, donde fue trasladado a Pediatría y recibido de inmediato por los médicos para un tratamiento urgente. Esto incluyó el lavado gástrico y luego la intubación, antes de ser trasladado al hospital pediátrico Giovanni XXIII en Bari, donde actualmente está en la unidad de cuidados intensivos.
La condición del bebé es estable por el momento y parece que mejora ligeramente, pero debido a su corta edad existe un gran peligro para su vida. El pronóstico es reservado y se está considerando si se le puede extubar. Los Carabinieri de la compañía de Brindisi son los que están investigando lo ocurrido, pero por ahora no hay abierto ningún caso.
El coma etílico en menores
El coma etílico es una condición grave que resulta de la intoxicación por consumo excesivo de alcohol. Ocurre cuando el nivel de alcohol en la sangre es tan alto que pone en peligro la vida, interfiriendo con funciones vitales del cuerpo como la respiración, la frecuencia cardíaca y la regulación de la temperatura.
Esta situación requiere atención médica inmediata, ya que puede resultar en daño cerebral permanente o incluso la muerte si no se trata adecuadamente. Los síntomas previos al coma etílico incluyen confusión, vómitos, convulsiones, respiración irregular y pérdida de la conciencia.
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Esta intoxicación es mucho más peligrosa en los menores, ya que al tener menos peso y tamaño, la tasa de alcohol en sangre será proporcionalmente más alta que en los adultos y al tener el cerebro en desarrollo es mucho más vulnerable. El doctor Fidel Fuentes, director de Urgencias de las Clínicas Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) explicó en una entrevista con El Comercio en 2016 que los problemas para la salud del menor se acrecientan al no limitarse al momento de la ingesta, sino que se traslada a su vida cotidiana.
“Puede producir alteraciones de la conducta y de la memoria, que pueden dar lugar a trastornos del aprendizaje, con bajo rendimiento escolar”, explicaba este experto, añadiendo que “también influye en el deterioro de las relaciones con la familia, los compañeros y los maestros, y de una forma significativa se dan comportamientos violentos y conductas de alto riesgo, así como alteraciones del comportamiento, agresividad, violencia, suicidio y mayor vulnerabilidad hacia la dependencia de otras drogas”.